La trama de billetes tintados en Vigo que provocó un secuestro doble en Cangas tendrá más detenciones

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO

El único detenido pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Vigo, con sede en la Cidade da Xustiza, que ordenó su ingreso en prisión provisional.
El único detenido pasó a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Vigo, con sede en la Cidade da Xustiza, que ordenó su ingreso en prisión provisional. Oscar Vázquez

El único arrestado asegura ser víctima de una estafa en un hotel donde desaparecieron varios cientos de miles de euros; culpa a los dos ciudadanos africanos que retuvo en O Morrazo de quedarse el dinero

20 mar 2025 . Actualizado a las 00:19 h.

Todo lo relacionado con la detención este mes en Vigo de un ciudadano de Portugal por el secuestro de dos personas en un inmueble en Cangas esconde una investigación de fondo con un ramillete de delitos graves: estafa, extorsión y robo con violencia. La causa instruida en el Juzgado número 2 de Vigo sigue declarada secreta, lo que evidencia que las pesquisas prosiguen contra otros implicados probablemente ya identificados. El único detenido no pudo llevar a cabo él solo el secuestro de dos personas, lo que hace presumir nuevas detenciones próximamente.

El origen de las pesquisas surgió, según declaró el propio detenido en sede judicial, tras una estafa de al menos varios cientos de miles de euros utilizando billetes tintados. Según relató en sede judicial, conoció a los estafadores a través de una red social en Internet y se citó con ellos en Valencia y Madrid. Estando en un hotel en una de estas dos ciudades, los presuntos estafadores le engañaron. Aseguraron que para tintar los billetes falsos necesitaban aplicar un producto químico y apagar la luz de la estancia. Según declaró el estafado, y a la vez acusado de extorsión y robo con violencia, al encenderse la luz, su dinero había desaparecido por arte de magia.

Tiempo después, ya en Vigo, el estafado y los estafadores se citaron. El primero, al ver que no recuperaba su dinero perdido, optó por retener a dos de lo estafadores en el garaje de una vivienda en Cangas. En su declaración, el ciudadano luso restó importancia a lo ocurrido en la capital de O Morrazo. Incluso añadió que le dio dinero a ambos, una vez liberados, para regresar a Madrid y retomar sus vidas como si no pasara nada. Novoa Abogados, que representa al detenido, ya presentó un recurso para solicitar que salga de la cárcel por la falta de argumentos expuestos en el auto judicial de ingreso a prisión. La causa, por ahora, sigue bajo secreto de sumario.

A ojos de la investigación que instruye el Juzgado número 2 de Vigo, esta versión no cuadra con la información policial aportada por la Guardia Civil. Lo primero porque el ciudadano portugués, de ser cierta su declaración, reconoce que contactó con ciudadanos africanos a través de Internet para beneficiarse de una estafa con billetes tintados procedentes de África. Lo que vino después ya responde a una represalia por la estafa sufrida, e implicó el rapto de los dos estafadores para recuperar el dinero sustraído.

Lo único seguro, recogido en el procedimiento judicial, es que alguien intentó adquirir billetes falsos para estafar al erario público en España y acabó estafado mediante un método que lleva 20 años asentado en el país. El método suele ser habitual porque en España se han dado los casos suficientes de billetes tintados para establecer un patrón policial: consiste en engañar a la víctima haciéndole creer que mediante el lavado de unas cartulinas blancas del tamaño de los billetes, y utilizando unos productos químicos y unos procesos casi mágicos, se pueden obtener billetes legítimos o falsos de excelente calidad.

Para eso, los implicados suelen utilizar planchas del tamaño del billete de 50 euros con el dibujo de dicho billete por anverso y reverso, láminas de color, documentos de identidad falsos y una caja envuelta en papel de aluminio con cable eléctrico dentro de la cual se hallaron dos billetes legítimos de 50 euros manchados y cubiertos de polvo de talco.