El Migallas de Cabral regresa a juicio por robar armado 117.000 euros en un banco

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Miguel Ángel Francisco Oterino, alias Migallas, durmió esta noche en la cárcel de A Lama después de que el juzgado considerara necesario quitarlo de circulación por su carrusel de atracos e intentos de robo, además de persecuciones en coche que casi acaban con peatones atropellados. En Abril, Migallas, logró evitar la cárcel tras robar 120.000 euros en otro banco a punta de pistola.
Miguel Ángel Francisco Oterino, alias Migallas, durmió esta noche en la cárcel de A Lama después de que el juzgado considerara necesario quitarlo de circulación por su carrusel de atracos e intentos de robo, además de persecuciones en coche que casi acaban con peatones atropellados. En Abril, Migallas, logró evitar la cárcel tras robar 120.000 euros en otro banco a punta de pistola. CEDIDA

Afronta una petición de cinco años; su compinche, cuatro años y ocho meses

13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El ADN delictivo de Vigo incluye el atraco de bancos desde hace 45 años. Es posiblemente el delito más característico de la ciudad; más que el tráfico medio de drogas, tan común en cualquier población del país. La ciudad no ha dejado de sufrir episodios en el último lustro. Uno se vivió en la calle Martínez Garrido el 14 de abril del 2023, el botín ascendió a 117.000 euros. Se obtuvo de la caja fuerte, el dispensador y uno de los cajeros. Los atracadores sabían lo que hacían, evidenciaron un alto conocimiento dentro de la sucursal para moverse y hacerse con el dinero en el menor tiempo posible. Luego, como buenos escapistas, se dieron a la fuga.

La investigación del grupo II de la UDEV de la Policía Nacional de Vigo-Redondela acabó cerrando el círculo de su investigación con el arresto de ambos presuntos culpables: Miguel Ángel Francisco Oteriño y José Javier Tielas Solla. El primero, natural de Cabral y apodado el Migallas, acumula tantos antecedentes que lo sitúan entre los choros con más pedigrí en la primera ciudad de Galicia. Un ejemplo de caco azuzado durante décadas por la necesidad de dinero urgente para matar la abstinencia. Eran los años ochenta y Vigo, con Barcelona y Madrid, era la ciudad con más atracos de España. Ya si la estadística se filtraba por atracos en proporción al número de habitantes, Vigo la lideró durante un tiempo. Lo normal eran 80, 90, 100 atracos al año, en 1988 se llegó a 150. Incluso se creó una brigada especializada en robos en bancos, y el Migallas, ya entonces, era un cliente recurrente.

Oteriño y Tielas irán a juicio próximamente por el atraco de hace dos años en la avenida Martínez Garrido. Se enfrenta, respectivamente, a penas de cinco años y cuatro y ocho meses. El relato de la Fiscalía, en su escrito de conclusiones, sostiene que a las 13.55 horas del 14 de abril del 2023, los acusados Miguel Ángel Francisco Oterino y José Javier Tielas Solla —ambos con antecedentes penales— actuando de común acuerdo y guiados por ánimo de ilícito beneficio económico, accedieron con pocos segundos de diferencia al interior de una sucursal bancaria situada en la avenida de Martínez Garrido, en horario de apertura al público.

Los atracadores ocultaron los rostros para dificultar su identificación. Miguel Ángel vestía peluca, gafas y una mascarilla; mientras que José Javier se atavió con un gorro y una braga. A mayores, cada uno exhibió lo que parecía ser una pistola, e invitaron a las bravas tanto a un cliente, como al director, a la subdirectora y a otras dos empleadas a dirigirse al recinto en el que se ubica la caja fuerte. Una vez allí, tras preguntar quién conocía las claves para abrir todo —la caja fuerte, los dos cajeros y la máquina de caja (dispensador)—, exigieron a la subdirectora, tras responder que era ella la que las conocía, que abriese dichos dispositivos. La empleada, bajo coacción, introdujo la clave para acceder a la caja fuerte, que tiene un retardo de 10 minutos.

Oteriño, en ese tiempo, se dirigió de nuevo a la subdirectora de la entidad para que activase los mecanismos de apertura de los cajeros automáticos y del dispensador, y que lo acompañase fuera del recinto de la caja fuerte en el que el otro acusado se mantuvo vigilando en todo momento a los demás. Los mecanismos de ambos cajeros automáticos, tienen igualmente un retardo de 10 minutos. En ese tiempo, los acusados mostraron en todo momento a los rehenes la pistola, a la vez que les advertían de que si activaban algún sistema de alarma «empezarían los tiros».

El botín

Ya con todos los accesos desbloqueados y a disposición de los cacos, ambos acusados se hicieron con un total de 117.465 euros, de los que 55.470 se encontraban en la caja fuerte, 16.090 en el dispensador y 45.905 en uno de los cajeros automáticos, ya que el otro dio error y no se abrió. A mayores, reclamaron al director de la sucursal las llaves del vehículo BMW 320 D de su propiedad, estacionado en el exterior de la oficina. Segundos después, Oteriño y Tielas se subieron al coche, apretaron el acelerador y desaparecieron sin dejar rastro. El turismo se localizó posteriormente sin desperfecto alguno. Ya el día de los arrestos, tras semanas de investigación, Oteriño tenía 32.295 euros en su casa, y 10.523 aparecieron en el domicilio de su compinche. También se 15,51 gramos de heroína con una pureza del 34,39.