Los campeones que ponen los cimientos para el futuro del Vigo Rugby

LA VOZ VIGO

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El club  no prevé disputar la promoción trar ganar la liga autonómica, pues no quiere ascender hasta estar preparado para no repetir errores

11 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El Vigo Rugby sigue cumpliendo metas mientras pone las bases de un proyecto que compita más arriba. El equipo masculino se proclamó campeón de la Liga Gallega al ganar el pasado fin de semana al CRAT, pero los objetivos primordiales son otros. «Las generaciones que están llegando van nutriendo al primer equipo, consolidamos un buen grupo y lo pasaron bien, que es lo importante. La consecuencia es haber sido campeones», dice su técnico, Chema Fernández, un hombre de club que asumió las riendas desde que decidieron descender voluntariamente desde División de Honor B hace cinco años.

No esconde que, como club, el objetivo es ganar las ligas en categorías sénior, tanto masculina como femenina, y en M-18, siendo de ahí para bajo lo más importante la formación. «En esas categorías, no tiene tanta importancia ganar como que aprendan y mejoren. Después, sí que hay un poco más de exigencia y competición, aunque estemos en regional gallega», valora. Asume que «el nivel del rugbi español está un poco estancado» y le corresponde contribuir a subirlo entre todos.

Valorando el play-off

Haber sido campeones les daría derecho a disputar un play-off, pero aún no está decidido si optarán por participar y Fernández se inclina a pensar que no. «El club lo está valorando, pero nuestro objetivo ahora no es volver a una división nacional, donde tenemos que viajar seis veces y ya entran en juego el dinero, los patrocinios… Hablamos de 8.000 euros por desplazamiento y se complica el tema», admite. Considera que deben «aprender de los errores del pasado» y eso pasa por seguir esperando.

La intención sí que es volver, pero más a medio plazo. «En su momento, decidimos descender, y ahora estamos intentando crear ese proyecto para decidir cuándo es el momento en que queramos y podamos subir», cuenta. Y añade que la nostalgia de la élite solo aparece en los que jugaban en esa época, como él. «Quienes no lo vivieron no saben lo que es —para bien—, pero tampoco el sacrificio que fue», reivindica.

Una base sólida

A día de hoy, están mentalizados para que el futuro proyecto en una categoría superior «tenga unos cimientos suficientes como para mantenerse» y en ese sentido, van «sin prisa, pero sin pausa». «Podríamos jugar el play-off este año y quién sabe si ascender, pero no queremos hacer un castillo de naipes que se caiga sin una base sólida», indica antes de insistir en que no se pueden permitir caer nuevamente en los mismos errores.

Chema, por su parte, jugó durante 30 años y lleva entrenando a este equipo cinco, precisamente desde que decidieron bajar. «Lo hicimos para coger impulso, crear un nuevo grupo que pueda mirar hacia arriba. Pero eso necesita tiempo», ahonda. Es imprescindible apostar por la escuela, pues los chavales «llegan a cuentagotas» al primer equipo. «Esto no es fútbol, que tiene 25 millones de niños que quieren jugar. Va poco a poco y el embudo se va haciendo más pequeño a medida que se van a estudiar fuera o tienen otros intereses de ocio y otros gustos», analiza.

Por el contrario, cuando se llevan a jugadores que han formado ellos para competir más arriba, como también ocurre en ocasiones, no es ninguna mala noticia. «Eso es maravilloso, es que van a mejorar. Si nosotros no podemos ofrecerles más nivel, porque somos un club de formación, estamos encantados de que les lleguen esas oportunidades», asegura. Lo que sí desea es que sea con vuelta cuando llegue el momento de su retorno a las primeras categorías. «Ojalá vuelvan en unos años y poder tener a jugadores que han jugado a mayor nivel y vuelvan con esa experiencia para aportarla a su club».

Donde lo necesiten

Chema Fernández, que este año ya no tiene ficha como jugador, está a gusto entrenando. «Son transiciones, es lo que toca. Me gusta esta faceta, he estudiado, me he formado para ello y quiero aprender todo lo que pueda», afirma. Al principio lo echaba más de menos y confiesa que se pone más nervioso en el banquillo, porque como jugador «sales al campo y haces tú las cosas», mientras que como técnico dependes de los jugadores.

Aún no está confirmado si seguirá el próximo curso, pero tiene claro que estará donde sea necesario. «Depende de lo que el club tenga pensando, de lo que necesite; estaré donde me pongan para aportar», proclama. Como lo ha hecho al frente del equipo femenino y del M-18. Subraya que el club sobrevive gracias al trabajo altruista de muchos.