Máxima tensión en Mos por el desalojo de una mujer y su hijo

Monica Torres
M.Torres VIGO

MOS

M.Torres

Pese a la presión vecinal, María de la Cruz Estevez ha dejado la residencia familiar en la que vivía desde hace más de 50 años. Acusa a sus hermanos de echarla pese a tener a su hijo menor de edad a su cargo y estar en una situación vulnerable

20 mar 2024 . Actualizado a las 00:10 h.

Tensión hoy en Mos por el desalojo de una vecina, María de la Cruz Estévez, cuya familia llevó a los juzgados la solicitud para que abandone la casa que fue su hogar por más de 50 años. Finalmente, y pese a la presencia vecinal, la comisión judical accedió a la casa en la que permanecía, junto a su hijo Gabriel de 16 años, tras romper el portalón de acceso. 

La mujer, abrazada por su hijo, abandonó la vivienda en la que nació hace 54 años y en la que cuidó a su madre durante once años hasta que falleció el 3 de noviembre del 2020, en plena pandemia. Desde entonces vivía con su padre, que ahora tiene 88 años. Según explica Cruz y consta en el informe médico forense del juzgado, el hombre tiene demencia senil incipiente. Según su relato, su madre le dejó la mitad la casa a Cruz y su padre le iba a dejar la otra mitad pero, «las cosas se torcieron cuando mi padre enfermó».

«Mi padre se puso mal. Llegó un momento en el que me pidió que dejara a mi pareja para ser la suya y, al no acceder, me boicoteaba dejando de tomar la medicación», explicó. «No tengo hermanos sino cuervos», explicó hoy ante los medios, asegurando que cuando acudió a pedirles ayuda ante la enfermedad de su padre «aprovecharon» para echarla de casa. «Convencieron a mi padre para que me denunciara para echarme de casa y por eso me echa hoy», afirmó ante la vivienda mientras la arropaban sus hijos y sus vecinos. 

Apoyo vecinal

«No hay derecho, no hay justicia. Dejan a una mujer en la calle con su hijo menor», denunciaban los vecinos esta mañana, mientras se extendía la tensión y se desplegaban en la zona más de una decena de patrullas de la Guardia Civil para blindar el perimetro. Hasta allí se desplazaron guardias de la Usecic y del Seprona, situados en los más de cinco caminos que dan acceso a la vivienda, una casa azul de dos plantas y con una ventana en la planta superior desde la que Cruz estuvo hablando con los medios congregados hasta que fue desalojada.