El regreso de Asier Troncoso un año después

M. V. F. VIGO

VIGO

XOÁN CARLOS GIL

El porriñés se reencuentra como portero en el Gran Peña tras no llegar a sumar ningún minuto en el Celta en su último año de juvenil

05 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Asier Troncoso (O Porriño, 2006) vive en el Gran Peña su primer año sénior tras finalizar una etapa de cinco temporadas en el Celta. En la última de ellas, no dispuso ni de un minuto; era el tercer portero del Juvenil A de División de Honor y apenas entró en cinco convocatorias cuando alguno de sus compañeros de demarcación -Marcos González, ahora en el Fortuna, y Hugo Wauthier, en el Valladolid- fallaba. En la presente campña, ha intervenido en tres partidos, logrando una portería a cero y reencontrándose como futbolista.

Admite que el curso anterior fue «complicado». «Éramos tres porteros con un gran nivel y sabía desde el principio que iba a ser difícil jugar», recuerda. Él quiso intentarlo y, aunque no tuviera protagonismo, se queda con lo bueno. «Quería pelear por tener minutos, pero yo no tomo las decisiones. A pesar de no jugar, fue un año bonito, de buenas experiencias con los compañeros y de crecimiento en otros aspectos», ahonda. Pone el foco en que «la del Celta es una de las mejores canteras de España y en cada entrenamiento tienes a técnicos y compañeros buenísimos y mejoras mucho, sales siendo mejor portero y persona».

Cerrada la etapa juvenil, tuvo varias propuestas, pero la del Gran Peña le atrajo especialmente, aparte de que el técnico, Martín Blanco, le transmitió mucha confianza. «Me pareció muy atractivo el proyecto y comenzar esta etapa en una categoría como Tercera Federación. Desde el primer día que hablé con Martín, me convenció mucho la opción, vi que quería apostar por mí», recuerda. Lo vio como un buen sitio «para seguir creciendo y sumar partidos; aunque no vayan a ser 30, es un año para seguir dando pasos». También menciona que Barreiro es «un escenario muy atractivo» para jugar.

Fue en ese campo donde debutó en Tercera el 12 de octubre, frente al Compostela, por lesión de su compañero Andrés Álvarez a falta de seis minutos, ya con el que sería el 1-1 final. Luego, encadenó dos titularidades y, estando él tocado, volvió Andrés. Esos tres últimos duelos del equipo se saldaron con triunfos. «Me sentí muy bien. Siempre es difícil volver a coger el ritmo de competición después de tanto tiempo, pero con la ayuda de los compañeros y entrenadores, todo se hace más fácil», mencionando la veteranía de gente como Cellerino, Antón de Vicente o el propio Andrés. Dice que se encontró «muy cómodo» en esa primera toma de contacto y luego, lo mismo que O Barco y ante el Boiro, sin encajar gol. «Me vi listo para ayudar al equipo», cuenta.

De Andrés Álvarez, su competidor por el puesto, asegura que tienen una competencia «muy sana» y agradece cómo le recibió desde el primer día. «Es un portero con experiencia que te ayuda mucho en el día a día. Nos mejoramos el uno al otro», apunta. La sensación de Troncoso es que se lo están «poniendo difícil» al entrenador. «Cualquiera que juegue va a ayudar al equipo, que está en buena dinámica. Llevamos tres triunfos seguidos, solo perdimos en la primera jornada y es un reflejo del día a día y del grupo que somos», celebra.

La sensación de ayudar

De su vuelta a los terrenos de juego, salió reforzado. «Tenía muchas ganas de volver a tener la sensación de salir de un partido sabiendo que he hecho un buen trabajo y, además, habiendo ganado. Después de entrenar siempre a tope, se agradece poder ayudar al equipo», comenta. A nivel colectivo, apunta a la permanencia, destacando la calidad de la plantilla y que las lesiones les están lastrando. «Aun así, estamos rindiendo a muy buen nivel».

«Se veía que jugadores como Óscar, Arcos, Burcio o Gavián podían llegar lejos»

Troncoso dio sus primeros pasos en el mundo del fútbol en el Porriño y el Pontellas antes de llegar a un Celta para el que solo tiene buenas palabras. «Fue una etapa muy bonita que voy a recordar toda la vida. Llegué al Cadete B y sumé experiencias como torneos o entrenar con el primer equipo que te quedan grabadas», recalca. Agradece especialmente la acogida cuando llegó. «La adaptación me costó el primer año en términos de mi nivel, y aun así, tuve minutos desde el primer día y momentos muy buenos», comenta.

Pertenece a la generación del 2006 y ha compartido mucho con los jugadores que están destacando en el Fortuna y que, en algunos casos, ya debutaron en Copa con el primer equipo. «Es muy bonito ver cómo gente con la que pasaste años entrenando, incluso en clase con la mayoría, debutan e incluso marcan, como Óscar (Marcos). Sabes todo el trabajo que hicieron, cómo lucharon por esos objetivos, y te alegras mucho por ellos», afirma este estudiante de un ciclo superior de Administración y Finanzas en el IES Ribera do Louro.

No le coge por sorpresa el éxito que están teniendo. «Jugadores como Óscar, Arcos, Gavián, Burcio... Veías que eran jugadores de otra categoría, que cuando éramos cadetes, iban adelantados y sabían que si seguían así, podían venir cosas buenas», apunta. Aún no ha debutado su compañero portero Marcos González. «Seguimos teniendo muy buena relación. Este primer año sénior es difícil para todos, pero tiene unas condiciones brutales», destaca el excéltico.