
Más de cuarenta casas de varios lugares de la parroquia de Sabarís quedaron aisladas en una burbuja técnica mientras la península estuvo a oscuras
02 may 2025 . Actualizado a las 01:10 h.Por azares del destino —o más bien, de la planificación eléctrica—, casi medio centenar de casas repartidas por los barrios de A Devesa, A Ribeira y Bouzós, en la parroquia de Santa Cristina de A Ramallosa, en Baiona, atravesaron el gran apagón del pasado lunes de refilón. Cuando más de un millón de personas se quedó sin suministro eléctrico en Galicia, estos vecinos freían, cocinaban, veían la televisión y hablaban por teléfono con total normalidad, mientras comprobaban con cierta incredulidad que su barrio seguía encendido cuando todo a su alrededor estaba a oscuras.
Rubén Leyenda, vecino de A Devesa, lugar de la parroquia de Santa Cristina de A Ramallosa, estaba en casa cocinando un pollo en el horno y haciendo ejercicios de rehabilitación. Tenía la radio encendida cuando escuchó que buena parte de España se había quedado sin luz. Le extrañó. Encendió la televisión. Funcionaba. Lo siguió todo desde allí, sin cortes. Tampoco fallaron la nevera, el horno o la iluminación. Ni en su casa, ni en la de su madre, ni en la de su tía, todas en la misma zona.
Otros vecinos relatan situaciones similares en A Ribeira y Bouzós. En total, al menos una decena de viviendas no notaron ningún corte durante la jornada. Solo por la noche se registraron problemas puntuales de conexión a internet, pero sin mayor impacto. La mayoría supo del apagón por llamadas de familiares o a través de los informativos. Lo que ninguno podía explicar era por qué su entorno inmediato parecía al margen de la incidencia general.
Algunos recordaban un detalle. Esa misma mañana, horas antes del corte, un camión había colocado un grupo electrógeno en la zona de Bouzós. El equipo fue retirado al día siguiente. Carlos, otro residente, asegura haberlo visto: «Lo pusieron sobre las 10.30 horas. En mi casa había luz. Cuando fui a la de Sabarís, ya no funcionaba el portal. El martes por la mañana ya no estaba».
Hasta este miércoles no hubo explicación clara. Pero la clave estaba en una intervención técnica programada por la distribuidora. Consultada por La Voz, Naturgy confirmó que la instalación de ese generador no guardaba relación con el apagón general, sino que estaba prevista de antemano como parte de una actuación en la red de la zona.
Soportes para trabajar
«En varios puntos de la zona hubo clientes con suministro eléctrico, alimentados desde grupos electrógenos que se habían instalado y formaban parte de los soportes para trabajar en descargo (desconexión) sobre las instalaciones y activos de la red de distribución por tareas de reforma». Es decir, los técnicos habían colocado un grupo electrógeno alimentado por gasoil para poder trabajar con seguridad en una parte concreta de la red, sin dejar sin suministro a los vecinos durante los trabajos. La coincidencia en el tiempo hizo que esas viviendas —ajenas a la intervención— quedaran fuera del alcance del corte generalizado que afectó a casi toda Galicia esa tarde.
Rubén recuerda ahora los detalles. «Estuve en casa hasta las cuatro y media de la tarde. Todo funcionaba. Me fui y cuando volví, sobre las siete y media, seguía igual», cuenta. «Estaba haciendo rehabilitación, tenía un pollo en el horno, y al escuchar en la radio lo del apagón, encendí la televisión. Como yo sí tenía luz, lo vi todo desde allí, sin cortes», añade este vecino del municipio de Baiona.
Por la noche notaron cierta inestabilidad en la conexión a internet, «pero solo eso». El resto funcionó con total normalidad. «A día de hoy seguimos sin saber por qué pasó. Nos dijeron que pudo ser un generador, pero tampoco tenemos claro quién lo puso.
No hace mucho, los vecinos de A Ribeira habían recogido firmas para reclamar mejoras en la red, cansados de los microcortes de suministro que sufrían, especialmente en invierno. Y posiblemente fue ese historial de incidencias el que motivó la actuación programada por Naturgy, que terminó siendo decisiva. Gracias a esa intervención prevista, varias casas de A Ramallosa quedaron fuera del alcance del mayor apagón eléctrico reciente.
El martes, el generador ya no estaba en su lugar. La vida siguió. Pero durante unas horas, esas viviendas de Baiona quedaron dentro de una burbuja técnica que no habían previsto, pero de la que fueron plenamente conscientes al ver que, a su alrededor, todo estaba a oscuras. Lo que parecía una reparación menor acabó convirtiéndose en la razón por la que vivieron con normalidad una jornada excepcional en toda Galicia.