La Policía Local de Vigo combate la delincuencia con un dron que tiene un zoom de 200 aumentos
VIGO

Sus cámaras de alta resolución están complementadas con visión térmica y nocturna para detectar la firma de calor de los furtivos que mariscan de noche
14 ago 2025 . Actualizado a las 17:07 h.En los últimos días, los drones han sido protagonistas de varios sucesos en la ría de Vigo. Por un lado, un turista francés fue pillado cuando hacía volar una aeronave en una playa de las islas Cíes. Y, por otro, cuatro furtivas que mariscaban en Teis vestidas de negro para camuflarse en la noche fueron detectadas por las cámaras térmicas de un vehículo aéreo no tripulado del 092 porque su firma de calor corporal las delató. Pero la visión infrarroja no es el único superpoder de estos aparatos teledirigidos.
La Unidad Fénix de la Policía Local de Vigo dispone de drones que están equipados con cámaras de alta resolución que pueden hacer un zoom de hasta 200 aumentos, lo que les permite ver movimientos al otro lado de la ría. En la costa viguesa, el piloto puede ampliar en su visor las imágenes de personas que merodean por la playa o las rocas situadas a 500 metros o más.
Un informe de este departamento recalca que sus cámaras avanzadas cuentan con visión térmica y nocturna, «lo que es crucial para los operativos de vigilancia nocturna». El modelo DJI M30 Thermal está diseñado para emergencias y es capaz de operar en condiciones meteorológicas adversas como lluvia y viento. Sobrevuela zonas de difícil acceso y transmite imágenes en tiempo real, muy útil para que las autoridades tomen decisiones. Son útiles para buscar a desaparecidos, hacer seguimiento de incendios o vigilar barrios castigados por los robos.
La Unidad Fénix usa sus drones para realizar seguimientos de mariscadores sospechosos, grabar sus actividades ilegales o colaborar con los Guardacostas de Galicia y la Guardia Civil (equipo Pegaso). Actúan en Toralla, la Etea o A Fontaíña, donde se han incautado de marisco extraído ilegalmente. El 092 ve el uso de drones como una «herramienta clave y eficaz» en la lucha contra el furtivismo en la ría

Con estas cámaras de alta resolución, los agentes vigilan grandes extensiones de costa y playas de difícil acceso. Detectan la firma de calor de los furtivos, algo «muy efectivo» para pillar a los ilegales que actúan de madrugada o en horarios de marea baja.
Los drones graban todo desde el aire y recaban imágenes de cómo los furtivos esconden o tiran el marisco al agua cuando ven a policías. Pero la aeronave no tripulada ya ha obtenido pruebas.
La Unidad Fénix ha identificado a furtivos reincidentes e incautado capturas de pulpos, centollas, nécoras y almejas (que son devueltas al mar o cedidas a comedores sociales).
La aeronave siguió entre la multitud a un vendedor de droga en O Marisquiño
La Unidad Fénix también maneja drones para garantizar la seguridad en grandes eventos como la Media Maratón Vig Bay, las fiestas de Navidad o los conciertos de Castrelos. Su visión a vista de pájaro y en tiempo real aporta información panorámica del terreno y ayuda a las autoridades a coordinarse. Precisamente, el sábado, día 9, un dron de la Policía Local siguió la pista desde el aire a un vendedor de cocaína rosa y anfetaminas que se movía entre la multitud en un concierto del festival de O Marisquiño.
La aeronave no tripulada facilitó imágenes de la localización del sospechoso entre la masa mientras los agentes se dirigían hacia él para detenerlo. En su bandolera y ropas, portaba seis tipos distintos de drogas, que incluían la cocaína rosa, conocida como Tusi, cocaína, hachís, marihuana, MDMA y anfetaminas.
Los agentes locales de Costa y Playa (Bahías) estaban controlando desde el aire el tráfico y vigilando el movimiento de masas con el apoyo de la Unidad Fénix de drones, iniciando operativo de vigilancia y control de masas en el concierto del sábado. A las dos y cuarto de la madrugada, los agentes del puesto operativo avanzado observaron a un sospechoso que se movía como si estuviese vendiendo droga.
Durante varios minutos observaron al posible trapichero mientras el dron lo vigilaba y lo seguía desde el aire hasta que la policía dio la orden de interceptarlo y cachearlo.
Los agentes, guiados por las imágenes que constantemente estaba enviando el dron al visor del piloto, se acercaron e identificaron a un lucense de 28 años. Al verse acorralado, intentó extraer algo de la zona genital.
Los funcionarios hallaron en su bandolera tres bolsitas con anfetaminas (3,6 gramos), dos papelinas de cocaína (1,4), dos trozos de hachís (1,5) y otra dosis similar, siete pastillas de Tusi (2,7) y una bolsita de MDMA (2). Además, entre sus ropas, ocultaba 3 bolsas con anfetamina (4,9 gramos) y una bolsa con marihuana (2,8). Le requisaron 50 euros.
Fue detenido por la supuesta comisión de un delito contra la salud pública.
Si el piloto de dron hubiese detectado a algún miembro del público indispuesto, habría acudido con un desfibrilador.