El subcampeón de España de aeromodelismo de réplicas, listo para el mundial en Inglaterra

VIGO

El vigués Manuel Rodríguez competirá con una Stolt Starlet
12 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Trabajó en la empresa fabricante de ferrocarriles CAF (Compañía Auxiliar de Ferrocarriles) en el País Vasco y, con la misma minuciosidad con la que reparaba y pintaba los golpes y rasguños de los trenes, construye ahora las réplicas de los aviones. Manuel Rodríguez, conocido como Ivo, muestra la avioneta con la que ha quedado subcampeón de España de aeromodelismo en versión maquetas. La saca del garaje de la vivienda de su pareja, en Matamá, donde guarda otra aeronave. Ya se prepara para el campeonato del mundo que se celebrará en el 2026 en Inglaterra.
«Primero, tienes que conseguir los planos del avión original y luego hacerte con los materiales y reproducirlo con el más mínimo detalle a escala», señala. La maqueta que quedó segunda en el campeonato de España, que se celebró este pasado verano en Burgos, es una Stolt Starlet Sa-500. Tiene 2,70 metros de envergadura y un fuselaje y cabina de 1,50 metros de largo.
El original es un monoplaza de Estados Unidos que mide 8 metros y que puede volar a 250 kilómetros por hora. Los americanos lo pueden comprar y montarlo en su casa sin las regulaciones estrictas que hay en Europa.
La avioneta construida por Ivo alcanza los 130 kilómetros por hora. El constructor muestra los planos originales que siguió para armar su imitación y las fotografías del original. El jurado cotejó las imágenes del avión real con las del construido por Manuel Rodríguez, que vive en Matamá pero tiene una casa en Puxeiros, donde guarda una decena de aviones a escala y cría las famosas gallinas de Mos que, aunque no vuelan, dan huevos y una carne exquisita.
«Lo primero que se valora en el campeonato es la estática, es decir el avión parado y todos sus detalles para ver si son conformes al original», cuenta.
No se puntúa solo al aparato sino al piloto, al de ficción y al real. La nave Stolt está pilotada por el novio de Barbie, un Ken que abandona su ropa pija y se transmuta a los mandos en un piloto de la Segunda Guerra Mundial con una cazadora de cuero de aviador, pantalones y botas. No le falta una pelambrera casi como la que exhibe su dueño. En realidad el que maneja el avión y al piloto es el propio Ivo con un aparato de radiofrecuencia. Los ensayos los hace en el club de aeromodelismo Furaventos de Pontellas.
Las pruebas del campeonato de España se celebraron en Soto Palacios, a unos 30 kilómetros de Burgos. Acudieron 30 participantes y ganó un andaluz con un Bucker, un avión alemán. Además de valorar la fidelidad al original, el jurado observó el vuelo del avión, que tiene que ser lo más similar posible al de la avioneta real, que dobla en velocidad de crucero al modelo creado por Manuel Rodríguez.
Seguridad aérea
La aeronave pesa tan solo diez kilos y la normativa permite volarla a unos 120 metros de altura en un radio de 500 metros porque es la manera de que no se pierda el control visual. Los vuelos tiene que seguir unas normas y Manuel, como otros pilotos, está registrado en la Agencia de Seguridad Aérea con un número de matrícula para que, en caso de accidente o extralimitación, pueda asumir las consecuencias.
«Llevó desde los 15 años haciendo maquetas de aviones. Antes había una tienda de aeromodelismo en Camelias. El dueño se jubiló y ya no existe», explica. «Hasta que irrumpieron los drones no había ningún problema para volar estos aviones. Nos han fastidiado».
Para conseguir un peso tan pequeño en la maqueta se aligeran todos los materiales y se emplea madera de balsa, tropical. Tiene poca densidad y mucha resistencia. Las alas se confeccionan con un listón de pino y piezas de contrachapado. Luego el armazón se reviste con tela aeronáutica que le da el acabado final metalizado.
Para participar en estos campeonatos se requiere un vehículo de transporte adecuado. Ivo abre la puerta de otro garaje y aparece una autocaravana del tamaño de un autobús. Tiene un portaequipajes inmenso con capacidad para acoger en su interior una aeronave de estas características. Con el vehículo, la pareja recorre la Península. Y ya están pensando en la singladura hasta Buckminster para el mundial del 2026.
Sheila Pérez, ingeniera industrial e hija de su pareja, ya está reclamando que Barbie tenga su propio avión para competir con el de Ken. Quizá pueda ser el biplano amarillo Tiger Moth DH 2A, un avión inglés de la segunda guerra mundial que aguarda en el hangar.