Covelo tramita la declaración de espacio natural de interés local para este lugar de Barcia de Mera
24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un principio básico de la conservación del patrimonio natural defiende que no sobra ni un solo espacio protegido. Más bien al contrario, faltan muchos. El Concello de Covelo está en pleno proceso para añadir uno que faltaba y con el que tengo, si disculpan la particularidad, un vínculo personal. Se trata de la declaración como ENIL (espacio natural de interés local) de las carballeiras del río Alén, en Barcia de Mera. Para ubicarnos, el espacio está situado en paralelo al río Alén en el límite entre los concellos de Covelo y Fornelos de Montes, cerca de la aldea de Os Oleiros, y limita al oeste con la zona Red Natura del río Tea.
La superficie propuesta de la carballeira es de poco más de 32 hectáreas, un espacio relativamente pequeño, pero impresionante en cuanto a su biodiversidad. Sería imposible hacer un relato detallado de sus cinco tipos de hábitats diferentes (cuya conservación es de interés comunitario) y de su flora y fauna. Pongamos solo algunos ejemplos. En tan poco espacio, encontramos once especies incluidas en el Catálogo Galego de Especies Ameazadas con la categoría de vulnerables. Por ejemplo, los helechos Dryopterys aemula, Dryopterys guanchica y Woorwardia radicans (esta última ya fue objeto de un proyecto de conservación impulsado por el Concello de Covelo en los terrenos donde se propone el ENIL) o el Narcissus triandrus, un endemismo del norte peninsular.
En cuanto a fauna, está localizada allí la presencia del murciélago más grande de Europa, el morcego de orellas de rato grande (murciélago atonero, Myotis myotis), morcego grande de ferradura (murciélago de herradura, Rhinolophus ferrumequinum), ra patilonga (rana patilarga, rana iberica) y la estroza (ranita de san Antón, Hyla molleri) junto a dos auténticos tesoros: la saramaganta (salamandita rabilarga, Chioglossa lusitanica) endemismo del noroeste peninsular y un eficaz bioindicador de la calidad del ecosistema y, por último, una absoluta maravilla, la aguaneira (desmán del Pirineo Galemys Pyrenaicus), una especie catalogada en peligro de extinción a nivel estatal. Solo la presencia de este simpático y pequeño topo acuático con una trompa muy desarrollada y otro bioindicador de la calidad de las aguas ya justificaría sobradamente proteger este espacio.
Y no podemos olvidar entre los invertebrados, tratándose de una carballeira, la protegida vacaloura (Ciervo volante, Lucanus cervus). Por experiencia propia recorriendo no pocas veces ese bosque en mi infancia, compartiendo pisadas por el camino con las huellas del gato montés, gineta, tejón y un largo etc., mientras veía pescar al martín pescador y nos sobrevolaban azores y gavilanes y un interminable listado de aves forestales junto a anfibios, reptiles y una enorme variedad de plantas, arbustos líquenes etc., puedo asegurarles que es un lugar que, además de sus valores naturales e históricos, porque no se puede olvidar el patrimonio cultural como la capilla de San Xoán do Mosteiro y la fonte santa, con una valor etnográfico muy destacable, tiene una intangible magia especial.
En estos días terribles para la naturaleza devastada por el fuego, el Concello de Covelo está protegiendo un valioso salvavidas, y por eso es de justicia felicitar al alcalde Pablo Castillo (viejo amigo, mucho antes de ser alcalde) y al resto de la corporación municipal (la decisión se tomó por unanimidad) y también a la comunidad de montes San Martiño de Barcia de Mera, propietaria del terreno.
Ahora toca aplicar su plan de gestión y evaluar con cuidado su capacidad de carga para que conserve sus valores (y un buen programa educativo e interpretativo). Ese es el camino, proteger lo que nos protege.