YES ESCRIBE CARTA DE REYES Cuando Miriam Rodríguez echa la vista atrás, en sus recuerdos rueda una bici violeta de la que se cayó muchas veces. La «triunfita» coruñesa, la actriz Paula Gallego, que dio vida a María Alcántara en «Cuéntame», David Perdomo y Manuel Burque nos cuentan qué les piden este año a Sus Majestades de Oriente
05 ene 2019 . Actualizado a las 12:35 h.Cuando era pequeña, Miriam Rodríguez fue «muy pesada» pidiéndole una bicicleta a los Reyes Magos. Por eso, cuando vio un gran bulto en el salón de su casa de Pontedeume, debajo de una manta, intuyó que sus majestades habían acertado. «Cuando vi al lado del árbol algo tan grande, incluso me dio miedo, me asusté. No sabía lo que era, pero me lo imaginaba, al ser algo tan grande y después de la insistencia que puse...», cuenta la artista, que recuerda que le tuvieron que ayudar a destaparla porque no se atrevía ella sola. Por todo, ese es uno de los regalos de su infancia que rememora con mayor ilusión. «Siempre recuerdo aquella bicicleta violeta, fue la primera que tuve sin ruedines y todavía la retiré hace poco. Me molaba un montón», cuenta Miriam, a la que le gusta «mucho» andar en bici.
Así es que, de las veces que se cayó, la triunfita tiene las piernas llenas de cicatrices. Lo cuenta como una anécdota, pero también porque la palabra Cicatrices ha rondado mucho su cabeza estas Navidades. Es el nombre de su primer disco en solitario, un obsequio de Reyes que llegó por adelantado en noviembre. «Este año ha sido el regalo más grande. Es algo con lo que llevaba muchos años soñando y en lo que tenía muchas ganas de trabajar. Además, no solo eso, porque todo lo que ha venido antes y después también ha sido un regalo: Operación Triunfo, la gira con mis compañeros y la gira en solitario en la que estoy ahora. Sin duda, ha sido el regalo más grande que me ha tocado en la vida», asegura Miriam. Y eso que, a raíz de ello, ha tenido que pasar estas fechas entrañables por media España (Tenerife, Las Palmas, Barcelona, Valencia...), solo con parada en su tierra en Nochebuena y Fin de Año. «Al ser por una buena causa, importa menos estar fuera. Estoy disfrutando muchísimo y eso es lo que vale», valora.
MUY DE BALTASAR
Pero ¿le pide igualmente algo a los Reyes? «Desde que falleció mi abuela, las Navidades en casa son diferentes, su falta se nota mucho. Por eso, no necesito prácticamente regalos, todo lo que me hace falta lo tengo a mi disposición. Al final, me llega estar en familia y verlos a todos bien», reflexiona Miriam, que insiste en pedir «salud».
Eso sí, lo que no le ha dejado de gustar es pedir a los Reyes regalos para los demás, poner el árbol y vivir el ambiente navideño. «Soy una persona que siempre está deseando que lleguen las Navidades; siempre he vivido estas fechas de manera muy intensa, ya desde que era niña», dice.
Miriam ha sido siempre, como se suele decir, tanto de Papá Noel -«tenía una fijación», confiesa- como de los Reyes Magos. Sus majestades le encantaban y era «mucho de Baltasar». «Lo que pasa es que era un poco rabuda y cuando empecé a sospechar, siempre quería abrir los regalos antes de tiempo», sonríe la cantautora, que aunque no recuerda todos los regalos que pidió de pequeña, más allá de la bicicleta, debajo del árbol siempre tenía el día 6 algo de música. «Siempre me regalaban micrófonos, el primero lo tuve con 4 años. Uno era chulísimo, porque traía una especie de escenario incorporado, una lona. ¡Madre mía, mira que hacía el tonto ahí encima!», bromea la eumesa que, no obstante, gracias a eso se formó desde muy joven en la que es su vocación. La primera guitarra que tuvo fue una que su padre tenía desde hacía 25 años y ella la recibió con 6. La primera a estrenar, otro regalo especial, le llegó en la Primera Comunión.
«Cuando te vas haciendo mayor, ves Reyes con otra perspectiva, pero las Navidades me gustan mucho. Y me encanta que siempre haya niños en casa en estas fechas, porque se viven de otra manera», concluye Miriam, que en breve tendrá conciertos en Madrid, Valladolid, Málaga o Sevilla. En Galicia le quedan Santiago (15 de febrero, agotado), Vigo (28 de junio) y A Coruña (29 de junio). Que siga la música.
