
Urbanismo inicia el procedimiento para declarar la caducidad de la licencia de reforma
15 mar 2025 . Actualizado a las 09:19 h.Hace ya más de dieciséis años que una obra de rehabilitación en pleno corazón del Casco Vello, concretamente en el número 11 de la calle San Francisco, permanece abandonada, generando gran inquietud entre los residentes de la zona. El proyecto, arrancó en agosto de 2009 con una licencia concedida por la Xerencia de Urbanismo para realizar una rehabilitación integral y nunca se terminó, dejando desde entonces una estructura deteriorada que supone un riesgo para los vecinos y transeúntes.
El inmueble es una construcción antigua que muestra claras señales de abondono y paralización en su reforma. La fachada principal cuenta con un arco central en la planta baja que está cerrado con ladrillo y una puerta metálica. Las plantas altas también muestran signos de estar inconclusas, con huecos que están cerrados con ladrillos a la vista, sin revestimiento ni acabados. Se observa además una estructura sobresaliente que podría corresponder a una losa o forjado, del que parten anclajes metálicos oxidados, posiblemente utilizados antes como soporte para una red de protección o andamiaje. Estos elementos, junto con la presencia de humedad y vegetación en las zonas superiores, denotan un abandono.
Vecinos de la zona han alertado al Concello sobre el peligro real que representa el edificio en esas condiciones. Señalan con preocupación la existencia de estructuras visiblemente oxidadas, vegetación creciendo en las paredes, y materiales sueltos con evidente riesgo de caída sobre la vía pública. «Hemos denunciado muchas veces esta situación, pero la realidad es que cada día el peligro es mayor. Vivimos con miedo a que ocurra algo grave», afirma una residente de la calle San Francisco.
La preocupación no es solo por la seguridad, sino también por el daño que esta situación provoca en la imagen de una zona histórica y turística emblemática de Vigo.
La licencia contemplaba la rehabilitación completa del edificio y la ampliación con dos nuevas plantas destinadas a uso residencial, además de un espacio comercial en la planta baja. Pero el paso de los años sin que se haya registrado ningún tipo de actividad constructiva ha ido agravando el estado de abandono del inmueble. Ante esta situación, hace unos días la Xerencia de Urbanismo acordó iniciar el expediente para declarar la caducidad de la licencia.
Medidas urgentes
Antes de inciar el procedimiento para la declaración formal de caducidad, la Xerencia de Urbanismo del Concello de Vigo ordenó a la propiedad tomar medidas urgentes para asegurar el edificio y prevenir accidentes.
Un arquitecto municipal señaló la necesidad de retirar todos aquellos elementos de la fachada que dan a la vía pública y que se encuentran sueltos. También deben retirarse los anclajes metálicos que servían de soporte para una red, ya desaparecida.
En caso de no cumplirse con estas exigencias, el Concello podría actuar de forma subsidiaria, encargándose directamente de los trabajos necesarios y trasladando los costes al titular del inmueble.
La declaración de caducidad de la licencia colocará al promotor de las obras en un escenario de inseguridad jurídica. Desde ese momento, pierde todos los derechos que había adquirido con la licencia previa y ya no puede reanudar las obras. Si quisiera hacerlo, deberá iniciar nuevamente la tramitación administrativa para obtener un nuevo permiso ajustado a la normativa actual, lo que podría implicar modificaciones significativas del proyecto inicial, generando costes adicionales y retrasos importantes en su ejecución.
Un permiso de 2002 para reformar el edificio y construir dos nuevas plantas
La petición de la licencia se remonta al año 2002, cuando la propietaria pidió una permiso de obras para la rehabilitación de la planta baja y la primera, así como la adición dos plantas.
No fue hasta 2009 cuando Urbanismo autorizó las obras de reestructuración que iban a dar lugar un inmueble de planta baja para un local comercial y tres plantas para el uso de viviendas.
En la notificación de la licencia se le advertía a la interesada que sería declarada la caducidad de la licencia si las obras no se hubieran iniciado en seis meses o terminado en dos años. La propietaria de la vivienda presentó un escrito en 2011 informando de que le resultaba imposible finalizarlas obras en el plazo establecido y solicitó una prórroga.
El Concello acordó acceder a la solicitud de prórrga y le dio dos años para terminar las obras, que venció en junio de 2013. Incapaz de proseguir las obras, la propietaria empezó a recibir denuncias por el mal estado del inmueble, que se fue agravando con el tiempo.
El Ayuntamiento considera que ya le ha dado tiempo suficiente a la propiedad para llevar a cabo las obras que habían sido autorizadas. Por ese motivo, uno de los últimos acuerdos adoptados por la Gerencia de Urbanismo ha sido el inicio del procedimiento para declarar la caducidad de la licencia.
En la resolución, otorga a la interesada un plazo de 15 días para que pueda presentar las alegaciones, documentos y justificaciones que estime pertienentes en defensa de sus derechos. En el caso de querer continuar con los trabajos constructivos, deberá de solicitar una nueva licencia en la administración local.