Siete familias viven atrapadas en pisos de protección oficial defectuosos en Tui

carlos ponce TUI / LA VOZ

TUI

GUSTAVO RIVAS

Las viviendas presentan numerosas deficiencias y el seguro no se hace cargo al ser fallos estructurales

15 may 2024 . Actualizado a las 09:48 h.

El Concello de Tui rehabilitó en el 2008 como edificio de viviendas el antiguo cuartel de la Guardia Civil situado en la parroquia de Caldelas. Paradójicamente, lo que antes era un cuartel, ahora funciona prácticamente como una prisión para las familias que allí viven. El motivo: las viviendas y la construcción en general presentan graves deficiencias estructurales y los propietarios no pueden vender todavía sus pisos pues son de protección oficial, por lo que tienen que pasar diez años desde su compra.

«Aquí hubo intereses por adjudicar obras a amiguetes», se lamenta Miguel Visconti, uno de los afectados. Su situación, no obstante, no es tan dramática como la del resto de vecinos. Decidió denunciar al Concello, gobernado por aquel entonces por el PP, con Antonio Rocha al frente, por las deficiencias que presentaba su vivienda: humedades, escombro dentro de las paredes, goteras... Ganó el pleito y, tras la sentencia, en el 2015, el Concello se vio obligado a reformar su vivienda para subsanar todos los defectos que presentaba.

Hasta entonces, recuerda que el gobierno del PP «no nos hizo caso en ninguna de nuestras demandas. Todos los vecinos presentábamos quejas en el Ayuntamiento. Venía en ocasiones algún técnico municipal y decía que había pisos de lujo que estaban peores que los nuestros», recuerda Visconti. «Nos llegaron a decir que ellos no tenían nada que ver, que a quien teníamos que reclamar era al colegio de arquitectos», añade.

El resto de vecinos siguen viviendo con grandes deficiencias estructurales en sus viviendas. Recientemente, el baño de uno de ellos se inundó de agua y heces por el mal funcionamiento de los desagües del inmueble. Además, tanto el exterior del edificio como las zonas comunes, están plagadas de grietas, manchas de humedad y de placas de yeso caídas.

«Cuando lo compramos, nadie nos informó de nada», se lamenta Sergio Rodríguez, que compró su vivienda de protección oficial en el 2011 por 69.554 euros. Su piso está plagado de humedades y grietas. El seguro no se hace cargo de ninguna reparación al ser deficiencias estructurales derivadas de la propia construcción. Como compró el piso en el 2011, no podrá venderlo hasta dentro de cuatro años. Y duda de que se puedan vender estas viviendas con los problemas que presentan. También estudia demandar al Concello.

En las últimas semanas, el nuevo alcalde, Carlos Padín, y otros miembros del gobierno municipal estuvieron en el edificio para hablar con los vecinos. «Dijeron que arreglarían las deficiencias, pero somos muy escépticos, porque todos los que han pasado por el gobierno estos años nos han dicho lo mismo y al final nada», valora Miguel Visconti.

«Queremos marcharnos»

La situación que viven es tan precaria que no tienen ni siquiera acceso a la línea telefónica, por lo que no tienen ni ADSL ni mucho menos fibra óptica. «Nuestro objetivo es marcharnos de aquí, ¿pero cuánto nos van a dar por pisos en este estado?», se preguntan los vecinos.

El proyecto supuso un enorme agujero para las arcas municipales. Cuando el Concello rehabilitó el edificio, solo tres familias compraron una vivienda. Luego se fueron incorporando el resto. Pero, aún así, solo siete de los 19 pisos están habitados. Y, obviamente, las esperanzas de que los compren son mínimas.