1866, el Congreso debate repartir la provincia de Pontevedra entre Ourense y A Coruña

VIGO

Justo de la Cuesta presentó un proyecto de ley para dividir el territorio por el Lérez
05 oct 2025 . Actualizado a las 19:29 h.Justo Pelayo de la Cuesta Núñez propuso en el Congreso de los Diputados en 1866 suprimir la provincia de Pontevedra y repartir su territorio entre las provincias de A Coruña y Ourense. Nacido en Marín en 1823, De la Cuesta Núñez, que era primo del marino vigués Casto Méndez Núñez, estudió Derecho en Santiago y ejerció como abogado en A Coruña, desde donde entró en política. En 1853 fue elegido diputado por las filas progresistas en el distrito electoral de Vigo.
Su acción más estacada en el Congreso de los Diputados fue presentar un proyecto de ley dirigido a la abolición de los foros, las ancestrales formas de alquiler de las tierras que tanto oprimían al campesinado gallego, iniciativa que fracasó. Tras una temporada apartado de la política, regresó en 1863 al Congreso, en las filas de la Unión Liberal, nuevamente representando a Vigo. Quizá una de las razones veladas de su propuesta de eliminación de la provincia de Pontevedra estuvo en que perdió en 1864 su acta de diputado por el distrito de Vigo en favor del conservador José Elduayen. Regresaría al Congreso, pero ya como representante del distrito de O Carballiño. Ahí se sitúa su proyecto de ley, una cuestión que entonces podían presentar los diputados de forma individual.
Fue presentado el proyecto el 1 de abril de 1866, aunque no fue hasta el 19 de mayo cuando defendió sus argumentos ante la cámara. En su intervención, Justo de la Cuesta comenzó aclarando que podía resultar rara su propuesta debido a sus fuertes lazos con la provincia de Pontevedra, pero señaló que no le movían «motivos misteriosos», sino su deber como diputado.
Su punto de partida argumental se situaba en la organización provincial de 1836. La calificada de exagerada en cuanto al número de provincias creadas, lo que suponía un notable gasto para el erario público, cuestión entonces muy presente en el gobierno presidido por el moderado Alejandro Mon y Menéndez. Creía Cuesta Núñez que para aliviar las cuentas del Estado había que reducir el número de provincias. «Esa provincia [por Pontevedra] no tiene razón de ser porque es irregular en la forma y mucho más irregular todavía por su situación y su extensión», afirmó en el estrado del Congreso.
Entendía que cuando se creó la división provincial, las vías de comunicación en España eran deficitarias, algo que en el caso de Galicia se había solventado con la apertura de la carretera de Vigo a Madrid y la mejora de la conexión de Vigo con Santiago y A Coruña, salvo en el caso de Lalín y A Estrada.
De la Cuesta sostenía que en Galicia había tres zonas claramente diferenciadas que coincidían con las tres provincias que él quería. Incluso, decía que esas zonas se distinguían «por el dialecto especial» de cada una de ellas. La única objeción que ponía a su propuesta era la administración de justicia. Para esto consideraba que se debía mantener el mismo sistema.
Su propuesta consistía en dividir la provincia tomando como línea el cauce del río Lérez. La provincia de Ourense se extendería hacia el mar, incorporando los partidos judiciales de A Cañiza, Ponteareas, Tui, Vigo, Redondela y Ponte Caldelas. Incluía en Ourense parte de los municipios de Pontevedra, Forcarei y Cerdedo. El resto de la provincia se agregaría a la de A Coruña.
El ministro de la Gobernación, Posada Herrera, rebatió todos los argumentos esgrimidos por el diputado gallego y dejó resumida su idea en una frase: «Prefiero ayuntamientos grandes». La idea animaba a cambiar el mapa administrativo unificando ayuntamientos, algo que tampoco se produjo. En cualquier caso, el Congreso votó en contra del proyecto del diputado por O Carballiño.
Otras cosa fue el señalamiento que tuvo Cuesta en la prensa, especialmente, de Pontevedra, que lo tachó de renegado y de fomentar los intereses económicos de Ourense. Llegaron a decir que pretendía conseguir puertos marítimos para Ourense. Curiosamente, el periódico liberal vigués El Miño sí aceptó el argumentario del político liberal y consumió mucha tinta tratando de defender todos y cada uno de sus argumentos.
Años después de esta polémica, Justo Pelayo de la Cuesta Núñez llegó a ser ministro de Hacienda en el gobierno de 1883.