
Tras jugar en 12 países, Cellerino vuelve a Barreiro para militar en el Gran Peña 15 años después de debutar con el Celta
01 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El 2 de febrero del 2010, Gastón Cellerino (Viedma, Argentina, 1986) pisó por primera vez el campo de Barreiro. Lo hizo en un amistoso con el Celta ante el Ourense, en cuyo heredero jugó el curso pasado. Ahora, regresa al campo de Lavadores con 39 años de la mano del Gran Peña y con la intención de firmar una buena campaña y colgar las botas, aunque admite que siempre tiene el mismo pensamiento y camino de las cuatro décadas, sigue al pie del cañón.
—¿Qué le anima con 39 años a seguir jugando?
—El día a día. Me siento muy bien, me gusta mucho lo que es el tema del fútbol y los entrenamientos, pero creo que con este año estaría casi cerrando la carrera. Estoy en una etapa en donde me gustaría ver otras cosas a nivel laboral, si puede ser, que sea relacionado con el fútbol.
—¿Cuál es el secreto de la longevidad?
—Que nos gusta mucho el deporte y el entrenamiento. En el verano, entreno con un profesor, y también cuido la comida a pesar de que me encanta el asado.
—¿Qué le movió a fichar por el Gran Peña?
—Vivo en Vigo, muy cerca del campo. En Ourense estaba muy a gusto, pero es una categoría que te exige más en cuanto a viajes y entrenamientos y estoy en una etapa en la que me gustaría disfrutar un poco más de la familia.
—¿Quién le convenció para jugar un año más?
—Hablé mucho con Cantero, también con Martín, el entrenador. Tenía otros clubes, pero quedaban lejos y no quería llegar a casa después de las once de la noche. Quiero compartir con la familia y el Gran Peña me queda a cinco minutos de casa.
—¿Se podía imaginar el recorrido que iba a tener en el fútbol gallego cuando llegó al Celta en el año 2010?
—La verdad es que no, pero tuve la suerte de poder conocer a mi mujer y al final, terminamos viviendo en Vigo. Cuando volví de Italia, pensé en retirarme, pero me animaron para jugar un tiempo más, fui al Rápido al que le estoy muy agradecido, porque me abrieron las puertas en Vigo. Creo que me adapto muy bien al fútbol de Tercera.
—¿Por qué dice que se adapta bien a este tipo de fútbol?
—Por el tipo de juego, los campos... Esta es la quinta temporada que voy a jugar y siempre marqué goles. Siempre dije que si metía menos de seis goles, me retiraba y nunca los metí.
—¿Mantiene esa apuesta para el Gran Peña?
—Sí. Mi idea es esa, pero cuando va pasando el año y te sientes bien, te terminan animando para que sigas jugando. Yo me lo estoy pensando muy seriamente. Quiero hacer una buena campaña con el Gran Peña y cerrar con un broche de oro.
—¿Después de jugar en tantos sitios y equipos, se imaginó que iba ser un vigués de adopción?
—No lo pensaba, pero conocí a mi mujer en el 2010, tenemos dos hijos y aunque hemos vivido en 12 países, tengo que decir que aquí se vive muy bien.
—¿En un futuro se ve en los banquillos, de agente, de director deportivo...?
—Depende. De ayudante podía ser, pero de entrenador ya es más un tema más serio. Me gusta ayudar, entrenar a los niños, de hecho, voy a entrenar un alevín del Bouzas en el que está mi hijo. Yo quiero ver un poco de todo.