Multas de hasta 300 euros a vecinos que cortaron el tráfico para reclamar mejoras en Coia
VIGO

Residentes de la rúa Caldas de Reis, en Vigo, participaron en una concentración que había sido autorizada por la Subdelegación del Gobierno
21 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Vecinos de la calle Caldas de Reis, en Coia, han comenzado a recibir multas tras protagonizar una concentración pacífica en la que cortaron el tráfico para exigir al Concello la renovación urgente del alcantarillado, el arreglo de las aceras y plazas de aparcamiento, entre otras demandas. Una veintena de residentes fueron identificados por la Policía Nacional durante aquel acto y ahora la federación vecinal denuncia que les están empezando a llegar multas de hasta 300 euros.
El organizador de la protesta, Óscar Álvarez, de la Federación de Vecinos Eduardo Chao, ha recibido una multa de 100 euros «por no contener a la gente y por unos supuestos destrozos que nunca existieron». Una de las vecinas ha sido sancionada con 300 euros tras ser acusada de golpear un coche con un paraguas, un extremo que tanto ella como los convocantes niegan. «Vamos a recurrir todas las sanciones porque no tienen lógica. La concentración se convocó tras meses de espera y después de haber solicitado cita con el alcalde en varias ocasiones desde 2022 sin obtener respuesta.
La documentación aportada por los propios vecinos demuestra que la solicitud para cortar la calle fue presentada formalmente a la Subdelegación del Gobierno, y que esta acusó recibo y comunicó por escrito las condiciones para su celebración: la duración de una hora, la ubicación exacta en la calle Caldas, y la necesidad de respetar la normativa municipal en cuanto a uso de megafonía y medidas de seguridad.
El motivo de la protesta era doble: denunciar el abandono general de la calle y exigir al Concello actuaciones urgentes. Los problemas se acumulan desde hace décadas en esta zona del barrio de Coia: aceras en mal estado, alcantarillado obsoleto y con filtraciones, cableado aéreo sin soterrar, falta de plazas de aparcamiento y barreras para la accesibilidad. La situación se ha visto agravada en los últimos meses por la prohibición de aparcar en uno de los márgenes de la calle para facilitar el paso de emergencias, en una vía que carece de salida y que termina justo en el colegio público Cristo da Victoria.
La protesta, celebrada el 30 de abril, reunió a medio centenar de vecinos y transcurrió de forma pacífica. Cortaron el tráfico a la altura del paso de cebra, tal y como figuraba en la autorización. La acción fue organizada por los propios residentes con el apoyo de la federación vecinal. «No estamos en contra del colegio, donde estudian nuestros hijos y nietos, sino del estado lamentable de la calle», subrayaba una de las vecinas.
En un momento de la protesta, un conductor quiso salir de la zona y se dirigió a los agentes de la Policía Nacional, presentes desde el inicio. «La policía vino hacia nosotros y quería que dejáramos pasar el coche. Los vecinos se negaron porque el permiso era para cortar el paso de cebra. La policía empezó a empujar a la gente y finalmente el coche pasó. Después identificaron a unas veinte personas», relata Óscar Álvarez. Días después comenzaron a llegar las notificaciones de multa. La llegada de las sanciones ha causado indignación en el barrio. «No se destrozó nada. La manifestación era pacífica y era para reclamar mejoras. Vamos a recurrir las multas porque son irreales», insiste Álvarez. Los vecinos, muchos de avanzada edad, solo buscan una solución a un problema que se cronifica año tras año. «Cuando llueve el agua llega a los ascensores y se inunda todo el barrio», recalca el representante de la federación.
La calle Caldas de Reis soporta desde hace décadas problemas estructurales sin resolver. Los edificios, construidos hace más de medio siglo, no cuentan con garajes, y las familias se ven obligadas a buscar sitio para aparcar en una zona ya saturada. Las reformas en calles aledañas, como la avenida de Redondela,les. «Es un caos diario. Llegas a casa y no tienes dónde aparcar», comentaba un de las residentes de la zona.