José Prado, el piloto que encabeza la lucha por la inclusión social en los ralis

Carlos Peralta
C. Peralta RIBEIRA / LA VOZ

NIGRÁN

PABLO CHACÓN

José Prado convive con una discapacidad y, tras diez años compitiendo, quiere incorporar a dos personas con diversidad funcional a su equipo

12 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Quedan pocos días para su estreno en Noia y siempre hay que solucionar inconvenientes de última hora. Lo más reciente ha sido cambiar la dirección de su flamante Citröen C2 y pasarle la ITV. A falta de nuevos imprevistos, está todo listo para el estreno esta temporada del piloto José Prado (Nigrán, 1991) y la copilota Patricia Rodríguez Centeno (Nigrán, 1980). Ambos afrontan el Rali Berberecho de Noia que arranca este viernes a las 19.20 horas. Será un curso marcado por nuevos retos y un propósito encomiable: demostrar que las personas con discapacidad no son ajenas al automovilismo. Ni siquiera a los asientos delanteros.

José Prado lleva más de una década como piloto y tiene un 33 % de discapacidad. Sufre trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Su hermano, Anxelo, padece el mismo síndrome y, en su caso, su porcentaje es del 66 %. Un hecho que no ha impedido que sea un miembro indispensable de su equipo de asistencia durante todo su periplo en las carreras.

Ahora, Patricia y él pretenden ir un paso más allá. «Queremos que dos o tres personas con discapacidad del centro Juan María de Nigrán formen parte de nuestro equipo de asistencia», remarca la copilota. El próximo martes empieza a andar un proyecto en el que les enseñarán a los integrantes de esta entidad nociones básicas de su vehículo. Su intención, si consiguen la financiación necesaria, es que en verano —el plan inicial es que se incorporen para el Rali Sur do Condado, en Pontevedra, del 7 a 9 de julio— ya formen parte del equipo liderado por José Prado.

«Hago esto porque de pequeño tenía mis problemas y me decían que no podría conseguir ser piloto. Pretendemos darle fuerzas a los chicos», remarcó Prado. Patricia apunta que la inclusión social está lejos de ser una realidad en España: «Existe de palabra, pero queda mucho camino por andar. Siempre hay burlas y mucha gente que se siente desplazada. Un mundo como este lo ven inalcanzable».

El proyecto tiene todavía más proyección. Una vez se concluya esta primera fase, el equipo —inscritos recientemente con la escudería Berberecho de Noia— buscará que los participantes den un salto a un vehículo de competición: «Queremos formar a una persona con discapacidad como copiloto y llevarlo a una subida. Para ello buscamos patrocinador y una escudería que colabore», remarca Patricia.

Una pasión heredada

José Prado es piloto por tradición familiar. Es casi un pecado en su casa no estar vinculado al motor. Sus padres, Manuel e Isabel, compitieron durante años como piloto y copilota. Su hijo recogió el testigo en el 2010 y Patricia empezó a ser su copilota hace dos cursos. Ella también quedó prendada por el rugir de los motores gracias a su padrino, Suso Amorín.

En Noia darán un paso más. Se estrenan en la categoría Volante FGA. El cambio tiene sus inconvenientes. «Vendimos todo lo que teníamos en el garaje. Un Fiat Seicento que era para correr, un coche de calle y la moto, que era nuestro gran capricho», relata Patricia. Este «sacrificio», según denominan a este numeroso traspaso de vehículos para adquirir su Citröen C2, mereció la pena. «Es una satisfacción. Esto o te gusta o lo odias. Y a nosotros nos apasiona. Vivimos dentro de un garaje», afirma, orgullosa, Patricia Rodríguez Centeno.