Mario Casas: «Siempre he tenido un payaso dentro»

Ana Montes

YES

Javier Etxezarreta

En «Mi gran noche» está irreconocible. Rubio de bote y melenudo, interpreta a un fenómeno de la canción que se disputa el fervor de las nenas. En el tú a tú Mario se muestra como un chico de barrio que presume de venir cada vez más a su tierra. 

24 oct 2015 . Actualizado a las 10:27 h.

Nuestro Mario Casas está irreconocible. ¡Mentira! Le reconoceríamos incluso bajo una manta. Su versión de rubio sexy pop nos ha descolocado en el asiento del cine, más que nada, por las carcajadas que nos hace sacar en esta película desmadrada y taquillera  -que tiene como escenario la grabación de una gala de Nochevieja-. Su reto, ganar el minuto de oro al mismísimo Raphael, algo que él, pérfido y astuto, intentará evitar a base de fastidiarle. Fuga de cerebros, Mentiras y gordas o 3 metros sobre el cielo mostraban a un Mario Casas (A Coruña, 1986) que crece y crece como la espuma y en torno al cual pululan más trabajos a punto de llegar. Toro, Palmeras en la nieve y Los 33, presuntamente en enero de 2016 en las pantallas, nos dejaran también a solas con él.

-La comedia de Álex de la Iglesia es un despiporre, ¿no? 

-Todo ha sido muy divertido. Cuando Álex me  dijo que quería ese look, me apeteció muchísimo reírme de mí e incluso de situaciones que he vivido con fans. Hemos hecho un personaje con vida propia, entre grimoso y tierno, pero no una caricatura o algo feo.

-Y has trabajado con Raphael, un mito.

-Me ha sorprendido mucho lo exigente, humano y trabajador que es. Quería reírse de sí mismo aunque él no sea como el personaje que ha creado con Álex. No está haciendo de Raphael.

-Es uno de los artistas más parodiados e imitados. ¿También tú lo hiciste alguna vez?

-En un karaoke, sí, como creo que todos ¿no? [Risas]. Raphael es como un padre. Lleva ahí toda la vida y sus temas suenan siempre.

-¿Te ves dando un vuelco a actor cómico?

-Sí, yo siempre he tenido un payaso dentro desde que era un niño. Cuando interpretaba en el cole con mi mejor amigo imitábamos a Cruz y Raya o los Morancos. Y los que me conocen saben que me gusta mucho hacer el tonto. Me relacionan más con personajes cómicos que con los dramáticos, más separados de mi realidad y mi personalidad.

-¿Y eso?

-O soy muy casero o prefiero el campo, el deporte, viajar... Me gusta mucho estar con mi familia, mis animales o pasar el tiempo con mi hermanito que tiene un año y medio de vida, y estar muy protegido,  en mi sitio de confort. 

-Entonces difícil toparse contigo. ¿Qué aprovechas para hacer cuando vienes a A Coruña?

-Suelo venir dos o tres veces al año y suelo ir a la zona de Los Mallos. Pero voy a cualquier sitio de Galicia: por la comida y por el tiempo. Me encanta que llueva, ir a un pueblo, una aldea, un mercado y comprar verdura. A veces no voy ni a restaurantes. Coger la comida de la tierra y hacérmela yo mismo es lo que más me gusta. También, ir a una casa rural. Pero me escapo en secreto porque me apetece irme solo y desconectar.

-¿Qué tienen las olas de Razo que siempre vuelves a hacer surf?

-Son pequeñas pero algún día hasta han podido llegar a los 3 metros. También me gustan las de Barcelona, pero hay mucho surfista y, si te pones por delante de alguno que sabe, te llevan por delante. Yo aún soy principiante. 

-¿En qué eres gallego hasta la médula?

-Lo soy en general. El tipo de vida que tengo en mi casa es gallego porque mis padres lo son y quien me conoce dice que tengo un carácter bastante gallego. Es mi tierra, es mi sangre, me siento de allí, me siento de Galicia y sobre todo de Coruña. 

-Ser uno de los galanes más cotizados implica lucir palmito y músculo en todas las pelis. ¿Te pesa?

-En absoluto. Pero yo no me veo bajo esa etiqueta ni venderé un personaje como tal porque trabajo los personajes desde más allá. Hago el guion que quiero hacer y el galán es algo que venden los de arriba porque atrae al público femenino. 

-Tus fans te aclaman, te reclaman en los rodajes. ¿Te agobian?

-Para nada. No huyo de los club de fans y tengo mucho contacto con ellas, las sigo en Twitter, hacen un trabajo enorme por mí. Intento involucrarme con lo que hacen, pero es muy difícil estar en contacto con todos. Aunque en el trabajo intento resguardarme porque tengo que estar cien por cien concentrado. Creo que es lógico.

-Con este carrerón, ¿te has dejado algo en el tintero?

-No, he vivido lo que he querido. Pero socialmente soy muy escaso. Tengo amigos, sí, pero los justos, y muy pocos conocidos. Yo me rodeo de mi familia, mis amigos de toda la vida, y con ellos paso el máximo posible. Pero ya. 

-De hecho, socialmente no te prodigas mucho. ¿Crees que ir de evento en evento puede perjudicar tu carrera?

-Soy poco de exponerme demasiado y hablar de mí. No me sale. Si fuera mi forma de vivir, lo haría. Pero, si voy a algún estreno, intento que sea de algún amigo mío, alguien que sé que le va a hacer mucha ilusión o le va a ayudar, o que él valore mi presencia como especial sabiendo que no voy a muchos sitios. 

-¿Inconformista?

-Sí, sobre todo con el trabajo. Nunca estoy satisfecho con lo que he hecho, más cuando me veo más en la pantalla. Pero ese inconformismo me hace estar atento y que trabaje mucho día a día. 

-Antonio Banderas nos dijo en YES: «Mario Casas es una estrella y nuestro cine necesita estrellas». Menudo capote?

-Sí, nos conocimos en El Camino de los Ingleses y siempre me ha cuidado, también en Los 33. Es fantástico y alguien del que realmente he aprendido. Me gusta el tempo que tiene, como le habla a la gente, a todos por igual, es trabajador, humilde, es un artista, es inteligente, por eso está donde está. 

-¿Y a quién le echarías tú un capote?

-A Hugo Silva o Miguel Ángel Silvestre, también etiquetados como galanes,  pero grandes actores y algo más. 

-¿Y ahora con qué estás?

-Con otra película que no tiene nombre todavía. Es un thriller psicológico dirigido por Oriol Paulo, con José Coronado. Es de los mejores guiones que he leído pero no puedo contar mucho. El cuerpo te pide retos y hacer papeles diferentes. Por eso también me gustaría hacer miniseries, que cada vez se hacen mejor y es lo más similar al cine. Cada vez la diferencia entre la televisión y el cine va a ser menor y van a ser lo mismo con Netflix y Movistar. Para mí el futuro está ahí.