Anulan tres de las cuatro multas que Tráfico le puso a un conductor vigués en un control
VIGO

El infractor vivía en Vigo y, en el confinamiento del 2020, se desplazó a Ribadavia a cuidar a su madre dependiente. Fue reconocido con un agente y este le sancionó por no llevar la mascarilla, no usar el cinto, no ponerse el chaleco reflectante y girar de forma brusca.
02 may 2025 . Actualizado a las 15:02 h.Un conductor residente en Vigo ha perdido la batalla judicial contra un guardia civil de Tráfico de Ourense al que denunció porque le puso cuatro multas de golpe durante un confinamiento por covid. El incidente fue el 15 de noviembre del 2020 cuando el sancionado viajaba con su madre dependiente a comprar el pan por la carretera OU-801, en Rivadavia, donde ella vivía. Un control rutinario de covid de Tráfico lo paró y un agente reconoció al conductor (porque el guardia era el novio de la prima de la suegra) y avisó al control de que él vivía en Vigo y se había desplazado en coche a otra provincia.
Para probar que tenía permisos, el conductor presentó un certificado de los Servicios Sociales de Ribadavia que acreditaban que él apoyaba a su madre dependiente y que fue expedido para facilitar sus traslados entre Vigo y Ribadavia. Ambos guardias rechazaron el certificado porque no era válido al no ser expedido por un médico.
El agente acusado ordenó al conductor que saliese del coche y abriese el maletero y le cayó la primera multa por apearse en el arcén sin el chaleco reflectante. Tampoco llevaba la documentación del vehículo ni el justificante del seguro. Le dejaron irse en línea recta pero lo volvieron a parar porque el conductor giró en línea discontinua para ir a la panadería. El conductor asegura que el guardia amenazó con detenerlo y le gritó: «El pan te va a salir caro».
El guardia de Tráfico redactó cuatro boletines sancionadores por el chaleco, por no llevar puesta la mascarilla, por no usar el cinto de seguridad y por hacer un «brusco» cambio de sentido poniendo en «serio peligro» a los agentes y usuarios cuando le ordenaron que siguiese recto.
El conductor sospechó que el agente actuó así por «venganza y resquemor» y lo acusó de ejercer su cargo «arbitrariamente». Le atribuyó los delitos de falsedad de documento oficial, de prevaricación administrativa, delito leve de amenazas y maltrato de obra leve y le reclamó 1.142 euros.
El Concello de Ribadavia no aplicó la sanción por la mascarilla porque caducó sin resolución y el conductor logró que un juzgado de lo contencioso-administrativo de Ourense revocase la multa del cinturón y del cambio de sentido tras oír a testigos. De las cuatro multas, tres fueron anuladas.
No obstante, la sentencia no vio acreditado que el agente actuase con arbitrariedad. Ahora, la sección segunda de la Audiencia de Ourense, en una sentencia del 25 de febrero, absuelve al agente de Tráfico.