«ESTAS NAVIDADES DEJO QUE LOS REYES ME SORPRENDAN»
Estas Navidades han significado, sin duda, un cambio de rumbo en la vida de Paula Gallego. El pasado 19 de diciembre, la actriz participó por última vez en una grabación de Cuéntame cómo pasó, donde a lo largo de seis años dio vida a María Alcántara. No obstante, la ferrolana, a un mes de cumplir 15 años, se siente «con la misma emoción del primer día para comenzar un nuevo camino con ganas e ilusión». De hecho, entre proyecto y proyecto, esta vez no le ha dado tiempo a pasarse por Galicia, pero aguarda a los Reyes Magos con las ganas de todos los años. Eso sí, sin ninguna petición especial. «Este año no pedí nada, dejo que me sorprendan», responde Paula, que es más de Sus Majestades que de Papá Noel.
En su caso, sus primeros recuerdos de la madrugada del 6 de enero no quedan tan lejanos. Lo que está claro, sonríe, es que siempre le ha hecho «mucha ilusión» abrir los regalos y rememora sobre todo uno que recibió. «El más especial fue un muñeco al que llamé Pepito, con el que después dormía todas las noches y me acompañaba a cualquier sitio», relata la actriz, que en las Navidades de los últimos años ha recibido obsequios de tipo más personal. «Ahora los que considero más especiales son los que me hacen personalizados», dice la ferrolana.
Para Paula Gallego, estas fechas del año son «un tiempo de celebración para compartir con la familia y los amigos». Y, aunque no ha podido estar en Ferrol, da una razón por la que no echa de menos pasar las Navidades en su lugar de nacimiento: «Como siempre voy en verano, al final ya lo celebramos todo junto, la Navidad, el cumpleaños...». Esta vez, su noche de Reyes transcurrirá en Madrid, donde están parte de su familia y de sus amigos. Para el nuevo año, María de Cuéntame sí tiene una petición: «Me gustaría que estuviera lleno de nuevos proyectos que me hagan disfrutar de lo que más me gusta, que es la interpretación». Como expresó en su carta de despedida de los Alcántara, desea seguir preparándose para «nuevas aventuras». «Es hora de volar y recibir con los brazos abiertos nuevas experiencias que me hagan crecer tanto personal como artísticamente», valoró entonces. La chispa de la vida.
«YO LO QUE QUIERO ES UNA FURGONETA»
El actor y humorista David Perdomo confiesa no entusiasmarse demasiado con la llegada de los Reyes Magos y ser «más soso de lo que la gente cree». Tras un fin de año movidito, en el que actuó junto a la actriz Isabel Risco en la coruñesa plaza de María Pita para dar la bienvenida al 2019, Perdomo admite que para mañana, 6 de enero, no espera ningún regalo. «En mi familia no somos mucho de hacer regalos en estas fechas. Como vivo solo con mis gatos, no les tengo nada, ni ellos a mí, sino me asustaría», bromea.
A pesar de que no le ha enviado ninguna a carta a sus majestades de Oriente, sí que hay un regalo que le encantaría recibir. «Sin ser una folklórica y pedir amor, salud y eso, que también, lo que quiero es una furgoneta». Pero no se crean que lo que el koruño quiere es un modelo antiguo estilo hippy para recorrer el paisaje gallego en la búsqueda de rincones de paz, él es mucho más moderno. «¡Qué coño hippy! Lo que me molaría es una furgo negra del estilo de la que tenían los del Equipo A para camperizarla e irme a surfear por ahí», zanja. Y si el cómico alberga alguna esperanza de que este año se le cumpla el capricho es por su fe en el que califica como el rey mago más «molón», Baltasar. «Me molaba mucho. Yo creo que Melchor también tenía gran aceptación entre la chavalada porque se parece mucho a Papá Noel. Yo de pequeño tenía la paranoia de que eran la misma persona. Luego está Gaspar, que creo que nunca le gustó a nadie», explica.
