No es buena noticia que haga calor en esta época del año
VIGO CIUDAD
 
	
											Vigo debe disponer de un plan contra temperaturas extremas
05 oct 2025 . Actualizado a las 19:29 h.Estos días prácticamente todos los medios de comunicación de la ciudad se hicieron eco de las altas temperaturas con las que llegamos a octubre. El dato se transmitía como una excelente noticia animando a ciudadanía y visitantes a disfrutar de este feliz calorcito. En paralelo, era también noticia la preocupante situación de los embalses y la sequía que se transmitía como una seria amenaza. No parece que nos hayamos parado mucho a pensar que se trata de una relación causa efecto y, sobre todo, que ambas cosas son preocupantes aunque la primera no lo parezca. No es buena noticia que tengamos estas temperaturas en esta época del año y, desde un punto de vista climático, el mal tiempo es que no llueva con unas consecuencias de las que la sequía es apenas la punta de un iceberg… que se derrite.
Por todo esto recordamos que en julio del año pasado Greenpeace publicaba un informe titulado Adaptación de las ciudades al calor extremo y protección frente a los impactos en la salud. El estudio constaba de un análisis de la situación en quince ciudades españolas, entre ellas Vigo, y unas previsiones preocupantes. Las olas de calor extremo irán incrementando su duración hasta durar entre 32 y 63 días. Son muchos más que en el 2005, cuando se extendían durante quince. En el mejor de los escenarios posibles, la duración de las olas de calor se duplica. Lo mismo está previsto para las noches tropicales y tórridas hacia 2100.
Tomando como referencia estos días, hay quien podría pensar: «Más días de sol y playa ¿dónde está el problema? ¡Viva el cambio climático!». Las sequías, los incendios cada vez más voraces, la pérdida de biodiversidad o la alteración de los procesos ecológicos esenciales son parte de las consecuencias que ya estamos viviendo, pero se habla poco del impacto de las altas temperaturas en la salud de la ciudadanía al ser las ciudades un amplificador de las olas de calor. Un ejemplo: en el año 2020 fallecieron por efectos derivados de las olas de calor 52 personas en el entorno de las Rías Baixas. Este año, a principios de septiembre, ya habían fallecido 150 personas. En el último lustro, han sido más de 600. Los fallecimientos son el efecto más extremo, pero existen otras consecuencias como dolencias que se agudizan, padecidas principalmente por mujeres. Además, patologías como diabetes, hipertensión, asma o insuficiencias renales se agravan con las altas temperaturas.
La organización medioambiental evaluaba Vigo en el mismo informe y llegaba a la conclusión de que «el plan de acción de la agenda urbana del Concello de obtiene una de las peores valoraciones en el análisis comparativo realizado entre quince ciudades españolas». Es decir, no existe una propuesta de adaptación a eventos extremos de calor como tal.
Entre los objetivos estratégicos de la agenda urbana dedicada al cambio climático, se incluye un listado de acciones, sin descripción, ni objetivos a alcanzar, ni los plazos para llevarlas a cabo. Entre las medidas incluye soluciones basadas en la naturaleza incorporadas al diseño urbano, fachadas y azoteas verdes, aumento de la permeabilidad de pavimentos o la renaturalización de la zona litoral, aunque no se especifican objetivos ni zonas de actuación.
Se incluye la habilitación de refugios climáticos pero sin fecha de implementación. Faltan estudios de vulnerabilidad con criterios socioeconómicos y mapas de isla de calor urbana para poder identificar las zonas donde se encuentra la población más vulnerable y priorizar las medidas en las mismas. Tampoco se incluyen medidas sociales dirigidas a reducir la vulnerabilidad y la desigualdad en la capacidad de adaptación al calor. Ni se incluyen sistemas de alerta temprana. Resulta extemporáneo hablar de esto un 5 de octubre, cuando lo normal sería tratarlo a principios de verano, pero la emergencia climática nos ha desestacionalizado el calor. Vigo no está bien preparada para soportar unas olas de calor que según todos los indicadores serán cada vez más intensas y prolongadas y que no solamente representan un serio problema ecológico sino una amenaza para nuestra salud. La buena noticia es que existen, como veremos, muchas actuaciones que pueden ayudar a mitigar esta situación.