La familia de María Dolores Cordovés debe afrontar gastos «inasumibles»
20 nov 2025 . Actualizado a las 05:00 h.María Dolores Cordovés García, reconocida como Viguesa Distinguida en 1998 por una vida dedicada al servicio público, la sanidad y la defensa de los derechos de la mujer, atraviesa ahora una situación que su familia describe como «incomprensible» y «profundamente injusta». Con 85 años y encamada desde hace casi dos, padece una gran dependencia acreditada desde septiembre de 2024, pero la ayuda que la administración le reconoció —94 horas mensuales de asistencia— nunca llegó a ponerse en marcha.
Su hijo Martín, que vive con ella y asume la totalidad de los cuidados, decidió contar su caso para denunciar una espera que se ha vuelto insostenible.
«El sistema nos está dejando solos», señala en la carta en la que relata el proceso. «Entregamos toda la documentación, cumplimos cada requisito y seguimos igual: sin respuesta».
La familia pidió un cambio de programa hacia una prestación económica para cuidados en el entorno del hogar. «En agosto de este año aportamos toda la documentación adicional requerida. Desde entonces, ya pesar de uqe los plazos legales se han superado con creces, la ayuda no ha llegado», lamenta Martín.
La trayectoria de Cordovés contrasta con su situación actual. Durante cuatro décadas trabajó en el complejo hospitalario hoy integrado en el CHUVI como enfermera-supervisora del Servicio de Atención al Usuario.
Fue Dama Voluntaria de Cruz Roja, secretaria provincial de OMAC, vocal fundadora de la Asociación de Donantes de Sangre y una figura clave en las Jornadas Mundiales de la Mujer. Además, desempeñó cargos autonómicos y nacionales en la Asociación de Mujeres «Concepción Arenal» y participó activamente en la vida cultural viguesa. Su labor le valió el reconocimiento del Concello como Viguesa Distinguida en 1998.
Hoy, esa mujer que dedicó su vida a los demás depende por completo de su familia. Aunque no puede hablar ni moverse, mantiene lucidez y una comunicación basada en gestos y miradas que sus hijos y nietos interpretan con precisión.
Para sostener los cuidados han contratado personal regulado, y uno de los nietos, enfermero, atiende la parte sanitaria para evitar visitas externas. Pero el esfuerzo económico se ha convertido en un muro difícil de superar: los gastos mensuales rondan los 4.000 euros, a los que se suman más de 300 euros en medicación, pañales y productos básicos. «La pensión de mi madre no alcanza ni de lejos para afrontar todo esto», lamenta Martín.
La familia denuncia además una paradoja que agrava la situación: aunque la ayuda sigue sin aplicarse, a Cordovés se le descuenta una parte de su pensión correspondiente a la contribución que deberían retenerle cuando la prestación esté activa. «El sistema se ahorra lo que no presta y aun así descuenta como si lo estuviera dando. Es un sinsentido», afirma el hijo. No cree que haya mala fa por parte de los funcionarios. «Lo que sí creo es que la burocracia, los retrasos y la falta de medios convierten el derecho a una ayuda en algo que nunca llega».
Pese a la dureza del proceso, Martín destaca la fortaleza de su madre: «Afronta todo con dignidad y un humor que nos deja sin palabras». Y añade que no cuentan esta historia por victimismo, sino «para recordar que detrás de cada expediente hay personas concretas, muchas de ellas como mi madre, que lo dieron todo por los demás y hoy esperan que la sociedad y las instituciones se encuentren a la altura».
La familia solo pide que la administración haga efectivo lo que ya reconoció hace más de un año. La mujer siempre estuvo cuando la ciudad la necesitó y ahora piden que no la olviden.