Así fueron las primeras bodas civiles en el Casco Vello de Vigo: «Ya tocaba dar el paso»
VIGO






Invitados y cónyuges sugieren al Registro Civil que habilite una sala de espera en la calle Abeleira Menéndez debido a la lluvia y el tránsito de coches
30 may 2025 . Actualizado a las 01:18 h.La primera boda civil en el Casco Vello de Vigo ha sido la de una pareja anónima que prefirió preservar su intimidad. Se ha celebrado en el mediodía de este miércoles en la nueva sala de ceremonias de la sede del Registro Civil, que hizo la mudanza el lunes. Los enlaces se programan todos los miércoles y viernes desde las once de la mañana y cada quince minutos. Las oficiantes son la secretaria o la jueza. Las dos siguientes enlaces nupciales de este miércoles fueron los de María y Eladio, por un lado, y Ana y Samuel, por otro. Todos ellos acumulaban más de una década de relación sentimental, que ahora sellan oficialmente.
El Registro Civil tiene su puerta principal en el número 13 de la calle San Sebastián pero la sala de bodas está separada y se accede por una calle paralela, Abeleira Menéndez, lo que genera confusiones. Por ejemplo, la segunda pareja que se casó ayer, Eladio y María, se extravió y terminó en la oficina municipal de cementerios, unos metros más arriba. «Nos mandaron buscar la puerta roja», contaron.
Contrayentes e invitados lamentan que la sala diseñada por la Xunta carezca de un atrio o un porche con bancos para resguardarse de la lluvia o esperar sentados. La puerta da directa a la calle Abeleira Menéndez, por la que transitan solo vehículos autorizados como taxis o coches patrulla de la Policía Local, la cual tiene su jefatura a 100 metros. Esto genera riesgos porque los conductores se topan con decenas de invitados esperando en la calle o celebrando el enlace con abrazos, besos y confeti en medio de un vial que es estrecho, con apenas cuatro metros de ancho. Una solución es meterse en la tienda de pastas y café que hay enfrente.
Los contrayentes coinciden en que el escenario de casas de piedra del Casco Vello es más «bonito» que las instalaciones de los antiguos juzgados de la calle Lalín, que albergaba las bodas civiles hasta ahora. «El edificio es mejor, más bonito», dicen.
El perfil de los cónyuges coincidía bastante. Se trata de parejas que llevan más de una década de relación sentimental y, en algunos casos, estas eran sus segundas nupcias. Es el caso de María y Eladio, ella una divorciada arousana que emprendió una nueva vida en Vigo hace 11 años y donde conoció a su actual marido. «Ya tocaba dar el paso», dice. El banquete nupcial será dentro de una semana en la comarca de O Salnés.
La tercera pareja fueron Samuel y Ana, vecinos de Bembrive y Cabral, respectivamente. Llevan 19 años juntos. «Nos llamaron del Registro Civil para decirnos que teníamos que venir aquí», cuentan. «Nos gusta el Casco Vello», afirman. Recién casados, les llovió confeti y arroz.
El Registro Civil de Vigo rebosa de anécdotas. Hace poco, un marido de 60 años fue a las oficinas a solicitar un certificado de matrimonio y descubrió que él su mujer no estaban casados legalmente. Tuvieron que pasar por el altar, esta vez de verdad.