
La analista viguesa del Brentford cambia de rol en su cuarta temporada en la Premier League; el apoyo del cangués Manu Sotelo resultó fundamental
21 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La analista viguesa Haydée Agras (1984) se dispone a iniciar su cuarta temporada en el Brentford, donde inaugura una nueva etapa en la que su rol se centrará en los porteros del equipo de la Pemier League. «Estoy muy contenta en el club. He aprendido y mejorado mucho y he vivido muchas experiencias muy chulas», introduce a modo de balance quien antes trabajó en el Johor malasio, dando luego un salto importante. «El nivel y el ambiente de los partidos de la Premier son increíbles», valora.
En los inicios, llegó incluso con miedo por el paso que suponía recalar en el fútbol inglés, pero «ha valido la pena y todo está yendo muy bien» tras las dudas iniciales. «Venía de Malasia y el salto de calidad entre una liga y otra es abismal. Siempre está la incertidumbre de si las cosas irán bien, si estarás a la altura», aparte de la adaptación a otro país y cultura. «Allí hay un período de prueba de tres meses en todos los contratos y si consideran que no das el nivel, la vinculación termina. Así que mi primer objetivo era aguantar esos tres meses y a partir de ahí, ya fue todo más normal», cuenta.
A lo largo de los dos años y medio que lleva, había formado parte de un departamento que en su día, a su llegada, fue de nueva creación centrado en el desarrollo individual del jugador. Ahora, aunque su foco va a estar en los guardametas, detalla que el día a día no cambia en exceso. «Domingo, lunes y martes son días de más trabajo, sobre todo, los dos primeros, cuando hacemos el pospartido del sábado y el prepartido del siguiente rival», introduce; miércoles, jueves y viernes baja la carga de trabajo y se orienta más a «bases de datos, a analizar en profundidad el global de la temporada, no tanto del siguiente rival». Ahora, en vez de analizar jugadores de campo, lo hará con los cancerberos, pero con el mismo modus operandi.
La pasada campaña se estuvo encargando de toda la línea defensiva y ahí se estrechó la colaboración con el entrenador de porteros, que es el cangués Manu Sotelo, de ahí el cambio de cara a esta próxima liga. «Es el movimiento natural que han visto para mí y yo también lo he visto así. La temporada pasada del portero Mark Flekken fue muy buena, y del resto, también», valora. Y partiendo de esa buena evolución que tuvieron, todas las partes asumen que es el «camino natural» para Agras, que ha «funcionado bien» con Sotelo. «Así que me lo ofrecieron y no tuve muchas dudas».
Cinco analistas
En el departamento de análisis del Brentford son ahora mismo cinco profesionales en el primer equipo, dos en el filial y tres para el resto de la academia. Comparten oficina y la comunicación entre ellos es fundamental, constata. «Hay muy buen ambiente e intercambiamos mucha información. Estamos empezando a especializarnos tanto, que es muy importante ese intercambio para tener la idea general del juego y que a los futbolistas les llegue la mejor información posible y la más filtrada», desgrana.
A la pregunta de hasta qué punto se siente condicionada o examinada por los resultados del equipo, la viguesa responde que «el trabajo como analista individual era más a largo plazo y más global que el resultado del fin de semana, pero aquí no hay nadie exento del escrutinio del marcador: el fisio, el cocinero… Todos», enfatiza. Es obvio que si el equipo no gana, les va mal a todos, pero con matices: «No podemos basar nuestro trabajo solo en cómo termina el partido de la jornada, pero es una cosa muy importante, claro».
La presencia de Manu Sotelo ha facilitado mucho las cosas a Haydée Agras. «Me ayudó mucho al principio y me sigue ayudando cada día. Tener cerca gente de la tierra lo hace todo más fácil y en este caso, es increíble», apunta. Especialmente, porque para ella no fue sencilla la adaptación a Inglaterra. «Fue dura. Me fui de casa en el 2013 a vivir a Kuwait y, después, a Catar, Tailandia y Malasia. Estuve diez años sin usar calcetines, jerseys ni abrigos», contextualiza. Y aterrizo en Londres con nieve, en enero. «Se me hizo largo el invierno. Es una gran ciudad para venir de visita un fin de semana, pero no es mi sitio en el mundo para vivir», admite.
Por el contrario, sí es su empleo ideal, tras años teletrabajando para una empresa especializada. «Trabajar desde casa tiene sus ventajas, pero estar aquí, en el campo y poder compartir con los entrenadores y los jugadores cambia mucho el trabajo, existe mucho más intercambio de ideas y conocimiento, estás más presente en el día a día», comenta dejando clara su preferencia. Está en los partidos de casa, con Sotelo en el banquillo y ella con pinganillo. «Tenemos conexión directa e vamos intentando ayudar a la línea defensiva, porteros y equipo en general», aunque admite que el margen de intervención es poco durante el propio duelo. «Es un estadio con 20.000 personas y la comunicación es limitada. Intentamos intervenir al descanso. Estar atenta desde arriba y si veo algo distinto a lo que está viendo Manu, intentar ayudar».
«He tenido ofertas, pero la Premier tira mucho, es difícil salir»
Agras no oculta que «siempre hay acercamientos» para nuevos retos laborales, «algo natural en el fútbol, en una industria tan cambiante», máxime cuando su rol de analista, afirma, «está empezando y no hay demasiados». «He tenido alguna oferta, pero estoy bien aquí. El club es familiar, me tratan bien, me siento valorada y la Premier tira mucho, es difícil salir. Aunque Londres no ayude a quedarme, el fútbol lo compensa», explica. Pero ejercer en La Liga también es una aspiración para ella. «No creo que triunfar en casa sea el concepto, pero claro que me gustaría trabajar en la liga, que nunca me ha surgido la oportunidad, y si puede ser cerca de casa, mucho mejor», dice esta celtista confesa que también se pronuncia sobre el club vigués. «Poco qué decir del Celta, que da gusto verlos. Esperemos que esta temporada puedan consolidar las buenas sensaciones de final de temporada».
En el tiempo que lleva ganándose la vida como analista, ha podido constatar desde dentro cómo ha evolucionado esta industria. «Ha cambiado mucho. Cuando empecé, solo los clubes más grandes tenían analistas en el cuerpo técnico. Ahora, hay equipos que tienen cinco, seis, siete solo en el primer equipo y analistas en toda la academia», apunta. Cada vez se están especializando más y, agrega, se está empezando a implantar el rol de «entrenador analista, que es un asistente que está en el banquillo y hace la doble función». El crecimiento se refleja también en que el Brentford ha abierto nuevas plazas para sumarse a ese departamento. «Las solicitudes no bajan de 300 o 400, está funcionando bien». Y ella fue pionera en su día.