El juez obliga a un divorciado a pagar las clases de boxeo de su hijo nini de 23 años
O PORRIÑO

El joven, que vive con sus abuelos, demandó a sus padres para que le incrementasen su pensión de alimentos en 280 euros aunque solo logró un aumento de 20
15 mar 2024 . Actualizado a las 02:32 h.La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha obligado a un divorciado de O Porriño a pagar las clases de boxeo de su hijo, un estudiante de 23 años que acaba de finalizar un ciclo de FP en un colegio de Vigo y que cobró una beca anual de 2.170 euros. El joven reclamó a sus padres que su pensión subiese de 100 euros al mes a 280 para cubrir sus gastos, incluidas las clases de boxeo, pero solo logró que el juez le diese 120, veinte euros más.
Ambos progenitores se opusieron a dicho alza. La madre se negó a pagar más porque ella trabaja en el servicio doméstico y solo cobra 250 euros al mes. Y su exmarido puso como excusa que atraviesa una situación precaria y vive en casa de sus padres.
El hijo relató que a los 20 años se mudó con sus abuelos maternos porque la convivencia con su madre y el actual novio de ella era insostenible. Carecía de posibilidades económicas suficientes para subsistir y son sus abuelos quienes le dan techo y comida pero no pueden hacerse cargo de sus gastos porque solo cobran la pensión de jubilación. Él debe abonarse el transporte para ir al centro, la comida y unas clases de boxeo que le cuestan 30 euros. Pidió que le subiesen la pensión a 280 euros al mes.
El padre, un autónomo, se opuso y recordó que el Juzgado de Primera Instancia número 5 de Vigo dictó una sentencia en mayo del 2019 que solo le ordenaba abonar a su hijo una pensión de alimentos de cien euros al mes. Niega que el joven pase necesidad porque sus abuelos le dan alimento y techo, cobra una beca y se paga unas clases de boxeo.
El joven ganó el primer juicio contra su padre en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de O Porriño, que ordenó en mayo del 2023, subir a 120 euros al mes su pensión en un año, veinte más al mes, lo que le daba casi para sufragar el boxeo.
El padre se opuso y apeló a la Audiencia porque su hijo es un nini que va a cumplir 24 años, acabó sus estudios y está sano. Tildó de «coartada» y «excusas» que no busque empleo ni tenga carné de conducir. Le reprochó que su situación de necesidad «se compagina mal con que continúe con el gasto de asistencia a las clases de boxeo».
La Audiencia le replica que los progenitores tienen el deber de ayudar económicamente a sus hijos, aunque sean adultos, si no pueden proveer por sí mismos sus necesidades. Añade que la obligación de prestar alimentos es de los padres y no de los abuelos, pues estos están realizando un «sacrifico digno de elogio» al mantener a su nieto. Que el hijo se permita ir a clases de boxeo, «no es compatible con el reproche que hace el padre de poder subvenir a sus necesidades». Por ello, obliga al progenitor a pagar al hijo 20 euros más al mes, lo justo para financiarse el gimnasio.