Así es el espectáculo de los Guns N' Roses que se podrá ver en Vigo... o no

Begoña Rodríguez Sotelino
b. r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

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La banda norteamericana sorprendió en el arranque de la gira en Abu Dabi al rescatar temas de su repertorio que no tocaban desde hacía treinta años

04 jun 2023 . Actualizado a las 01:51 h.

La maquinaria de la nueva gira mundial que acomete la banda norteamericana Guns N’ Roses echó a andar la noche del jueves en Abu Dabi. El estadio Etihad Arena de la capital de los Emiratos Árabes Unidos, con capacidad para 18.000 espectadores, se llenó para arropar el enésimo regreso al ruedo de la talludita formación que cumplirá 40 años de existencia en el 2025. Para bien o para mal, internet y las giras mundiales dejan poco espacio al factor sorpresa, ya que los espectáculos de envergadura están cortados por el mismo patrón y a través de las redes sociales se puede ver cómo es el guion de un show que, de todas formas, siempre es diferente para cada espectador, porque la experiencia y percepción ante algo aparentemente idéntico, es personal y única.

Las primeras reacciones ante el primer concierto han sido muy positivas y tanto seguidores de la banda como medios de comunicación de varios países recogen el inusual repertorio salpicado de rarezas en el que han rescatado temas que no cantaban en directo desde los años 90. Arrancaron con It’s so easy, un tema del disco Appetite for destruction que estrenaron en vivo en California en 1986 y desde entonces ha formado parte de la lista de temas convocados más de 800 veces. Hasta ahí, nada nuevo, sin embargo, los fieles a la famosa banda destacaron la reaparición de Bad obsessión, que llevaban sin tocar desde hace 30 años, o el tema Pretty tied up, del álbum Use your illusion II, que tampoco salía a escena desde 1992, o Anything goes, de su primer disco, que no tocaban nada menos que desde 1988. También sorprendió el tercer miembro histórico de la banda, el bajista Duff McKagan, con su versión del TV eye, de The Stooges, debutando como vocalista.

Para la escenografía apostaron por una gran pantalla que cubre todo el fondo del escenario y los laterales, y al centro se sitúan batería, percusión y teclados, aupados sobre una escalinata de cuatro peldaños donde se sitúan Dizzy Reed, Frank Ferrer y Melissa Reese y debajo, Richard Fortus con Slash y el líder del grupo, Axl Rose. El cantante, con un pantalón gris metalizado y una camiseta negra que más tarde cambió por otra y luego por una camisa vaquera sin mangas, compareció ante un expectante público deseoso de reactivar su recuerdo del mejor rock and roll de sus años mozos. Lo mismo le ocurre a Axl, cuya figura poco tiene que ver ya con aquel espigado y fibroso rockero de melena lacia y cinta en el pelo, capaz de llegar a timbres de voz que no alcanza ni una soprano cabreada, pero que lo intenta con convicción y le da su toque único. Se notó especialmente en algunos himnos, baladas como This I love live, donde le cuesta llegar tan alto, pero que compensa con la emoción de otras como November rain, donde le arropan las gargantas de miles de espectadores al unísono. Más llevadero ha sido el tiempo para Slash, el guitarrista principal de la banda que dejó por una disputa con el cantante, pero 20 años después se le pasó y regresó en el 2016. El músico de origen inglés pegado a su inseparable sombrero de copa con tachuelas sigue demostrando una destreza envidiable a los trastes y con la púa en su desfile de modelos de guitarra. Su solo en November rain o su riff en Sweet child o’ Mine suenan igual de bien que cuando fueron elegidos entre los cien mejores de la historia del rock.

La cita con Abu Dabi terminó tras más de dos horas de un show generoso que despachó 28 canciones, dejando para la penúltima su adaptación del Knockin’ on Heaven’s Door, de Bob Dylan, Nightrain como despedida y cuatro bises de propina.

Su próxima entrega tendrá lugar el lunes, 5 de junio, en el Park Hayarkon de Tel Aviv. Tras cuatro días de descanso, aterrizarán en España para su concierto del viernes, 9 de junio, en Madrid, y el lunes siguiente, se les espera en el estadio vigués de Balaídos. Como aperitivo estará Chrissie Hynde con The Pretenders, que el público vigués pudo disfrutar en el parque de Castrelos el verano antes de la pandemia.