De su infancia David Perdomo recuerda no haber sido muy pedichón aunque «siempre pedía varias cosas y a veces lo que menos te gustaba de todo lo que les escribías era lo que te caía...». Y sí hay un juguete que formó parte de su lista de deseos año tras año esos eran los muñecos de Masters del Universo. «Con cinco años era un loco de ellos y siempre pedía alguno por Navidad, me encantaban». Además de sus figuras preferidas, el actor también recuerda recibir a veces carbón «en casa de algún abuelo para hacer la bromita», se ríe.
«SIEMPRE LES PIDO UN AUTORREGALO MUY GORDO»
Cargado con tres regalos empaquetados con mucho amor, con lazo rojo incluido, mira al Atlántico desde el paseo marítimo de A Coruña. «A los Reyes Magos les pido más conciencia ecológica. El mar está arrasado de plástico, lo hemos ensuciado todos». El actor y humorista gallego tiene sus propios requisitos para disfrutar de la noche del 5 de enero. De visita navideña a la ciudad que lo vio crecer, Manuel Burque nos confiesa que los suyos son unos Reyes muy especiales: él se lo guisa, él se lo come. «En mi casa nunca fuimos de muchos regalos. Incluso recuerdo que un año, creo que cuando tenía 12 o 13, mi padre decidió cambiarlos para el 31 de enero». Ahora, él sí es de hacerse regalos «muy gordos y, así, sin venir a cuento». También de ejercer para sí mismo de Melchor, Gaspar y Baltasar: «Siempre les pido un autorregalo muy gordo: este año estoy nervioso, no necesito nada, así que creo que me pediré ropa». Manuel Burque, que este año estrenará como coguionista y actor la serie Déjate llevar de Leticia Dolera, recuerda cómo eran las Navidades en su casa. «Siempre nos llegaba carbón, era lo más divertido y también lo peor que le podías regalar a un niño porque era todo azúcar y se te estropeaban los dientes». Reconoce que, en el fondo, le tenía un poquito de manía a los Reyes: «De pequeño me daban rabia. Son un poco anticlimáticos porque te traen los regalos justo dos días antes de la vuelta al cole y, cuando era pequeño, no me daba tiempo a disfrutarlos». Sus deseos para Melchor, Gaspar y Baltasar los enviaba en una carta que escribía con papel y boli, como el resto de sus compañeros de cole. «Ahora los grupos de Whatsapp son la nueva carta a los Reyes», apunta. ¿Algún regalo absurdo o que te crease un trauma de pequeño? «No recuerdo ninguno porque me gustaban todo». «Alguna vez pedí un perro, pero nunca me cumplieron el deseo. Convivimos con animales en casa -tenía hámsteres que mi madre soltaba por la casa, era una ‘prisión de lujo’- y ahora tengo dos gatos y una perra», cuenta Burque. Entre los juguetes favoritos, los juegos de mesa que «destrozaba con mis hermanos: el sello de mis hermanos y el mío era destrozarlo todo». Los hermanos Burque se pasaban los días jugando al Quién es quién, el Tragabolas, el Tozudo… «Tenía el Quimicefa, el de cocinar, el de hacer chocolate… Tuve hasta un Scalextric». Pero sus muñecos favoritos, los que hacían que los ojos se le iluminasen a lo grande, con los que podía pasar horas y horas jugando, y los que le encantaba coleccionar: los muñecos militares G. I. Joe. «Alguno incluso me lo compraba yo», recuerda.
EL REGALO FAVORITO
Pero su auténtico vicio confesable, y que nunca podía faltar en su carta a los Reyes Magos eran los videojuegos. «Fui uno de los primeros en tener Internet. Recuerdo que cuando todavía había que conectarse al cable del teléfono y te cobraban por conexión. Hasta mi padre me apuntó un verano a un curso de Windows. Así que las Navidades eran el punto álgido y los videojuegos eran el regalo favorito de los Reyes, y también el que aprovechábamos más tiempo». Burque reconoce que pasó mucho tiempo delante de la consola: «Fui un viciado de los videojuegos y, mírame, no me va mal».
«Recuerdo que un año fui superpesado y machaqué a los Reyes todos los días hasta que conseguí que me trajeran la Nintendo», apunta Burque.
Ahora, con la cabeza centrada en sus trabajos, pide un último regalo adulto para Melchor, Gaspar y Baltasar: «Pediría tranquilidad, entendimiento en general, acercar posturas. La gente comparte el 90 % de las cosas: queremos tener familia, trabajo… Tenemos que hacer por encontrarnos, por volver a unirnos, ese sería mi mejor regalo».