Liudmyla, de las bombas en Ucrania a rehacer su vida en Vigo: «Soy feliz con mi trabajo»
VIGO CIUDAD

Una farmacéutica en Kiev que ahora es limpiadora en la Universidad es una de los 1.200 beneficiarios de los cursos de empleo de la Cruz Roja, que tienen una tasa de inserción laboral del 66 %
21 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Liudmyla Kanivets firmó hace unos meses un contrato laboral indefinido en Vigo como limpiadora. El día que hicieron fija a esta mujer de 40 años fue un sueño cumplido tras escapar de la guerra en Ucrania. «Me sentí muy feliz, fue una maravilla», afirma. Todas las noches escuchaba los bombardeos. Sus hijos no podían estudiar y vio que allí no había futuro para ellos. No había día que no sufrieran ataques y también se quedaban sin luz. Decidió abandonar el país con su marido, su madre y sus dos pequeños, de 6 y 12 años. Han pasado dos años desde entonces y el camino no ha sido fácil hasta lograr un empleo y garantizarse unos ingresos. Primero llegaron a Marbella y una familia los acogió ocho meses, pero allí el precio de la vivienda es muy alto y pusieron rumbo a Galicia, donde tienen unos allegados viviendo desde hace seis años.
El idioma ha sido una barrera, han tenido que aprenderlo a marchas forzadas. Al llegar, solo se defendía en inglés. «Es muy complicado y muy duro porque el español es un idioma muy diferente al ucraniano», afirma. La necesidad de encontrar un puesto de trabajo les estimuló a no rendirse en el aprendizaje de la lengua.
Gracias al apoyo de la Cruz Roja, optó a un plan de capacitación en limpieza, que le ha dado acceso al mercado laboral. Fue beneficiaria del programa Puentes hacia el empleo: itinerarios por la igualdad. Se trata de un proyecto del Plan de Empleo de Cruz Roja que promueve el protagonismo de las mujeres en el mundo laboral.
Tras un período de prácticas en la empresa Lacera, le hicieron un contrato temporal antes de hacerla indefinida el pasado verano. Actualmente trabaja en la limpieza de la Facultad de Ciencias Económicas, donde reconoce que tiene un excelente ambiente de trabajo. Está contenta, si bien es un trabajo muy diferente al que desempeñaba en su país.
Ludmyla vivía en la ciudad de Bila Tserkva, a unos 80 kilómetros de Kiev, donde ejercía como farmaceútica. Se licenció en la Universidad de Kiev y tenía 15 años de experiencia profesional. Su marido también era empleado de la rama sanitaria. Era técnico de radiografías. Tras mucho tiempo sin conseguir un puesto de trabajo, él también ha podido firmar un contrato indefinido como repartidor de alimentos. «Ahora está muy feliz porque por fin ha conseguido un trabajo», afirma.
Les gusta vivir en Vigo y reconoce que no desearía volver a Ucrania. «Ahora me da mucho miedo. Tengo un niño con discapacidad y no quiero que mi marido se tenga que ir a la guerra», afirma.
Tras conseguir una independencia económica con dos contratos indefinidos, ahora su principal reto será al que se enfrentan miles de familias, el acceso a una vivienda. En enero se les termina el plazo para disfrutar de la vivienda que les cedió Accem durante los primeros años de su estancia en Vigo. Afirma que los alquileres están muy caros, por lo que tendrán que dedicar buena parte de sus ingresos a cubrir esta necesidad. «De dos habitaciones por 800 euros nos parece muy caro y tendremos que buscar otro sitio», asegura. «Nos gusta vivir en Vigo, pero el precio de la vivienda es muy caro, aunque en Marbella costaba el doble que aquí», afirma esta ucraniana que ha rehecho su vida con su familia en la ciudad olívica gracias al apoyo inicial de la Cruz Roja.
El plan de empleo de la Cruz Roja atendió este año a más de 1.200 personas de toda la provincia, de las que 750 lograron un puesto de trabajo. Este resultado es posible gracias a las alianzas con más de 200 empresas de distintos tamaños y sectores que colaboran con la organización ofreciendo oportunidades que cambian vidas. Además cuentan con 35 voluntarios. Solo en la comarca de Vigo, la tasa de inserción se situó en un 66 % de los participantes.
Dentro del plan de empleo, se diseña un itinerario individual con las personas, que incluye orientaciones personalizadas, sobre cómo hacer un currículo, manejar una entrevista de trabajo o buscar ofertas a través de los portales de empleo. También realizan formaciones específicas que demanda el mercado laboral y seguimiento en prácticas no laborales.
A partir de enero se pondrán en marcha nuevos grupos y se iniciarán formaciones en actividades auxiliares en almacén, atención a personas dependientes, operativa de caja y reposición, camarero de pisos o en secciones de frescos de supermercados. Este plan de empleo cuenta con la financiación del Ministerio de Empleo y Seguridad Social y del Fondo Social Europeo. Tiene como horizonte que las personas con mayor dificultad o que se encuentran más alejadas del mercado puedan acceder y mantener un empleo en igualdad de condiciones, como instrumento fundamental para la inclusión social. Tienen diferentes proyectos para cubrir las franjas de edad y circunstancias de las personas con necesidad de optar a un puesto.