Dos payasos haciendo el adulto

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Paula Marzoa

Manuel Castro, Lolo, y Adolfo Maguna, Popín, llevan 30 años de carrera independiente y tras coincidir en Vigo haciendo reír a niños enfermos han creado juntos un espectáculo para mayores: «A vida un frenesí»

02 nov 2023 . Actualizado a las 00:17 h.

El vigués Manuel Castro, Lolo, y el argentino Adolfo Maguna, Popín, llevan toda una vida (o dos, una cada uno) subidos a los escenarios, sobre todo en Galicia, pero también más lejos de casa. Ambos tienen tendencia a llevar por el mundo el espíritu del clown en las múltiples formas que hay de hacer el payaso. Desde esta semana, lo hacen juntos. Se conocieron haciendo reír a niños ingresados en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, ya que ambos forma parte de la asociación solidaria Galiclown, y por primera vez han tenido la ocurrencia y además la oportunidad, de fusionar su humor. «Estamos emocionados», afirman al unísono. Lo que han creado se llama A vida un frenesí, que es una comedia «apta para toda la familia, pero no está pensada para el público infantil», aclaran, por si alguien se confunde, ya que ambos son muy conocidos entre los espectadores de corta edad, esos que necesitan ayuda para subirse a la butaca, que les acompañen al baño y que lloran, ríen y se emocionan de veras, sin dejarse llevar por la crítica especializada.

La obra, que se estrena este sábado (19.00 horas. Cine Teatro Salesianos) en Vigo, es un antes y un después en la trayectoria de Lolo, ahora Lol, y Popín, que a su lado es Pop; y los dos sumados hacen una piruleta (lollipop, en inglés).

«Creo que este show es lo máximo que he hecho hasta ahora en mi vida profesional. Y contar como dúo con otro mítico payaso como Lolo es un placer. ¡No paramos de reírnos en los ensayos! Esto nos da la seguridad de que el público se va a divertir mucho también», cuenta Pop, que aunque nació en Rosario (Argentina), lleva más de tres décadas trabajando en Vigo, donde es más conocido como payaso que Milikito.

Quizás el personaje de Lol no sea tan popular como el de Popín, pero porque ha diversificado más sus espectros creativos. A Lolo Castro siempre le gustó trabajar con niños. Comenzó como monitor de tiempo libre, hizo sus pinitos en el teatro y el escenario se convirtió en su pasión, «pero no me daba de comer y tenía que combinarlo con otros trabajos». En el 2009 creó Barafunda, una empresa de animación y eventos que sí le permitió dedicarle todo su tiempo y energía creativa. El público local seguro que los conoce sin saberlo, porque suelen ofrecer espectáculos de calle y en los desfiles de carnaval y Reyes se pasean con figuras hechas con globos de hasta 30 metros de largo y diseños espectaculares. «Además de poner en marcha estos espectáculos, tenemos una editorial y organizamos cursos de formación. Fue creciendo la cosa y nos dedicamos no solo al clown de niños, sino a espectáculos para público familiar», relata el artista, que tuvo la oportunidad de aprender al lado de famosos clowns como Jango Edwards y Leo Bassi y sigue formándose.

A vida un frenesí es su primera incursión en el teatro-teatro. «La obra la dirige David Alonso y de la iluminación y escenografía se ocupa Beatriz de Vega», destaca. Su estilo podría parecerse de lejos a Tricicle, «pero con más diálogo, aunque no demasiado, es una mezcla de diferentes estilos». De todas formas, su objetivo no es parecerse a nadie. La historia que cuentan es la de «dos payasos absurdos y un poco estúpidos», reconoce Lol.

Los personajes que encarnan viven una vida gris trabajando como mozos de almacén, pero a través de un viaje por su imaginación, muestran el paso del ser humano por la vida, desde la infancia hasta la vejez y cómo ellos se enfrentan a esas etapas. A lo largo de ese itinerario desarrollan sketches en los que se refleja la estupidez humana y al mismo tiempo, al tratar asuntos cotidianos de manera ingenua y divertida, también dejan espacio para la crítica política y social.

Juntar en un mismo escenario a Lolo Castro y a Adolfo Maguna ha sido una idea que va a tener más recorrido. «Se nos quedaron muchas ideas en el proceso de creación que saldrán más adelante. Además nos lo pasamos tan bien que sería absurdo no seguir», indica el vigués.

Editorial con cuentos para poner en escena 

La editorial Barafunda es un proyecto peculiar de la empresa. «Escribimos historias para niños y esos cuentos los representamos, en ayuntamientos, colegios, etcétera», explica Lolo. No tenemos muchos títulos porque son como nuestros hijos, pocos pero muy queridos», afirma sobre un proyecto editorial de obras en gallego, con ilustraciones y cuya temática suele versar sobre asuntos que tiene que ver con las tradiciones populares de Galicia, para recuperarlas y que los niños las conozcan». Lolo es el autor de algunos de ellos, pero también hay escritores invitados y algunos para adultos.