
Las instalaciones de Gondomar ya sufrieron una intrusión violenta hace un mes
12 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El incendio que causó daños severos en dos naves del refugio de Proyecto Gato, en Gondomar fue intencionado. Así lo afirma su responsable, Fátima Lago, que no tiene dudas: «No había nada que pudiera arder por sí solo; alguien lo hizo a propósito». La Guardia Civil ha abierto una investigación y la Policía Judicial de Vigo colabora para esclarecer un suceso que pudo acabar en tragedia.
Las llamas se declararon el miércoles en las instalaciones que la protectora mantiene en una zona rural del municipio. Una de las naves, donde se almacenaban pienso, arena y material de limpieza, quedó parcialmente arrasada. La segunda, situada a unos ochenta metros, resultó afectada por el humo y las altas temperaturas, lo que provocó momentos de gran tensión entre los voluntarios y los casi doscientos gatos que viven dentro del recinto.
«Cuando llegamos vimos el primer foco y poco después nos dimos cuenta de que salía humo y se oyeron explosiones en otro punto distinto», relata Lago. «Había dos focos independientes, sin conexión, y se descartaron causas eléctricas, porque el cableado se quemó durante el propio incendio y el pozo quedó inutilizado al fundirse los cables», explica.
La gran humareda que se generó avanzaba hacia la zona donde estaban los felinos. «Tuvimos que prepararnos para desalojar a los gatos, porque el humo iba hacia ellos. Vivimos momentos de mucha tensión hasta que llegaron los bomberos».
Los efectivos del parque comarcal de O Baixo Miño y del GES de O Val Miñor controlaron las llamas antes de que alcanzasen la zona principal del refugio. Sin embargo, las pérdidas son importantes para esta organización. «Se quemaron sacos de pienso, cargamentos de arena y comida húmeda. Todo lo que había en esa nave quedó inutilizado», señala la responsable.
Asalto anterior
El incendio presenta indicios que refuerzan la tesis de un ataque deliberado. «Hace tres o cuatro semanas nos habían entrado en las instalaciones. Atrancaron varias puertas, rompieron una ventana y causaron destrozos», recuerda Lago. «Esta vez reventaron exactamente la misma ventana y por el mismo sitio. La Guardia Civil ya ha unido ambos atestados y está investigando los hechos».
Los voluntarios de Proyecto Gato trabajan a diario en la atención de unos doscientos felinos, muchos de ellos con tratamientos veterinarios prolongados. «Solo en medicación diaria son horas y horas de trabajo», explica Lago. «Aquí no hay festivos ni fines de semana. Siempre hay alguien cuidando de ellos».
Esta asociación sin ánimo de lucro, con cinco años de actividad en su actual sede, mantiene la colaboración con el Concello de Gondomar y recibe ayudas de socios y subvenciones de la Xunta, aunque reconocen que los recursos nunca bastan para satisfacer todas las necesidades que tienen. «Siempre gastamos más de lo que tenemos y acabamos endeudados con las clínicas veterinarias, pero no escatimamos en la salud de los gatos: si hace falta gastar dos mil euros en uno, se gasta», afirma Fátima.
La responsable del refugio insiste en que el suceso los ha dejado «verdaderamente preocupados». «No se nos ocurre nadie en concreto que lo haya podido hacer. Nos llevamos bien con los vecinos, ayudamos a todo el mundo, y por eso esto nos parece rarísimo. Es alguien que no nos quiere ver aquí». La Guardia Civil de Gondomar mantiene abierta la investigación y cuenta con el apoyo de la Policía Judicial de Vigo y de la Policía Local. «Se va a hacer todo lo posible para dar con el responsable».
Piden fondos para instalar cámaras de seguridad y reforzar la vigilancia
Proyecto Gato ha iniciado una campaña para recaudar fondos con el objetivo de instalar cámaras de videovigilancia en todo el perímetro del refugio de Gondomar. La medida busca reforzar la seguridad tras el incendio que afectó a dos naves y que, según su responsable, Fátima Lago, fue provocado.
«No nos quedamos tranquilos. Necesitamos cubrir todo el recinto porque alguien actuó con mala intención», afirma. La protectora pretende colocar varios puntos de vigilancia conectados a un sistema de grabación y alarma, que les permita detectar cualquier intrusión. «Queremos evitar que esto vuelva a pasar. Ya sufrimos un acto vandálico hace unas semanas y ahora reventaron la misma ventana. No podemos vivir con esa inseguridad», explica Lago.
Además de las cámaras, el refugio solicita ayuda ciudadana para reponer los materiales perdidos en el incendio. «Se quemaron sacos de pienso, cargamentos de arena y comida húmeda enlatada. Cualquier cosa es bien recibida», asegura. Las imágenes del interior de las naves muestran la magnitud de los incendios: techos hundidos, paredes ennegrecidas y montones de escombros. En la otra nave, apenas quedan vigas y chapas retorcidas en el extremo que resultó afectado por las llamas.
Los interesados pueden colaborar con donaciones directas o aportando productos de primera necesidad para los más de doscientos gatos que atiende diariamente la entidad. También precisan de más voluntarios, que son necesarios en muchos frentes, especialmente en la limpieza de las instalaciones para facilitar un buen entorno a los gatos.