Condenado un vigués por timar 52.000 euros a una empresa de limpieza en la pandemia de covid
VIGO

Vendió guantes desechables inexistentes aprovechando la urgencia
27 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un directivo vigués de 36 años ha sido condenado en el País Vasco por estafar 52.529 euros a una empresaria de limpieza de Vizcaya a la que vendió miles de guantes desechables inexistentes el 19 de mayo del 2020, en plena pandemia de covid.
El condenado, que trabajaba en una empresa comercializadora del sector energético de la misma provincia, actuó a espaldas de su socio y le hizo creer a la perjudicada que él tenía bastantes guantes contra el covid. Su clienta necesitaba urgentemente prendas de protección para sus trabajadores esenciales que salían a la calle a limpiar en pleno confinamiento por la emergencia sanitaria. En realidad, el vigués se quedó el dinero que le entregó la compradora y lo destinó a sus gastos personales.
Como el dinero fue ingresado en una cuenta del jefe, el timador abusó de su confianza y realizó extracciones con diversas excusas como que tenía que hacer devoluciones o pagos. El socio, al descubrir el desfalco, devolvió a la clienta 20.500 euros pero faltaban otros 32.000. Ambos directivos fueron denunciado por estafa.
La sexta sección de la Audiencia de Vizcaya condenó al vigués a 18 meses de cárcel por estafa agravada y una multa de 2.400 euros y absolvió a su jefe. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, en una sentencia del 23 de junio, confirma la pena.
Todo empezó en el confinamiento del 2020 cuando el acusado y su socio decidieron comercializar material de protección sanitaria frente al covid. La representante de una empresa de limpieza hizo un pedido de guantes valorado en 52.529 euros y el acusado le aseguró a la perjudicada que contaba con el material pero tenía que pagarlo por adelantado. Le transfirieron el dinero a una cuenta de empresa cuyo único autorizado era el socio pero a la que tenía acceso el acusado. El material nunca llegó a la clienta ni el acusado realizó gestión alguna para adquirirlo.
En su apelación, el directivo vigués alegó que él no controlaba las cuentas e insinuó que el culpable podía ser su jefe porque un intermediario de la clienta dijo que había tratado únicamente con este. El Tribunal Superior le responde al vigués: «Ofreció un ventajoso negocio a la empresa de limpieza construido sobre la urgencia de aquella para obtener los guantes teniendo en cuenta la situación de pandemia por el virus covid-19 y la vinculación con su empresa. Un engaño previo, pero bastante para inducir a error». Y recuerda que engañó a su propio jefe, que pagó todo.