La patrulla de jóvenes que eliminan acacias en Teis: «Nunha mañá xa ves o cambio»

Alejandro Martínez VIGO / LA VO

VIGO

Oscar Vázquez

El programa de voluntariado de la comunidad de montes y del IES O Castro consigue consolidar buena parte del terreno como bosque autóctono

26 jul 2025 . Actualizado a las 15:04 h.

Lo que empezó como una obligación estudiantil ha terminado transformándose en una labor de voluntariado. La comunidad de montes de Teis está rejuveneciendo su base social gracias al compromiso de jóvenes como Iago Eluney, Elu, de 18 años, que se sumó al voluntariado por influencia de un compañero del IES O Castro y hoy participa cada semana en la recuperación del monte de A Madroa. «O que máis me gusta é ver a transformación do monte. Traballas unha mañá e xa notas o cambio», afirma.

El programa de voluntariado de Teis ha conseguido implicar a vecinos de todas las edades en la erradicación de la acacia negra, una especie invasora que amenaza la biodiversidad. Pero lo más significativo es cómo algunos jóvenes, que llegaron por exigencias académicas, se han quedado por convicción. Diego, amigo de Elu y alumno de bachillerato internacional, fue quien le propuso cubrir juntos las horas de voluntariado escolar ayudando en el monte. Desde entonces, ambos regresan cada sábado. «Vienen constantemente. No es el capricho de un día», destaca Eduardo García Crespo, presidente de la comunidad de montes.

La fórmula funciona. Cada jornada de trabajo —convocada a través de un grupo de difusión— reúne a personas unidas por un mismo objetivo: devolver al monte su riqueza natural. «A dinámica é moi sinxela. Convocamos actividades todos os sábados e quen pode, vén», explica Manuel Lopes Rodrigues, secretario de la comunidad de montes. Solo se suspenden si llueve mucho o coinciden con algún acto importante en el barrio. La clave del éxito está en el equilibrio entre trabajo y convivencia.

Tras las sesiones, los participantes comparten algo de beber y de comer. «Recuperamos o contacto directo humano, compartimos o que pasou durante a semana e non somos só un produto das redes sociais», cuenta Manuel. Este momento se ha convertido en una parte esencial de la experiencia, tanto que «moitos comuneiros din que lles encanta traballar no monte, pero isto incluso lles gusta máis».

Elu reconoce que lo que más le motiva es la sensación de cambio tangible. «Estás unha mañá, fas algo, terminas e ves que cambiou. Semana a semana vense os cambio. Y ese impacto directo es lo que ha permitido consolidar un 30 % del monte como bosque autóctono. Otro 30 % está en proceso de recuperación y el resto aún espera intervención. El trabajo es lento y meticuloso. La estrategia no busca abarcar grandes superficies, sino consolidar lo avanzado. «Non valoramos facer hectáreas, senón facelo ben, nunca dar un paso atrás», señala Eduardo García Crespo.

La experiencia acumulada durante 25 años ha enseñado a los comuneros que avanzar sin rigor permite que la acacia vuelva a ocupar terreno. Ya han conseguido erradicar bosques cerrados de acacias en amplias superficies forestales en las que ahora se desarrollan abedules, castaños, robles o cerezos.

Arrancar manualmente los brotes jóvenes

El método que aplican se basa en arrancar manualmente los brotes jóvenes, aprovechando el sustrato fértil y evitando rebrotes. La acacia negra, advierten, es mucho más difícil de erradicar que el eucalipto. «Require paciencia e perseveranza», resume Manuel. El programa se ha convertido en un ejemplo de gestión forestal sostenible. No solo demuestra que es posible recuperar el bosque autóctono, sino que lo hace integrando generaciones, transmitiendo saberes y sembrando conciencia. «Aquí en Teis hai exemplos claros de que se pode recuperar o bosque autóctono e a xente pode motivarse vendo as imaxes e o resultado do traballo», concluyen los impulsores de esta iniciativa.

Desde las 9.00 hasta las 12.00, comuneros, vecinos del barrio y ciudadanos de otras zonas trabajan juntos todos los sábados para retirar una especie muy invasora que se extiende con rapidez y no deja espacio para que se puedan desarrollar los árboles autóctonos. Son personas comprometidas con el medio ambiente que prestan su tiempo y esfuerzo de forma desinteresada.