El año soñado y pautado de Alice Finot

LA VOZ VIGO

PONTEAREAS

Manon Cruz | REUTERS

Campeona de Europa en 3.000 obstáculos, la francesa de Ponteareas, batió el récord de su país y apuesta fuerte por una medalla olímpica

11 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Alice Finot (Montbéliard, 9 de febrero de 1991) está fuerte, de piernas y sobre todo de mente. «No es soñar, sé lo que hago. Es ver los números, los entrenos, la forma de recuperar y cómo están las rivales. Yo no voy a contar historia, sé lo que hay». La frase habla la confianza de esta francesa que en su día viajó a Vigo para trabajar como ingeniera industrial y que terminó convirtiendo Ponteareas en su lugar en el mundo. Desde la capital del Condado, y al lado del entrenador Manu Ageitos, ha ido dando zancadas de gigante en el mundo del atletismo para firmar un 2024 perfecto: campeona de Europa de 3.000 obstáculos en Roma y flamante plusmarquista francesa de la distancia (9:05.01) firmado el pasado fin de semana en París en la prueba de la Diamond League. «En su año de ensueño, pero las cosas no van fuera de lo normal», comenta.

Todo comenzó en el Europeo de Roma, al que llegó al 80 % de su estado de forma pero demostrando «superioridad a nivel continental». El oro llegó con susto, porque primero fue descalificada y luego restituida por una reclamación por pisar una línea que la Federación Francesa supo neutralizar a tiempo en los despachos.

Con el oro al cuello regresó a Ponteareas para recuperarse del esfuerzo y de las emociones y comenzar a centrarse en el segundo objetivo del año: abordar el récord francés, que consiguió el domingo y que en absoluto fue sorpresa, sino que aparecía en la hoja de ruta. «La idea era mejorar el récord. Estamos en un momento de competir fuerte, para conocer en dónde estábamos pero sabiendo ahora todo el trabajo está enfocado en acercarme a los nueve minutos y la carrera era una toma de contacto con esos ritmos. Estamos contentos, pero tenemos hambre de más».

Nada más sacarse la foto con la nueva plusmarca se subió a un avión rumbo a Madrid para iniciar una concentración en Segovia en compañía de Adrián Ben, con quien compartió altitud en Sudáfrica en enero, y Águeda Marqués. En la sierra segoviana permanecerá dos semanas más y en la anterior a los Juegos recargará pilas en Galicia. Volverá a correr por las pistas de Melgaço y de Tui ante la imposibilidad de hacerlo en las de Vigo, en donde tienen prohibido correr por la calle 1 y con una bicicleta, la de su entrenador Manu Ageitos, al lado «cosas que en el nivel de Alice son imprescindibles», dice el técnico vigués.

Todo forma parte de un plan que le debe colocar en el podio de París desafiando a las africanas. «La veo muy bien. Concentrada, con mucho margen de mejora y creo que vamos a conseguir lo que queremos, que es un puesto de medalla, si todo sale bien», apunta Ageitos.

Alice se siente con fuerzas para correr en nueve minutos y desafiar al imperio africano que ha dominado con mano de hierro esta disciplina en los últimos años. «En Paris estuve en mejor forma que la subcampeona del Mundo de Budapest y a un segundo y medio de la campeona. Me arrepiento de no haber arriesgado antes porque acabé la carrera muy bien. Eso me permitió darme cuenta que estoy para más, que noto que puedo estar corriendo con la africanas», comenta la atleta, que hace sus cábalas: «Puedo correr en 9 minutos y quedarme quinta pero puedo correr en 9 minutos y tener una medalla. Yo voy a dar lo que mis entrenos digan y yo creo que vamos por buen camino». Todo lo que sea bajar de un top-5 sería negativo y en el supuesto caso de no acceder a la final «tendría que pararme a analizar lo que hice mal. Tengo que ser finalista sí o sí».

En París, tendrá dos aliados más. Por un lado el público local, que ya la llevó en volandas hacia el récord de Francia, y por otros sus amigos gallegos. Muchos de ellos ya estuvieron apoyándola en Roma y en París serán legión. «Los que se lo perdieron quieren estar en París, así que serán muchos más», aclara la vecina que está convencido de que regresará a Ponteareas con una medalla olímpica colgada al cuello.