Susto en Oia: «Escuché un gran ruido y me topé con un velero encallado a 50 metros de mi casa»
BAIONA
Javier Martínez auxilió y acogió esta madrugada a un náufrago en su casa de la parroquia de Baredo
03 nov 2024 . Actualizado a las 01:26 h.Esta madrugada se rozó la tragedia en Oia. Un velero acabó encallado en las rocas tras la indisposición de su único ocupante, un veterano de nacionalidad sueca al que ha auxiliado un vecino de la parroquia de Baredo. El buen samaritano se llama Javier Martínez y fue un fuerte estruendo el que le alertó de que había pasado algo en el entorno de su casa. «Siempre me acuesto más temprano porque estoy preparando unas oposiciones», pero la de ayer era una jornada atípica. «Estaba despierto porque seguía impresionado las imágenes de la tragedia que se sucedían desde Valencia y ya iba a acostarme. Fue entonces cuando escuché el golpe y, al asomarme a la ventana, vi unas luces de emergencia parpadeando sobre las rocas», explica Javier Martínez. No habría podido reaccionar, posiblemente, si hubiera estado ya en cama porque su habitación no da hacia el mar.
Esta madrugada no lo dudó y, pertrechado con una linterna, se adentró entre las rocas. «Me encontré ya de frente con el patrón de la embarcación, que había conseguido salir por sus propios medios del barco sobre el que seguían batiendo las olas» recuerda. Pasaban pocos minutos de las dos dos de la madrugada cuando se encontraron los dos hombres sobre las rocas. «Tenía puesto el traje de emergencia, tenía también una linterna y estaba sobre una roca». Justo a su lado, el velero con el que este sueco había salido desde Muxía y pretendía haber llegado al puerto de Baiona. Pudo explicarse en inglés y, según relató a Javier, se sintió indispuesto y se desvaneció. Todo apunta a que perdió el conocimiento durante mucho tiempo ya que su último recuerdo lo situaba navegando unas dos millas atrás así que calculan que pudo haber perdido el rumbo de la embarcación unas dos horas antes. Recuperó la consciencia tras impactar contra las rocas y encallar.
«Lo primero que hice fue invitarlo a mi casa, para que pudiera tomar algo caliente y ponerse ropa seca», explica Javier Martínez, quien asegura que «solo hice lo que me hubiera gustado que hicieran conmigo si me viese en una situación así». El náufrago pasó la noche en su casa y esta mañana fue acompañado por la Guardia Civil hasta un centro médico para practicarle las pruebas médicas necesarias para conocer su estado de salud y saber qué le pudo haber pasado ayer tarde. El golpe ha sido brutal para la embarcación, «que seguramente vaya directamente al desguace ya que, sufrió graves daños, incluyendo una vía de agua porque se le clavó una roca entera».
Lo importante es la salud del náufrago y, a expensas de lo que dictaminen los médicos, la suerte le salvó la vida ayer. «Si llega a ser la semana pasada con los temporales o ir por otra zona, igual no se habría salvado porque aquí chocó pero quedó encallado sobre rocas de costa y en una zona accesible y en la que además pudimos actuar de inmediato, pero en cualquier otra se podía haber hundido», razona Javier. Han pasado parte de la noche hablando y asegura que no olvidará jamás el día porque fue una jornada realmente impactante para ambos de la que, posiblemente, nazca una gran amistad.