Caballero ya no tiene claro que Zona Franca vaya a invertir en el estadio de Balaídos

Juan Manuel Fuentes Galán
juanma fuentes VIGO / LA VOZ

MOS

El alcalde aplaza de nuevo su reunión con Pedrosa: «Veo poca receptividad»

22 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El paseo militar que Caballero había diseñado para que Zona Franca se involucrara en la reforma de Balaídos no está siendo tal. Un año después de la primera reunión del alcalde con la delegada del Estado, Teresa Pedrosa, ni siquiera se ha producido una propuesta formal pese a los sucesivos anuncios del regidor. En medio de este clima, ayer exteriorizó una visión más pesimista: «Empiezo a intuir poca receptividad», declaró.

Es la primera vez que el alcalde sugiere que la colaboración económica del Consorcio, un organismo estatal en el que él preside el pleno, puede no producirse. No obstante, oficialmente no ha tirado la toalla y ayer justificó el retraso en reunirse con Pedrosa en la conveniencia de llevarle una propuesta concreta.

«Primero tenía pensado plantearle una idea, pero estamos trabajando a fondo con el arquitecto para presentarle una propuesta en firme», explicó a los periodistas. No quiso poner fecha a la reunión, aunque insistió en que no se demorará más allá de finales del presente mes. En cualquier caso, un retraso sustancial sobre anteriores anuncios realizados el mes pasado y a lo largo de agosto.

En los días previos a la reunión del pleno del Consorcio, celebrado hace un mes, Caballero insistió en que este organismo había dado ya su visto bueno a la colaboración económica en la rehabilitación del estadio municipal. Más todavía, que lo que restaba por decidir era las condiciones concretas. Pese a ello, en el pleno se produjo un duro enfrentamiento político entre el alcalde y los vocales socialistas con la presidenta y el asunto de Balaídos ni se abordó.

Posteriormente, Pedrosa recalcó que no hay acuerdo alguno de pleno y que si se llega a producir una propuesta municipal se estudiará conforme a las normas legales que rigen su funcionamiento como entidad del Ministerio de Hacienda. Fundamentalmente, que tiene que encajar con su finalidad de promover la industria y la actividad económica y que sus inversiones tienen que tener retorno. Dicho de otro modo, que no ve a Zona Franca invirtiendo en Balaídos.

Sigue la pugna San Francisco-Xunta

La polémica adjudicación a una empresa de Mos para que atienda a los usuarios que acogía el centro vigués San Francisco se mantiene viva un año después. Según trasladó ayer el alcalde tras reunirse con sus responsables, «la Xunta no está cumpliendo los compromisos verbales que había adquirido» por lo que le han pedido el apoyo del Concello.

El detonante de este conflicto fue el concurso convocado por la Consellería de Traballo e Benestar Social para atender a sus usuarios, todos ellos personas con discapacidad psíquica del centro San Francisco. Sin embargo, la asociación perdió la adjudicación en favor de una residencia de mayores de Mos, lo que provocó el enfado de las familias y de los propios usuarios.

Muchos de ellos llevan años, décadas incluso, atendidos en el San Francisco, y como residen en las cercanías han logrado un grado de autonomía que les permite acudir andando al centro. Este proceso se trunca si se tienen que desplazar a Mos.

La decisión de la Xunta provocó un gran revuelo en las familias y en los propios usuarios, llevándose a cabo numerosos actos de protesta y una manifestación, además de recoger apoyos políticos y ciudadanos. Desde la consellería se recalcó su voluntad de colaborar, pero dejando claro que se había producido una adjudicación y legalmente era imposible dar marcha atrás.

En el plano económico, desde la asociación se alertó que si perdían estos usuarios, que acuden subvencionados por la Xunta, se ponía en riesgo el propio funcionamiento del centro. Aunque hay usuarios que acuden a Mos, San Francisco intenta que continúen en Coia los que lo deseen.

El alcalde se mostró totalmente de acuerdo con ellos, aseguró que «la consellería está obligada a atenderlos» y denunció lo que considera «desatención y minusvaloración» de San Francisco por parte del Gobierno autónomo. Por ello les brindó su apoyo, tanto en la labor que realizan con los discapacitados como en su enfrentamiento con la Xunta.

«Non contemplamos la desaparición ni el mal funcionamiento de San Francisco por el ahogamiento económico por parte de los responsables autonómicos», protestó Caballero.