El Plan Xeral de Ponteareas aprobado necesita 76 millones de inversiones

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera PONTEAREAS / LA VOZ

PONTEAREAS

Xoán Carlos Gil

El documento fue ratificado tras 13 años de tramitación y con un gran consenso

03 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Prácticamente sobre el sonido de la campana de la nueva Lei do Solo, el gobierno municipal de Ponteareas aprobó el Plan Xeral de Ordenación Municipal con el apoyo del Partido Popular, artífice de un documento que ha sido maquillado a fondo en los últimos siete meses por el equipo de gobierno tripartito. Los 16 votos a favor del BNG, el PSOE y el PP alumbraron un documento que todavía tendrá que obtener el plácet de la Xunta. ACIP y A Riada do Tea se abstuvieron y solo Esquerda Unida votó en contra.

A la portavoz socialista Chus Garrote le tocará, como concejala de Urbanismo, gestionar un plan cuyo desarrollo supone una inversión pública cifrada en 76 millones de euros en los próximos años. De esta cantidad, el Ayuntamiento tiene que aportar 30 millones, la Diputación, 20, el Ministerio de Fomento, 12 y el resto será financiado por la Xunta. Con este dinero se tienen que ejecutar infraestructuras importantes para el municipio como la nueva circunvalación que evitará el paso de tráfico pesado por el casco urbano y nuevos viales para zonas que se van a urbanizar junto los cauces del río Tea y sus afluentes, como el regato da Venda.

El plan contempla a priori la construcción de 3.804 viviendas de las que unas 1.200 se ejecutarán en el ámbito rural. El horizonte previsto es que la villa supere los 30.000 habitantes. En los últimos meses ha habido debate sobre las alturas y tras legalizar las gigantescas torres de antaño se ha limitado el crecimiento a seis plantas como máximo.

La expectación era evidente. El salón de plenos estuvo lleno toda la sesión, a pesar de que el plan no se votó hasta el filo de las diez y media de la noche. Incluso algún exedil asistió con sus hijos al debate, en el que el público estuvo muy sosegado.

Desde el 2002

El nuevo PXOM aspira a poner fin a la larga etapa de provisionalidad que comenzó en el 2002 cuando el plan anterior fue suspendido. Era alcalde José Castro, ex del PP, y mandaba en Santiago el partido que lo había expulsado. La sintonía era nula. Ayer, el también exregidor Salvador González Solla, se comprometió a mediar con la Xunta para agilizar los trámites del nuevo documento urbanístico. Solla está en la oposición, pero sí es del PP.

Pero es en parte autor de este plan. Su tramitación ha costado 777.000 euros y 13 años de trabajo y duras negociaciones para conseguir el máximo consenso. Al final se ha generado un documento que satisface a la mayoría y que tiene que ordenar el urbanismo de un municipio que alcanzó un crecimiento desaforado durante varias décadas y que en los últimos años se ha parado.

La redacción del plan salió a concurso en el mandato de Nava Castro por algo más de 367.000 euros y fue adjudicada al grupo GOC el 22 de abril del 2003. Pero los costes se dispararon. El propio portavoz del PP, Salvador González Solla reconoció que los trabajos han acabado costando más del doble porque los plazos iniciales de 20 meses de redacción se convirtieron en diez años con la introducción de mejoras y enmiendas hasta que el plan fue aprobado inicialmente en junio del 2013 por el anterior equipo de gobierno del Partido Popular. Durante el tiempo que estuvo en la oposición, el PSOE acusó de «oscurantismo» al PP sobre el plan. Pero cambió de idea y ya en la aprobación inicial, el PSOE votó a favor. Ahora, una vez analizadas, han sido admitidas la mayoría de las más de 2.790 alegaciones.

Promotores y empresarios

El equipo de gobierno tripartito ha tenido cuidado en velar por el rural y evitar la especulación urbanística. Por eso, las casas solo se podrán ejecutar en parcelas que tengan como mínimo 500 metros cuadrados, en los núcleos tradicionales consolidados, y 800 metros, en los demás casos. Con el fin de evitar que los promotores vayan comprando poco a poco pequeñas parcelas, el PXOM de Ponteareas establece que solo se pueden segregar fincas en el caso de herencia.

El plan tuvo mucho debate y desde Esquerda Unida se cuestionó su supuesto carácter expansivo. Lo cierto es que la edificabilidad que antaño existía en el municipio se ha reducido y como máximo se podrá construir un metro cuadrados por metro de parcela. Algunos asistentes afines portaban carteles de «PXOM especulación».

El exalcalde Solla puso de relieve que el plan «nos é dos promotores» y asegura que muchos constructores le han confesado su malestar.

También están disgustados algunos empresarios que ocupan naves que siguen pendientes de una ordenación a través de un plan parcial como el que se desarrollará en la zona de A Lomba.