La intrahistoria de la canasta ganadora de Diana Cabrera

LA VOZ VIGO

VIGO

Xoán Carlos Gil

«La jugada que se había pintado no resultó, el primer tiro salió fatal, pero me cayó el rebote y tiré con confianza y entró»

14 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

«La jugada que se había pintado en la tabla no salió; subo para poder triangular, eso tampoco se da y me la acabo jugando. Cuando tiré, pensé: ‘¿Qué tiro he hecho?’. Porque lo tiré fatal, pero de repente, me cae el rebote en la mano, tiro con confianza y tuve la suerte de que entró. Fue una satisfacción enorme». Así recuerda Diana Cabrera (Argentina, 1993) la canasta de dos puntos que anotó ante el Zamora y le dio el triunfo al Celta en la Liga Challenge de baloncesto (79-78). Es la primera vez en las competiciones FEB que firmó la canasta definitiva para remontar.

Fue la resolución a un partido que tuvieron virtualmente ganado con una ventaja de 15 puntos y que se le complicó hasta estar un punto por debajo en el marcador bien entrado el último minuto. «El partido fue duro, nos costó mucho, tuvimos momentos buenos y malos. En ataque, fallamos algunos tiros y nos está pasando que a veces nos desacomodamos atrás. Tenemos que poner más energía en defensa», recuerda la pívot.

De familia deportista y madre baloncestista y profesora de Educación Física como ella, Diana comenzó en su deporte en Argentina a los cinco años. «Me gustó, fui creciendo y seguí». Tanto, que acabó siendo internacional absoluta con la albiceleste. Esta año fueron cuartas en la AmeriCup (cayeron ante Canadá en la última jugada) y en marzo le espera una ventana FIBA en Turquía.

En el 2018 llegó al baloncesto FEB. Seis de estos casi ocho años los pasó en el Ardoi navarro y en la pasada temporada defendió los colores del Al-Qazeres extremeño. Fue allí donde recibió la llamada del Celta. Cabrera tenía varias ofertas el pasado verano, pero eligió la celeste. «Hablé con Cris, me gustó mucho la idea que tenía que equipo, cómo se iba a entrenar y cómo era el club y me terminé decantando por venir», dice la argentina, cuya una referencia del club era el ambiente de Navia en los partidos como visitante. «Sabía que tenía una afición buenísima, que la cancha se llenaba siempre y que había mucho calor de la afición, algo que ya he comprobado».

La pívot, que mide 1,86, se define como una jugadora «competitiva, a la que le gusta ir los rebotes y defender». «En ataque soy una jugadora de rol pero me gusta tener balones, ser referente y tener opciones. Trato de aportar mi mejor versión». Diana encajó la perfección en un baloncesto que considera «mucho más táctico, aunque también se corre mucho, pero con lógica. En Argentina es solo correr y chocar».

Por otra parte, Cabrera elogia el nivel de la plantilla del Celta y aprecia mucho margen de mejora. «Me gusta mucho. Es joven, pero también algunas también somos experimentadas. Creo que estamos trabajando muchísimo y desde que comenzamos hasta hoy hemos mejorado mucho, pero nos queda mucho que mejorar y como dice Cris: ‘Vamos picando piedra’», indica sin perder el norte del objetivo «que claramente es el ascenso», sin renunciar a la plaza de ascenso directo pese al nivel exhibido por el Azulmarino. «Ya veremos cómo estamos en febrero, esta liga es irregular y las posiciones van cambiando».

Con ganas de afincarse en la península cuando sus días de baloncesto toquen a su fin, saca tiempo del deporte para cursar un ciclo superior de FP de Imagen para el Diagnóstico de Medicina Nuclear. Entre canasta y canasta.