Obras de urgencia para evitar que se hunda el paseo de O Con

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera MOAÑA / LA VOZ

MOAÑA

XOAN CARLOS GIL

Los últimos temporales causaron nuevos desprendimientos

13 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El muro que sostiene el talud de la playa de O Con, en Moaña, ha sido duramente castigado por los últimos temporales. La acción del mar ha arrancado el hormigón que ya estaba muy deteriorado, provocando desprendimientos y más agujeros. A lo largo de más de cincuenta metros de largo y más de siete de alto, el embate de las olas y el salitre han ido dejando sin soporte al entramado de hierros. Constituyen el armazón del cemento que sujeta la pared en el pequeño acantilado que da a la playa y en cuya cima hay varios chalés. El Concello ha tenido que acometer un arreglo de urgencia tapando el agujero que las olas perforaron en la pared de piedra junto al antiguo restaurante Maruxía. Ha sido un apaño de urgencia.

Ayer, los operarios municipales retiraban troncos arrastrados por el mar de fondo y estaban limpiando la playa donde muchos vecinos acuden a pasear con sus perros. Pasan junto al muro. Nada se lo impide. En el verano no se podía transitar al lado de la pared porque una barrera de cuerdas cortaba la playa a los caminantes que paseaban por la orilla. Pero la fuerte marejada ha roto las cuerdas de las boyas amarillas que impedían el paso a la zona peligrosa.

No solo se podían ver paseantes, con mascotas, como Gonzalo González, vecino de Tirán. En la playa había ayer un grupo de mariscadores escarbando la arena con rastrillos y azadas en la bajamar. Juan Currás buscaba las preciadas almejas finas en un día de sol radiante en que había buenas condiciones para el marisqueo. «Procuramos alejarnos del muro por si acaso», comentaban las mariscadoras mientras miraban cómo terminaban la faena sus compañeras. «No hay mucha cosa hoy; hemos cogido seis kilos de japónica. Lo malo es que vienen también furtivos», se lamentaban.

El temporal coincidió con mareas vivas que hicieron que el oleaje tan intenso estallara contra el malecón alcanzando la altura de la fachada de las casas.

El concejal de Obras, Daniel Costas, señala que con una brigada municipal en unas condiciones atmosféricas muy extremas tuvieron que hacer un relleno de hormigón para que el agua no siguiese entrando en la pared, deteriorando más la base de la carretera.

La alcaldesa de Moaña, Leticia Santos, explica que había agujeros que hubo que cubrir para que el terreno no cediese y la carretera no se hundiese. Pero esta solución es provisional a la espera de acometer un proyecto más ambicioso que consolide todo el talud. Se hará conjuntamente con la Demarcación de Costas del Estado a la que pertenecen los terrenos que forman parte del dominio público marítimo-terrestre y que separan O Con de las playas de Tirán, cuya pasarela de madera fue también destruida por los temporales.

El dueño del antiguo Maruxía, Manuel Costa Alonso, de 81 años, dice que antes la carretera llegaba justo hasta la puerta de su casa. «Siempre ha habido días de fuerte oleaje que llegaba a las casas, no es una cosa de ahora», señala este marinero jubilado que luego montó el restaurante. La prolongación de la calle para enlazar con las casas situadas en la colina del final de la playa se hizo sobre el 2005, según recuerda Costa. Por este malecón transitan vehículos pesados como los camiones de Frío Moaña. Los días de fuerte oleaje, los trabajadores de este frigorífico tienen que esperar el intervalo entre las rompientes para que el agua no les golpee con fuerza. Los vecinos recuerdan que se hicieron catas en la parte alta del talud y retiraron esculturas para que no se hundiese la carretera.

Tampoco se puede usar el aparcamiento público que tiene una veintena de plazas, dos de ellas para discapacitados. «Esto está abandonado», dice Miluca, una de las residentes en O Con.