Pionero en la reproducción a escala de las piezas de arte repestre más significativas de la provincia, Xabier Garrido cumple 25 años de obra en Oia
05 ago 2020 . Actualizado a las 22:33 h.«El Camino de Santiago es como el de la propia vida. Hay momentos muy duros pero, desde luego, en él vas a aprender y a conocerte mejor». El de Xabi Garrido, cantero oiense que ha hecho del arte rupestre su forma de vida, está fuertemente vinculado al mar y, en su reflexión sobre la ruta de peregrinación más antigua, concurrida y celebrada del viejo continente, se asienta el alma de toda su obra.
Son veinticinco años en Oia y un camino grabado en piedra sobre otras muchas rutas. La suya propia, la de quienes en el Neolítico dibujaron los símbolos que él ha vuelto a esculpir hasta grabar una colección de más de 2.000 petroglifos y la de las decenas de peregrinos con los que comparte a diario camino, al frente del albergue del Complejo Residencial O Peñasco. Obra y hombre beben del trinomio mar, piedras y Camino de Santiago. Es de los pocos escultores gallegos que trabaja más la pizarra que el granito y sobre ella acaba de concluir la que considera su mayor obra, tanto desde el punto de vista emocional como económico. «Me ha llevado muchísimo tiempo y corazón. Es un canto a la libertad, al derecho, al deber y al placer de dejar que cada uno haga su propio camino, sin ninguna imposición», explica el autor. La pieza está hecha sobre pizarra de alta densidad con la peculiaridad de los colores que también hacen su propia camino.
En su casa-taller de Oia expone gran parte de sus obra pero ahora también puede ver cómo peregrinos, vecinos y turistas, disfrutan de su misma perspectiva sobre la silla que durante el confinamiento asentó en la Pedra Rubia, esa roca rojiza y redondeada, referencia para los marineros de Galicia y Portugal, frente a la que tiene su casa. «Todos los días dedico tiempo a limpiar el mar y, tras más de dos décadas trabajando solo la piedra, ahora la combino con las maderas que encuentro en el agua», explica.
El mar le trajo su mayor reto. Un tronco de 18 metros de largo en el que esculpió su homenaje a la marea blanca. El tronco de Mongoy, asentado sobre una base de roca negra de más de cinco toneladas de peso y piedras enviadas por correo por cientos de voluntarios de toda España, preside desde el 2012 el mirador de Fonte Quente, en la carretera de la costa de Camposancos, en A Guarda. «Fue la obra que, sin duda, más me ha marcado. Necesitaba demostrar y agradecer, porque si no hubiera sido por aquel mar de voluntarios, nuestra costa nunca podría haberse regenerado», recuerda. Dos años después, Greenpeace incluyó a Xabier Garrido en su lista de 17 personas anónimas que un día hicieron algo excepcional y gracias a ello lograron cambiar el curso del mundo. Lo eligieron en representación de otro mar. El de los 300.000 voluntarios que ayudaron a limpiar las 60.000 toneladas de chapapote del Prestige.
El artesano, que ha ejercido de cantero oficial de la Festa da Arribada durante años, descubrió su vocación de niño, «en el Vigo de antes, donde íbamos a pescar, y en los veraneos en Cangas». Tampoco olvida su formación en el colegio Martín Códax, «y al profesor de Dibujo, Juan Tapias, que nos ayudaba a descrubrir lo que queríamos», ni a los Scouts, «porque con ellos iba a limpiar castros».
«La forma se asemeja a la de un alienígena y la pieza está hecha en madera y pizarra»
El confinamiento de Xabi Garrido acaba con un parto porque está punto de ver la luz su interpretación de la pandemia. El mar, durante uno de los paseos por la costa a los que le dedica no menos de una hora diaria, le trajo de nuevo la inspiración y la materia. «A mediados de abril, todos los músicos, pintores y escultores habían pensado en una obra con la inspiración de la novedosa pandemia», recuerda. A él le llegó cuando fue a hacer la compra a la tienda más próxima a su domicilio.
«Encontré en el Porto de Mougás, que es una preciosa playa de cantos rodados, un trozo de un tronco que el mar había dejado», explica Garrido. «La forma se asemeja a uno de esos desagradables alienígenas de la película y ya estoy acabando la pieza, aprovechado la pizarra de un antiguo tejado de una casa del Courel», avanza el artesano.
La de Xabier Garrido es, desde hace tiempo, una casa de puertas abiertas, en la que, a diario se le puede ver trabajar la piedra. También hace obras por encargo, aunque son muchos los que prefieren acudir a su taller para poder conocer antes de elegir. Se puede, con cita previa, a través del teléfono 660 596 072, el correo xabigarrido@gmail.com. En Instagram, como @apedrarubia.