Siete de cada diez vigueses viven atrapados por el ruido del tráfico

alejandro martínez VIGO / LA VOZ

VIGO

XOÁN CARLOS GIL

El nuevo plan municipal admite que el coche genera el 99 % de la contaminación acústica y sitúa al centro y los grandes ejes viarios como las zonas más saturadas

13 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Siete de cada diez vigueses conviven a diario con niveles de ruido superiores a los recomendados por la normativa europea. El dato figura en el documento de revisión del plan de acción contra el ruido del Concello de Vigo, correspondiente al 2024, que reconoce que el 68,5 % de la población está expuesta a niveles globales de ruido día-tarde-noche iguales o superiores a 55 decibelios. Por la noche, el problema no se atenúa: el 47,9 % de los vecinos soporta niveles de ruido por encima de 50 decibelios, el umbral a partir del cual la Organización Mundial de la Salud alerta de efectos negativos sobre el descanso y la salud.

El diagnóstico del plan señala que el tráfico viario es el responsable casi absoluto de la contaminación acústica en Vigo. Según el documento, alrededor del 99 % de la exposición total al ruido procede de los vehículos que circulan por la ciudad. El peso del ruido industrial es residual y afecta a menos del 3,2 % de la población, mientras que el ferroviario apenas tiene incidencia relevante, en buena medida por el soterramiento del acceso a la estación de Urzáiz y por el trazado semienterrado del entorno de Guixar.

La combinación de tráfico intenso y alta densidad de población explica que el centro urbano aparezca como la zona más castigada. Cerca del 60 % de los habitantes de Vigo reside en esta zona, que concentra buena parte de las situaciones de superación de los valores recomendados. A ello se suman los entornos de los grandes ejes viarios que atraviesan o bordean la ciudad, convertidos en auténticos corredores acústicos.

El plan identifica como áreas especialmente saturadas los tramos urbanos y periurbanos de la AP-9 y su conexión con la AP-9V en Teis, la A-55 y la avenida de Madrid en el acceso sur, la VG-20 o Segundo Cinturón y su enlace con la AG-57, así como las principales avenidas con elevadas intensidades medias diarias de tráfico. Entre ellas figuran Gran Vía, Urzáiz, García Barbón, Castelao, Beiramar, Travesía de Vigo, Martínez Garrido o Gregorio Espino, además de múltiples calles del centro con circulación constante.

Tras el centro, las parroquias de Lavadores y Teis destacan como las más afectadas por la exposición acústica, tanto por su densidad residencial como por la presencia de infraestructuras viarias de primer nivel. El documento subraya que estas áreas concentran las «zonas de conflicto» y, por tanto, las prioridades de actuación del plan municipal.

 Aspiración

El Concello asume que la reducción del ruido en una ciudad tan condicionada por el tráfico solo puede plantearse con objetivos realistas. Frente a la aspiración europea de reducir en un 30 % la población crónicamente afectada por el ruido del transporte, el plan fija un objetivo más moderado: rebajar entre un 3 % y un 15 % el número de personas expuestas a niveles nocivos. Para lograrlo, propone medidas centradas en la gestión del tráfico, la reducción de velocidades, la aplicación de asfaltos acústicos y la protección de las denominadas «zonas tranquilas», que incluyen parques urbanos, espacios forestales y áreas naturales como las Islas Cíes, la Xunqueira del Lagares o la playa de O Vao. Otras zonass son O Castro, A Guía o varis parques forestales como los de Coruxo, Saiáns y San Miguel de Oia, Beade, monte Alba o el mirador de Cepudo.

El documento, redactado por la empresa Sonen y supervisado por la Universidade de Vigo, inicia ahora su tramitación para la aprobación definitiva por la Junta de Gobierno Local. El propio plan deja claro que el gran reto acústico de Vigo no está en las fábricas ni en los trenes, sino en el volumen de coches que circulan cada día por sus calles.

Casi la mitad de los ciudadanos duerme con niveles por encima de los recomendados

Más allá del mapa de calles y avenidas saturadas, el plan de acción contra el ruido pone cifras al impacto cotidiano del sonido sobre la salud. Según el documento, el 47,9 % de la población de Vigo está expuesta por la noche a niveles de ruido iguales o superiores a 50 decibelios, el umbral a partir del cual la Organización Mundial de la Salud advierte de un mayor riesgo de alteraciones graves del sueño. En términos absolutos, se trata de decenas de miles de personas que descansan en condiciones acústicas poco compatibles con un sueño reparador.

Durante el día y la tarde, la afección es todavía mayor. El plan estima que más del 60 % de los vigueses soporta niveles de ruido superiores a 55 decibelios en las fachadas de sus viviendas tanto en horario diurno como vespertino. Si se toma como referencia el indicador global día-tarde-noche, el porcentaje asciende hasta el 68,5 % de la población, una cifra que sitúa a Vigo entre las grandes ciudades con mayor exposición al ruido ambiental.

El documento subraya que esta presión acústica no es homogénea, sino que se concentra especialmente en áreas residenciales próximas a vías con alta intensidad media diaria de tráfico. En estos entornos, el ruido se convierte en un factor estructural del día a día, con efectos acumulativos que van más allá de la simple molestia y que incluyen riesgos asociados a enfermedades cardiovasculares, estrés crónico y problemas de descanso.

El propio plan reconoce que reducir de forma significativa esta exposición resulta complejo en una ciudad atravesada por grandes infraestructuras y con un elevado uso del vehículo privado.