
El coste medio de un alquiler es de 665 euros, casi la mitad del salario mínimo
08 abr 2025 . Actualizado a las 13:03 h.Antes de la pandemia, en febrero del 2020, alquilar un piso en Vigo costaba 505 euros de media. Hoy, cinco años más tarde, el precio ha escalado hasta los 665 según el Observatorio de Vivenda de Galicia, lo que viene a ser 160 euros más al mes y un incremento del 31 %, nueve puntos por encima de lo que subió el Indice de Precios de Consumo (IPC) en el mismo período. La inflación ha provocado que cada vez sea más difícil encontrar una vivienda en la ciudad y que en Vigo ya se hayan apuntado 6.317 personas al Rexistro Único de Demandantes de Vivenda. Paralelamente, el aumento de precios del alquiler también ha incrementado los beneficios de los caseros en Vigo, cuyo perfil ya se puede conocer con los nuevos datos que ofrece el Instituto Galego de Estatística (IGE) desde marzo.
Un propietario que dedica su vivienda al alquiler en la ciudad tiene, de media, 62 años y casi dos viviendas. Este perfil contrasta con el de un inquilino 20 años más joven. Además, según el IGE, del total de caseros que hay en la ciudad (19.319), la gran mayoría (18.562) son particulares, mientras que los 757 restantes son entidades como sociedades limitadas (469), anónimas (55), comunidades de bienes (174) y asociaciones u organismos públicos (59). Los datos confirman que la mayoría de propiedades en alquiler en el 2024 pertenecían a particulares que, en su mayoría (15.019), viven en Galicia. El IGE también registra que 2.849 propietarios con pisos en alquiler en Vigo residen fuera de la comunidad y que 695 fallecieron durante el año pasado.
Los expertos inmobiliarios, como el agente de la inmobiliaria Padrenda, Óscar Sanmartín, también coinciden en que la gran mayoría de las personas que alquilan son particulares con una segunda vivienda que han adquirido por herencia o en la que han invertido, aunque el administrador de la inmobiliaria Navia Siglo XXI, Víctor Pérez, indica «que tamén detecta que grandes empresas están a buscar vivenda para mercar na cidade e logo sacar ao mercado como vivenda turística ou aluguer de tempada».
Además, los nuevos datos del Instituto Galego de Estatística permiten conocer las características socioeconómicas de los caseros en la ciudad. La mayoría (47 %) son personas afiliadas a la Seguridad Social de 50 años y 1,5 viviendas en propiedad de media. El segundo grupo mayoritario es el de pensionistas (36 %) con 76 años y 1,7 viviendas, lo que lo convierte en el grupo con más propiedades. También hay propietarios en situación de paro con un promedio de edad de 56 años que ponen sus viviendas en alquiler, pero son minoría, ya que solo representan un 3 % del total. Por último, el 14 % restante se corresponde a propietarios con condiciones distintas a estos grupos. En cuanto a inquilinos, en este caso el IGE solo ofrece datos provinciales, las edades fluctúan en rangos similares. Las personas que están pagando un alquiler y que están afiliadas a la Seguridad Social tienen una edad media de 40 años, siete menos que las personas paradas, mientras que los pensionistas arrendatarios tienen 76.
Víctor Pérez también recuerda que en los últimos años notaron que parte de los propietarios se están pasando al alquiler turístico. «Hai certas familias na cidade que destinan edificios enteiros a este uso», indica. Situación con la que también tienen que lidiar otros concellos del área, «onde, como en Nigrán ou Gondomar, o prezo tamén se está disparando». Los profesionales esperan que los nuevos polígonos de viviendas sociales en Navia y la aprobación del PXOM ayuden a contener los precios.

«Recibimos 20 chamadas nun día se publicamos un anuncio dun piso en aluguer»
El administrador de la inmobiliaria Navia Siglo XXI, Víctor Pérez, indica que cuando publican algún anuncio de un piso en alquiler «a un prezo razoable, recibimos 20 chamadas nun día e outras tantas preguntas por Whatsapp. É un volume que ata fai difícil responder a todo o mundo», indica. Mismo diagnóstico extrae Óscar Sanmartín, agente de la inmobiliaria Padrenda. Por su local, en la calle Serafín Avendaño, se pasan cada vía varias personas a preguntar si tienen algo para alquilar, pero los anuncios que tienen vuelan. «Tardamos menos de dos semanas en resolver un alquiler», cuenta. También insiste en que «los precios están mal altos que nunca. Casi no se encuentra nada por debajo de los 600» y, si lo hay, «es algún minipiso de menos de 30 metros cuadrados».
La subida de precios también ha provocado que el poder adquisitivo de las personas que pagan un alquiler se reduzca, ya que el esfuerzo financiero, porcentaje del sueldo que destinan a pagar a su casero, es cada vez mayor. Hoy, una persona que cobre el salario mínimo interprofesional, 1.381 euros en 12 pagas, debe destinar el 48 % de su sueldo a pagar el alquiler. Las cifras también cambian por barrios, siendo Saiáns (2.112 euros), Oia (1368) y el entorno de García Barbón (778) los más caros, y Teis (513), Candeán (520) y Cabral (544) los más baratos.
Todo esto coincide con la cifra más alta de viviendas de uso turístico en la ciudad. En Vigo ya hay 2.286 alojamientos de este tipo y la cifra continúa subiendo mes a mes. Regularnos en una de las peticiones del Sindicato de Inquilinas Vigo, que se manifestó el domingo en la ciudad.