Condenan a Vithas por confundir un cáncer de pulmón letal con un lumbago

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua VIGO / LA VOZ

VIGO

Imagen de archivo del Hospital Vithas Vigo
Imagen de archivo del Hospital Vithas Vigo M.MORALEJO

Una mujer joven acudió muchas veces al hospital vigués (antiguo Fátima) por dolores óseos y nunca le hicieron una radiografía de tórax

11 abr 2025 . Actualizado a las 01:15 h.

Una mujer joven estuvo yendo al médico al Hospital Vithas Vigo (el antiguo Nuestra Señora de Fátima) de forma recurrente durante once meses a lo largo del año 2019. Padecía dolores en distintas partes del cuerpo: los hombros, la rodilla, el cuádriceps... En las últimas semanas le diagnosticaron un lumbago. Cuando a principios del 2020 decidió cambiar y acudir al Hospital Álvaro Cunqueiro, descubrieron que en realidad padecía un cáncer de pulmón en estadio IV, con metástasis extendidas a varios huesos. Menos de un mes después, la mujer falleció.

La Sección Sexta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, acaba de condenar al Hospital Vithas Vigo y a la aseguradora Segurcaixa Adeslas por la falta de pruebas para llegar a un diagnóstico. «Durante diez meses no se le practicó una simple radiografía, prueba sencilla y de bajo coste económico, que habría evidenciado la enfermedad que sufría», censuran las magistradas. El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Vigo le había dado la razón al hospital, pero con la nueva sentencia, tendrá que pagar 35.000 euros de indemnización al padre de la mujer, que fue quien demandó.

La paciente ya había sufrido un cáncer de piel superficial en el año 2016, en la nariz, pero aquella patología no tuvo nada que ver con esta. En febrero del 2019 empezó con los dolores de hombro. Volvió al hospital en abril con una fractura en la rótula. La sala considera que «desde esa fecha la paciente inició un peregrinaje», en referencia a las múltiples consultas de traumatología y a las sesiones de rehabilitación a las que acudió. Nunca mejoró. Y esto, dice la sentencia, «debió como mínimo alertar a los profesionales que la atendieron». La sala critica que no se hiciese «una labor indagatoria del origen de esa verdadera sintomatología», pese a que los problemas eran repetidos y constantes.

Lo eran porque tenía metástasis en los huesos. Hasta diciembre no le hicieron una resonancia. Esa prueba tampoco llevó a diagnosticar el cáncer, aunque sí se apreció una lesión cerca de la rodilla que se consideró un «probable ganglión», que es un bulto benigno en un tendón. Pero el hospital no adoptó «una actitud proactiva a fin de realizar una indagación más exhaustiva sobre el origen del dolor».

Los problemas continúan. A principios de enero le diagnostican la lumbalgia. Ella decide pagarse otra resonancia. El juicio clínico es el mismo: lumbalgia con signos de contractura. Le pautan analgésicos.

Pero pocos días después se cambia de hospital. Vithas Vigo es el centro de referencia en el sur de Galicia para los asegurados con Muface vía Adeslas que optan por un hospital privado. Cuando la mujer llega al Cunqueiro, solo dos días después de su última visita al antiguo Fátima, le hacen por primera vez una radiografía de tórax. Ahí se desencadena todo. En el hospital público vuelven a revisar la resonancia que se había hecho unos días antes en la privada y esa prueba, sumada a otras, permite detectar el tumor de pulmón en estadio IV y metástasis en el fémur, varias costillas y vértebras.

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Durante el juicio, la hermana de la fallecida declaró que en los últimos meses la paciente se había ido deteriorando. Padecía «unos dolores insufribles», dijo. Apenas lograba caminar más de tres minutos seguidos. Prácticamente dejó de comer. Las magistradas de la Audiencia deducen de ahí que padecía un síndrome constitucional, caracterizado por la pérdida de peso, el cansancio y la debilidad general. Ese síndrome no aparece en los informes médicos. Cuando se diagnosticó el cáncer no había nada que hacer, más que dar tratamiento paliativo. Falleció un mes después.

La Audiencia condena a Vithas por la falta de oportunidad, es decir, la posibilidad de que un diagnóstico más temprano pudiera haber alterado el curso de la enfermedad.