¿Por qué aún están locos con Harry Potter?

Ralph Zapata

YES

ANGEL MANSO

Este mes se cumplen 22 años del lanzamiento de «Harry Potter y la piedra filosofal», el inicio de la exitosa saga de J. K. Rowling, y los adolescentes siguen hechizados por el universo Hogwarts. En YES te explicamos las razones por las que el furor por el mago de las gafas redondas permanece intacto

10 jul 2019 . Actualizado a las 17:59 h.

La primicia de que J. K. Rowling publicaría cuatro nuevos libros en formato eBook se esparció a finales de mayo como la pólvora. Muchos celebraban la continuación de la exitosa y fantástica saga. Sin embargo, unos días más tarde, la noticia fue desmentida por la misma autora británica, quien precisó que solo se tratará de la adaptación del audiolibro Harry Potter: A history of magic, que se estrenó el año pasado con motivo de la exposición de la British Library. Pero, más allá de esta confusión típica de los tiempos actuales, la pregunta de fondo que salta rápidamente es: ¿por qué, veintidós años después del lanzamiento del primer libro de la saga, la locura por Harry Potter sigue intacta? ¿Qué mueve a los potterheads a seguir cada movimiento en el universo de magia del chico de Hogwarts?

Lucía, de 12 años y natural de A Coruña, dice que su amor por Harry Potter empezó cuando leyó los libros. «Me enganché muchísimo por la magia que se inventó J. K. Rowling, es increíble. He visto todas las películas y ahora tengo en mi colección bolsas, un disfraz, varitas mágicas, y muchas postales. Me encantaría tener más collares y los disfraces de todas las casas, y claro, me gustaría ser como Hermione Granger, una de las protagonistas de la saga», dice.

La adolescente recorre cada rincón de La Tienda Que No Debe Ser Nombrada, el único local especializado en A Coruña en el universo de Harry Potter, donde los fanáticos pueden encontrar desde un simple lapicero hasta la indumentaria de las cuatro casas de Hogwarts, sin olvidar los collares, pulseras y demás mercancías esparcidas en dos ambientes cuyas paredes sirven de vistosos escaparates. Un local que es una bendición para los no pocos aficionados del mago de gafas redondas y sonrisa genuina.

Aquí coinciden fanáticos de todas las edades, pero principalmente niños y adolescentes. Algunos llegan acompañados de sus padres, y otros de su pareja. Es el caso de Manuel Suárez, de 23 años, natural de Fisterra. «Yo he crecido con el personaje, desde pequeño vi la primera película y me encantó, ahora estoy leyendo los libros. De las películas admiro los cambios que sufren los personajes, cómo evolucionan y el universo de magia que transmite», apunta mientras se despide del dueño del local.

Unos metros más allá, Victoria, de 9 años, enfundada en un traje de Luna Lovegood (su personaje preferido), nos da algunas pistas sobre las motivaciones de los fanáticos de Harry Potter. «Lo que más me gusta de su universo es la magia, los personajes que crecen con el paso del tiempo. Las películas me parecen muy dulces, las he visto todas, y ya he comenzado a leer los libros, voy por el segundo», dice la chica para añadir que de Luna «admiro su bondad, es muy buena con la gente, imaginativa y creativa».

Pero no solo eso valora de la exitosa franquicia, sino -y sobre todo- los valores que ha aprendido del universo mágico que recrea J. K. Rowling. «En el colegio tengo amigos que cuando ven algo de Harry Potter me dicen: ‘Victoria, míralo tú’. Algunos son fanáticos, a otros no les gusta nada, y estos a veces nos insultan. Creo que no deberían hacerlo, solo quedarse callados y ya está, respetarnos. ¿De eso se trata, no?», pregunta valientemente Victoria.

Y sus palabras están respaldadas por un estudio que realizaron en el 2014 investigadores de la universidad de Greenwich (Reino Unido) y Padua (Italia) y que concluyó que los lectores de Harry Potter son más tolerantes que otras personas. La investigación destacó la empatía que mostraban los lectores de los libros con personas vulnerables, como inmigrantes, refugiados y homosexuales.

Un fanático de 5 años

Giancarlo, de 8 años, es otro de los seguidores de Harry, Hermione y Ron, y todo el universo que descubrió, primero acompañado de su madre Judith Puente Durand, y luego ya solo. «Él es fanático desde los 5 años, pasó de los dibujos animados a Harry Potter y ahora quiere todo lo que aparezca de él. Yo soy seguidora de la saga desde los 11 años, cuando vi por primera vez la película, me sedujo la magia y todo el mundo de fantasía, tanto que ahora me tatuaré Las reliquias de la muerte dentro de poco», explica. Todos los fanáticos de Harry Potter coinciden en La tienda que no debe ser nombrada, espacio comercial fundado hace un mes por Luis Adrián González Abad, de 46 años, su esposa Adela y su hija Sara, todos fanáticos acérrimos del mago. Un local que no deja indiferente a nadie, y que cautiva por la belleza de su decoración, los muebles, y por todas las mercancías que los fans siempre agradecen.

«Nuestra tienda no tiene nada que envidiarle a las tiendas de Londres o de Madrid, siempre conseguimos lo que nos piden los clientes. Trabajamos con distribuidores de Inglaterra, y de aquí de España también. Aquí vienen padres fanáticos de Harry Potter, adolescentes y niños que recién están descubriendo el mágico mundo de fantasía que plantea toda la franquicia», señala Adrián, que maneja su negocio con la pasión de un adolescente enamorado.