El cambio de manos de la emblemática casona Villa Sol, de 1903, permitirá por fin su rehabilitación tras años marchita, posiblemente para uso hotelero y social
21 dic 2024 . Actualizado a las 02:09 h.Villa Sol, la última gran villa de Baiona deshabitada, inicia un nuevo capítulo en su historia tras cambiar de manos. Este emblemático inmueble, símbolo del esplendor arquitectónico de la localidad durante la época de tradición balnearia gracias a las aguas de la Concheira, llevaba años sumido en el abandono, acumulando deterioros que amenazaban su conservación. Era propiedad de la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria, la Sareb, y estaba a la venta por 3,2 millones de euros sin que se cerrase ninguna operación de compraventa en el último lustro.
El desembarco de obreros en la finca ha despertado el interés vecinal. El alcalde baionés, Jesús Vázquez Almuiña, confirmó que el Ayuntamiento ha dado a los nuevos propietarios licencia de obras menores para actuaciones como el arreglo de las filtraciones. Al parecer, la propiedad está ahora en manos de un empresario asentado en el municipio que planea su rehabilitación con uso hotelero, habitacional o social, si bien no se habría presentado aún ningún proyecto definitivo.
La operación marca un punto de inflexión para la recuperación de uno de los grandes referentes inmobiliarios del patrimonio local. Aunque no se han ofrecido detalles adicionales sobre el proyecto de recuperación, el regidor ha expresado su satisfacción por este paso que permitirá la recuperación de un edificio de gran valor. «Es una gran satisfacción porque se rehabilitará el patrimonio histórico, la última gran villa de Baiona que llevaba años deteriorándose», declaró Vázquez Almuiña.
El movimiento y los andamios dentro de la propiedad, ubicada en la calle Tomás Mirambel, ha causado una gran expectación en la zona. Villa Sol, al igual que otras construcciones de la época, que se conservan en buen estado, servían como residencia para familias adineradas que acudían en busca de sus aguas terapéuticas, lo que también favoreció el crecimiento económico y turístico del municipio durante el siglo XIX.
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Construida en 1903, Villa Sol destaca como la más grande de las denominadas «villas balneario». Las demás están en perfectas condiciones de revista.
Con una extensión de 6.103 metros cuadrados, la finca alberga una imponente casona de cuatro plantas y 1.053 metros cuadrados construidos, con seis habitaciones y rodeada de un extenso jardín con hórreo incluido y diversas estructuras auxiliares.
El planeamiento urbanístico solo contempla los usos residencial u hostelero para el conjunto, sin posibilidad de ejecutar nuevas construcciones.