El grave impacto de las piscinas domésticas

Antón lois AMIGOS DA TERRA VIGO@TIERRA.ORG

VIGO

Oscar Vázquez

Además de la presencia de cloro, son numerosas las especies de animales e insectos que mueren ahogados

08 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Aportábamos la semana pasada algunos datos sobre el impacto climático de las piscinas con la intención de invitar a reflexionar si compensa dicho impacto en la ciudad que tiene, y con enorme diferencia, el récord absoluto de piscinas de Galicia contando solamente las legales y refiriéndonos exclusivamente a las piscinas de obra. Decíamos también que quedaba un aspecto sin analizar: su impacto sobre la flora y fauna. Todo tiene sus puntos de vista, y lo que desde nuestra perspectiva se ve como una instalación para refrescarse y divertirse en verano puede resultar simultáneamente una trampa mortal para otras especies, Convendría recordar aquí la obviedad de que no somos los únicos seres vivos que habitan este planeta y, desde luego, nuestra especie no es en absoluto la más importante de las aproximadamente 100 millones de especies ? la inmensa mayoría todavía desconocidas ? que compartimos este planeta.

Acostumbrados a ver las cosas desde nuestro punto de vista, como si fuera el único posible, y nos resulta complicado imaginar que la piscina de nuestro jardín le cuesta la vida a un buen número de seres vivos con los que compartimos espacio y tiempo. El primer peligro, y el más evidente, es el riesgo de ahogamiento. Es imposible saber la cantidad de pequeños mamíferos como erizos, musarañas, topillos y ratones de campo, reptiles como lagartos lagartijas e, incluso, serpientes y culebras, anfibios como sapos, tritones y salamandras

(que en su vida adulta apenas se acercan al agua para hacer la puesta de sus huevos) e, incluso, ranas, que necesitan también un período fuera de agua, y también aunque sea más excepcional algunas aves que mueren ahogadas al resultarles imposible salir de unas piscinas con bordes resbaladizos y falta de apoyos o puntos de escape.

Siendo esta muerte por ahogamiento un serio problema al menos tiene la ventaja de ser una muerte relativamente rápida (muy relativamente, pues la agonía de irse quedando gradualmente sin fuerzas al intentar mantenerse a flote hasta que las últimas energías te abandonan puede durar mucho tiempo), pero es incluso peor cuando las piscinas están vacías, especialmente para los pequeños mamíferos. En este caso la agonía se prolongará durante semanas hasta morir de hambre y sed.

En cualquier caso, por cercanía genética siempre sentimos mayor empatía por nuestros parientes más próximos, por eso nos da más pena que se muera ahogado un erizo que una lagartija, y no digamos cuando entramos en el mundo de los insectos. Muchas abejas y otros polinizadores que precisan hidratación en las jornadas cálidas caen en las piscinas y allí morirán ahogados junto a centenares de moscas y mosquitos (estas víctimas ya no tienen tan buena prensa) saltamontes coleópteros etc. Cada vez que pasamos el ganapán para retirar a todos esos insectos que día tras día aparecen flotando en las piscinas quizás podríamos pararnos un momento a pensar que nuestra vida depende, literalmente, de esos bichitos cuyos cadáveres sacamos del agua a docenas todos los días.

Todo esto se podría solucionar poniendo en las piscinas una pequeña rampa. Una simple tabla serviría para que los bichos en general tengan una vía de escape. Por último, no olvidemos el impacto en los ecosistemas acuáticos de las ingentes cantidades de cloro, bactericidas alguicidas, etc. que usamos en nuestras piscinas y vertemos posteriormente. Seamos, al menos, conscientes de este impacto ambiental y procuremos minimizarlo.