Marta Domínguez: «Estos Juegos son lo más grande que he vivido como deportista»

VIGO

Go Nakamura

La medalla es la guinda para la viguesa en una cita que le ha impresionado

14 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Marta Domínguez (Vigo, 2001) está pletórica. El bronce logrado este martes en sus primeros Juegos Mundiales «sabe a oro» a la jugadora viguesa de squash, que sigue dando pasos en una carrera que cada vez apunta más alto. No estaba entre las favoritas para subir al podio y para lograrlo, tuvo que vencer a rivales muy superiores a ella sobre el papel. Tenía confianza en dar la sorpresa, en especial, tras un cambio en su preparación física que parece haber dado resultados de inmediato.

—Ya ha comentado que este bronce le sabe a oro. ¿Por qué?

—Estoy súper contenta porque, aparte de que ha sido una experiencia increíble a nivel personal, he ganado en cuartos a la 33 del mundo, estando yo sobre la 50 o 55. Luego, en semifinales, me tocó la 6 y ya era otro nivel, pero después consigo ganar el partido por el tercer puesto y creo que son resultados muy buenos. Al nivel que jugué toda la semana, conseguir este bronce, con ese partido en semifinales, es como si fuera un oro.

—Teniendo en cuenta que ganó a rivales que eran favoritas ante usted, ¿podía imaginarse de antemano en la pelea por el podio?

—Es cierto que mi rival en cuartos era favorita, pero también había hecho una pretemporada muy buena, he cambiado de preparador físico y sin el equipo que trabaja conmigo cada día, no lo habría logrado, así que se lo quiero agradecer a ellos, Damián, Juan y Pachi. Sabía que podía dar un gran nivel y nunca sabes lo que puede pasar en la pista.

—Así que una de las claves de la medalla es ese cambio que decía.

—Sí, es parte esencial. No es que antes no estuviera bien, pero una persona nueva en el equipo te da una motivación, una nueva perspectiva, un cambio en la metodología de entrenamiento... No fue una decisión sencilla, pero estoy muy contenta de haberlo hecho y que hayan llegado los resultados de forma tan rápida, porque fue en julio. Ha sido un mes muy duro, entrenando muchas horas y que se vea recompensado el esfuerzo es gratificante.

—¿Qué ha modificado en su día a día con ese cambios?

—Un cambio siempre es motivación, escuchar a una persona distinta que trae cosas nuevas, aire fresco. Pachi estuvo en la selección de fútbol sala de Kuwait, fue profesor mío en la universidad y controla muchísimo. Son detalles que marcan la diferencia y me encontré muy bien físicamente, llegando rápido a las pelotas. También a nivel de motivación, me cayeron las lágrimas con un vídeo que me grabó mi hermana.

—¿Fue fácil resetear tras la derrota en semifinales?

—Sí. Mi objetivo eran los cuartos, ganar ese partido, y fue una gran victoria. Ya en semis, contra una top-10, era muy complicado y entraba dentro de lo esperable. Así que me centré en recuperarme físicamente, en pensar lo que había hecho bien y en cómo afrontar el partido por la medalla.

—Señaló que los Juegos han sido la experiencia más espectacular que ha vivido a nivel deportivo. ¿Con qué se queda?

—Aunque ahora el squash va a ser olímpico, esto era lo más cerca que podíamos estar de unos juegos. Y creo que también influye que haya sido en China, pero a nivel organizativo, había 20.000 voluntarios, espectáculos, shows, una ceremonia de inauguración increíble, las ceremonias de entrega... Ha sido todo increíble e inolvidable. Es lo más grande que he vivido hasta ahora en el deporte y la medalla es la guinda, porque ya estaba mereciendo mucho la pena. Conoces otras disciplinas, otros deportistas, es muy enriquecedor. Y ya si finalizas con esas sensaciones de haber jugado a un gran nivel y llevándome la medalla a casa, no puedo pedir más.

—¿Qué pensó y de quién e acordó?

—De la gente que está conmigo en el día a día, de mi equipo, porque ellos saben los que hemos sufrido y luchado para estar aquí, lo que nos hemos esforzado. Luego, de mi familia, mis padres y mi hermana, que están conmigo siempre, me han llevado desde pequeñita a jugar los torneos, a entrenar y sin su ayuda tampoco hubiera sido posible. Al final, cuando ganas todo el mundo quiere estar ahí, pero lo difícil es cuando tienes esas derrotas, pierdes, estás lejos de casa... A la gente que está ahí en esos momentos malos es la gente que de verdad se lo quiero dedicar. Yo estoy súper feliz de que la gente me felicite, se acuerde de mí, esté feliz por mí, pero a quienes están en los momentos duros también, se lo agradezco muchísimo.

—Siempre tiene presente en los momentos buenos los complicados que vivió antes.

—Sí. No quiero que se entienda como «ahora sí, ahora me felicitan», al contrario, lo agradezco mucho. Pero cuando ganas ya estás feliz tú, no te acuerdas del cansancio, del viaje... Pero cuando pierdes y estás lejos de casa, con el cambio horario, y hay momentos duros, hay momentos en que te sientes sola y es duro. Ahí, el apoyo es muy importante.

—¿Pudo alguien de su familia acompañarla a China?

—No. Vinimos la otra chica que competía, Cris; el seleccionador, Borja (Golán) y yo. Mis padres estaban en casa, los pobres, teniendo que levantarse a horas complicadas. Se lo agradezco a ellos y a mi hermana, toda la familia lo sufre mucho porque saben del esfuerzo que hago por estar ahí. 

—Su hermana melliza también jugaba al squash y lo dejó. ¿Cómo vive sus éxitos después de haber cogido otro camino?

—Es mi fan número 1, la que más orgullosa está de lo que voy consiguiendo. La tengo súper presente y para mí todo lo que María opine o me diga es muy importante. Que me anime es especial. Es la primera persona a la que le hablo, le escribo, le pregunto. Nos queremos las dos muchísimo y el otro día mando un vídeo con mis primos pequeños dándome ánimas para las semifinales y se me caen las lágrimas viéndolo.

—¿Ahora toca descanso o pensar ya en los próximos retos?

—Dos días en Vigo y el sábado, ya tengo que estar en Madrid para una concentración con la selección española, porque viajamos el martes a Francia para el Campeonato de Europa Individual así que la siguiente semana me toca ya jugar e intentar colgarme otra medalla.