Los padres de Vigo juzgados por matricular a sus hijas «online» en California: «Mis hijas sufrían en el colegio por el gallego y el covid»

E. V. Pita VIGO

VIGO CIUDAD

Los progenitores, durante el juicio
Los progenitores, durante el juicio E. V. Pita

El matrimonio, de nacionalidad estadounidense, se quejó de que el colegio público les quitó las clases de refuerzo de gallego y castellano a las menores y no se adaptaron al idioma

14 jul 2023 . Actualizado a las 16:37 h.

Los padres de Vigo que matricularon a sus dos hijas en una academia online de California, en Estados Unidos, han sido juzgados esta mañana en el Juzgado de lo Penal número 1 de Vigo como supuestos autores de un delito de abandono de familia por sacar de un colegio público plurilingüe de Redondela a sus dos hijas, alumnas de Primaria de 8 y 12 años, en enero del 2022 y no escolarizarlas en un centro homologado y autorizado. Afrontan una multa de 3.000 euros.

Ambos padres son ciudadanos de nacionalidad estadounidense de habla hispana, ella de origen cubano y él español. Están afincados en España desde el 2016. Admitieron ante la jueza que la decisión la tomaron los dos en conjunto y que fueron informados por el centro, la inspección y el fiscal de Menores de la ley española. Alegaron que querían enviar en un futuro a sus hijas a la universidad americana y estaban preocupados porque las dos escolares estaban desmotivadas en Redondela a causa del gallego, porque les dificultaba el acceso a los contenidos, y temían que bajase su nivel educativo respecto al de su país natal. Las menores llegaron a sentirse unas fracasadas y perdieron la autoestima respecto a sus compañeros de aula.

La madre alegó que las niñas tenían problemas de adaptación a los idiomas gallego y castellano, y tuvieron incidentes con el protocolo del covid que estaba vigente en esa época en el colegio. Además, el centro escolar les quitó a las menores las clases de refuerzo porque otros alumnos con más necesidades tenían preferencia pese a que ellas también tenían notas bajas.  Ante el temor a que perdiesen nivel educativo respecto a Estados Unidos, las matricularon en una academia a distancia no homologada en Galicia.

El padre explicó a la jueza que «mis hijas no se adaptaban, tenían problemas con el uso de la mascarilla, mis hijas sufrían en el colegio en la época del covid y por el lenguaje, el inglés es su lengua natural». Añadió que las menores tienen muchos amigos en Redondela, hacen actividades deportivas y asisten a una escuela virtual interactiva.

 «Queremos lo mejor para el futuro de las niñas. Igualmente hoy estamos aquí y mañana allí, mis hijas son de Estados Unidos y quieren estar al mismo nivel que en su país», dijo la progenitora a la jueza. «Soy de Estados Unidos, llevo aquí desde el 2016, vine con las niñas escolarizadas en mi país y nos costó adaptarnos, mis hijas no tenían el nivel de gallego o castellano», explicó la madre.

Argumentó que tuvo una reunión con los profesores para que le diesen apoyo o refuerzo pero no les daban ayudas en materia de lenguaje. «La pequeña se veía que era un fracaso, no llegaba al nivel de la clase y se sentía menos que los otros». Luego, se le diagnosticó dislexia. Y la mayor también tenía problemas de autoestima.

La Fiscalía preguntó a ambos padres si fueron informados por el colegio de que la ley española obliga a los escolares a asistir presencialmente a clase y ellos admitieron que fueron advertidos «pero no nos dieron ninguna alternativa». La madre añadió que el artículo 27 de la Constitución les avala su derecho a escoger cómo educar a sus hijos.

El inspector de trabajo declaró en el juicio que durante la pandemia hubo excepciones para no ir a clase. Al matrimonio le aplicaron el protocolo de absentismo si el alumno falta más del 10 %. Respecto a la academia online, dijo que no es posible, salvo casos tasados, que la educación sea a distancia, y ellos no estaban dentro de esas excepciones. Además, indicó el inspector, la familia solicitó la baja en el centro, lo que es «imposible».

Preguntado sobre el protocolo a seguir en estos casos, el inspector contó que, tras detectar un 10 % de absentismo en el menor, el centro establece reuniones periódicas con los padres para adoptar compromisos. Si esa vía fracasa, media la Inspección de Educación, y, si sigue sin haber acuerdo, se traslada el caso a la Fiscalía de Menores. La inspección admitió que no le ofrecieron alternativas al matrimonio para estudiar desde casa porque su deber era que las niñas asistieran a clase y esa familia no encajaba en los casos tasados, en referencia a alumnas que se quedan embarazadas o estudiantes que van residir en el extranjero temporalmente y no quieren perder el curso.

El actual director del colegio público dijo que las niñas tenían problemas con el uso de las mascarillas y que un día los padres «nos dijeron que las habían dado de alta en una academia americana y que iban a dar de baja a sus hijas, a las que sacaron del colegio». Asegura que las menores recibieron refuerzo varios años. 

La jefa de estudios explicó que los padres le contaron que las niñas estaban recibiendo clases telemáticas de hora y media al día porque las hijas en el futuro querían ir a una universidad en Estados Unidos, y además la academia donde las habían inscrito era más acorde con su religión y valores. Relató que los padres también se quejaron de las clases en gallego e insistieron que en California podrían completar mejor el currículo. Una de las niñas estaba «desmotivada por las clases en gallego que le dificultaban el acceso a los contenidos», dijo la jefa de estudios.

Un profesor de una niña contó que era retraída pero destacaba en una asignatura de valores. La madre le habría contado que estaban descontentos y le preguntó si una de sus hijas había sido discriminada por el protocolo de covid. La progenitora también se quejó de las dificultades del gallego pero el profesor le replicó que la niña suspendía también en otras asignaturas en castellano. Le animó a que la hija mayor, con un rendimiento bajo, trabajase y estudiase media hora en casa e hiciese los deberes en vez de descansar, pero los padres querían que el tiempo en el hogar lo dedicase al ocio. Otra profesora confirmó que la alumna mayor estaba desmotivada.