Los vecinos del rural de Gondomar no están conectados al saneamiento
26 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Ricardo Rodríguez, un vecino de la parroquia de Morgadáns, en Gondomar, tiene la fosa séptica bajo el salón de su casa. No es lo habitual, pero no tuvo más remedio que construirla ahí por los accidentes geográficos de O Camiño Branco, barrio donde vive desde hace casi 40 años. No estar conectado a la red de saneamiento municipal lo obliga a gestionar él mismo sus aguas residuales. Hay dos formas de hacerlo: mediante fosa séptica, que ofrece mayor seguridad e higiene, o pozo negro, donde no se tratan las aguas. En ambos casos suele ser necesario vaciarlos entre una y tres veces al año.
Los habitantes del lugar llevan mucho tiempo quejándose de la falta de servicios municipales, pero el Concello no da soluciones: «Nos 40 anos que levo vivindo aquí, ningún goberno municipal fixo nada polo Camiño Branco; houbo concelleiros que nos visitaron pero ao final, nada», dice Rodríguez, indignado, y añade: «Pago centos de euros cada ano e teño as augas fecais no salón da casa».
Por si fuera poco, en los últimos años su situación no ha hecho más que empeorar. Ahora tiene que vaciar la fosa con más asiduidad, hasta tres veces al año, un total de 225 euros, puesto que cada vaciado le cuesta 75 más el canon de Augas de Galicia por usar la depuradora. Cada vez que Rodríguez vacía su fosa, el hedor permanece en su casa durante semanas.
En comparación con otros vecinos de Gondomar es afortunado, ya que en muchos casos los precios ascienden a 125 euros por vaciado. Los vecinos que sí cuentan con saneamiento municipal solo deben pagar 25,46 euros anuales de tasa.
Otro inconveniente de la falta de saneamiento es la contaminación ambiental: «Todos os residuos van ao río», denuncia Rodríguez. En efecto, un estudio del 2018 de la Estación de Ciencias Mariñas de Toralla (Ecimat), de la Universidade de Vigo, concluyó que el agua del Miñor presentaba «niveis intolerablemente altos de bacterias fecais» responsables de la «mala calidade do marisco producido na Foz» y de varias intoxicaciones por bañarse en Praia América en el 2017.
Los autores del estudio instaban a tomar «medidas de mellora do saneamento» con urgencia, que la oposición de Gondomar lamenta que no se llevasen a cabo: «O alcalde [Francisco Ferreira] prefire investir no estético, como prazas, antes que en asuntos necesarios que pensa que teñen menos rédito electoral», afirma Manuela Rodríguez, concejala del BNG, expresando una opinión secundada por los demás grupos de la oposición, PP y Manifesto Miñor.
La dimensión del problema de la falta de saneamiento afecta al 44 % de las viviendas de Gondomar, según estimaciones del BNG del 2022 a partir del borrador del Plan Xeral de Ordenación Municipal, en tramitación desde el 2020, y del censo de 2021, a falta de datos oficiales. Antonio Araúxo, concejal de Manifesto Miñor y alcalde entre el 2007 y el 2009, coincide con esta estimación.
El PP prefieren no hacer ninguna aproximación. «El BNG reclamó datos oficiales muchas veces y el Concello nunca los da», denuncia Paula Bouzós, cabeza de lista de los populares.
Ni el alcalde, Francisco Ferreira, ni ningún representante del Concello han querido dar explicaciones a La Voz sobre esta situación a pesar de los múltiples requerimientos.
Manuel López es otro afectado: «O Concello xa mediu o terreo dúas veces nos últimos anos, pero non se fixo nada», denuncia el vecino de la parroquia de Peitieiros y uno de los padres de la traída vecinal del agua, hace alrededor de medio siglo por la desatención del Ayuntamiento. «Ao estar a terra contaminada polas augas residuais, non podo beber a auga do meu pozo», se queja.
Alfredo López y Marta Dacosta, de Peitieiros, aseguran que no pueden utilizar lejía para lavar en su vivienda. Su fosa séptica tiene un filtro biológico, que utiliza microorganismos para descomponer los contaminantes de las aguas residuales. La lejía los mataría.