La Xunta debería diagnosticar el mal de las gaviotas

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

MARTINA MISER

Si considera que las aves están afectadas de botulismo, podría realizar pruebas para confirmarlo

18 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Leíamos el pasado martes este titular: «Un estudio internacional atribuye la desaparición de las gaviotas al botulismo, una enfermedad que causa parálisis severa». En realidad, este estudio se circunscribe al sur de Portugal con una muestra de 22 aves positivas de un total de 377 a lo largo de trece años. Esta no es una enfermedad infecciosa tipo, ya que no se transmite directamente de un ave enferma a otra sana, a pesar de que está causada por una bacteria. El microorganismo causante, denominado Clostridium botulinum, requiere de unas condiciones ambientales muy específicas para poder producir las toxinas que afectan a las aves, de ahí que esta enfermedad esté muy presente en algunas zonas geográficas y ausente en otras. 

Las condiciones para estos brotes consisten en una temperatura del agua por encima de 20ºC, gran cantidad de materia orgánica en suspensión, descenso del oxígeno disuelto y un ph de 7,5-9. Por ello, su presencia aumenta en verano en zonas de estuarios, charcas y embalses con temperaturas altas y aguas poco profundas y con gran carga de materia orgánica. Por idénticas razones es menos frecuente en zonas de aguas profundas, frías y batidas, como sería nuestro entorno litoral en general y particularmente las Cíes. Por eso quizás sea un tanto arriesgado deducir que lo que sucede en un caso concreto en el Sur de Portugal sea extrapolable a lo que sucede aquí. También por estos factores, el botulismo afecta mucho a las anátidas (patos y similares) cuyos hábitats y alimentación coinciden con las que prefiere el botulismo. Pero mientras en nuestras latitudes los casos de botulismo siguen siendo excepcionales (y muy localizados y condicionados a esas condiciones ambientales) la incidencia de la gripe aviar sigue su ritmo ascendente. En el segundo semestre del año 2024 se produjeron en Europa un total de 612 focos de influenza aviar de alta patogenicidad en aves silvestres, de los cuales 12 ocurrieron en Portugal y 21 en España, y de estos últimos 18 (el 80 % del total) tuvieron lugar en Galicia. Por eso nos parece dudosa la posibilidad de que sea el botulismo la explicación del vertiginoso descenso de las poblaciones de gaviotas en Galicia y el resto de Europa. 

Como ya mencionamos en alguna ocasión, la información científica disponible en el norte de Europa sigue apuntando principalmente a la gripe aviar. Seguimos pidiendo a la Xunta de Galicia que realice un diagnóstico riguroso de la enfermedad que está afectando a las aves de las Cíes y del resto de Galicia y que difunda los estudios que dicen llevar años realizando. Al mismo tiempo exigimos que realice los muestreos y análisis de influenza aviar obligados en su Plan Nacional de Vigilancia. Igualmente, si consideran que existen probabilidades de que los incidentes de parálisis y mortandad se estén produciendo por causa de la toxina botulínica u otros patógenos diferentes, deben realizar todas las pruebas necesarias para confirmarlos o descartarlos. 

Les recordamos que la influenza aviar es una enfermedad de notificación obligatoria, está considerada como la posible próxima pandemia a nivel mundial y cualquier sospecha de esta debe ser comunicada a las autoridades sanitarias inmediatamente. Desconocemos el motivo por el que la Consellería de Medio Ambiente no se emplea a fondo en hacer este diagnóstico. Debería entender que la prioridad en las Cíes (y demás espacios naturales) es la conservación de las especies que habitan en ellos, no su promoción como destino turístico. Una desaparición del 92 % de las gaviotas patiamarillas en las islas mientras aumenta año tras año el turismo las visitas indica que no se tienen claras las prioridades.