A la definición que hace de sí mismo como evangelista tecnológico, Javier Sirvent añade otro epíteto, «polímata», aquel que abarca conocimientos en distintas disciplinas; Sirvent es claro, los ciudadanos serán cada vez más dependientes de la tecnología
25 oct 2019 . Actualizado a las 15:49 h.Los días 21, 22 y 23 de octubre Santiago acoge el Talentia Summit 19, un foro de ponencias estratégicas y una feria del talento. En el primero de ellos, presidido por la ministra de Economía en funciones, Nadia Calviño, participarán empresarios y profesionales especializados en ciencia, tecnología, ingeniería, educación, márketing, recursos humanos y economía. Por ejemplo, Miguel Ángel Ruiz, de Samsung; Sonia Mulero del Banco Sabadell; o José Luis Pérez-Pla, de Telefónica. Todos darán su propia visión de cómo desarrollar el talento en un mundo cada vez más global, disruptivo y digital. Y entre los speakers más innovadores Javier Sirvent, un visionario tecnológico que admite que España, y en general Europa, se alejan del liderazgo en tecnología. ¿Y eso qué supone? Que cada vez los ciudadanos europeos serán más tecnodependientes de otros.
-¿Qué es un evangelista tecnológico?
-Casualmente acabo de añadir otro adjetivo, polímata, alguien que sabe un poco de todo, que no es experto en nada, pero que tiene una perspectiva global y sobre todo curiosidad hacia la creación de cosas. Y ahora voy a decirte polímatas famosos, Steve Jobs, Leonardo da Vinci, Bill Gates... Yo no soy famoso pero sí soy un tecnooptimista, así que me dedico a contarle a la gente cómo su vida, su negocio o su familia cambiarán por la tecnología. Me dedico a contar cosas buenas y malas que nos traerá la tecnología.
-¿Se define evangelista porque predica las bondades de la tecnología?
-Correcto, de hecho ahora que todo el mundo se ha hecho coach, yo en palabras de «coach» no doy píldoras de innovación, pongo supositorios. Y es que nos vienen cosas que... ¡Guau! Es por eso que le digo a la gente, ¿si alguien te va a dar un tortazo prefieres estar prevenido y poner la mano, o que te den en toda la cara?
-¿Qué tortazos se avecinan?
-Nos vienen seis tortazos. Como soy polímata empecé a investigar, en concreto respecto a la economía, que también va muy ligada a la tecnología. Y se me ocurrió que hay seis factores o situaciones que tenemos que corregir o aprovechar si no queremos quedarnos atrás. Son además similares a las seis gemas del infinito de la saga de Los Vengadores, de Marvel. Son problemas, pero también oportunidades. El primero es el espacio, la gema azul. Somos España y Europa, pero en la guerra geopolítica de China y Estados Unidos los europeos no estamos. A todo esto se suma el «brexit», un caos que habrá que resolver. Segunda gema, la del alma, manipular a la gente. Una de las formas de adoctrinar a la población ha sido siempre la educación, y seguimos siendo de los últimos en educación en la UE. Otro problema, la gema morada, el poder, llevamos un año sin gobierno y parece que no hay mucha prisa. Esto supone no tomar decisiones fundamentales. La roja, la gema de la realidad, que nos enseña que la realidad se puede manipular, como podemos ver en el caso de Trump con el uso que hace de las tecnologías y las redes sociales.
-Quedan dos problemas.
-El tiempo, la gema verde. Resulta que en España tenemos la mayor esperanza de vida pero no tenemos planes para afrontarla. Es algo que podríamos aprovechar porque el tiempo no se puede comprar por muchos millones que tengamos. Nosotros lo tenemos pero, ¿tenemos plan? Japón acaba de subir el IVA para poder afrontar los cuidados que necesita la gente mayor, aquí no hay nada. Finalmente nos queda la gema que tiene que ver con la tecnología, y es que nos estamos haciendo tecnodependientes de Estados Unidos y de China, que se están repartiendo el planeta. Tenemos que tener claro que el futuro sin tecnología es imposible.
-¿Son seis factores que se convertirán en problemas porque no se están aprovechando?
-Efectivamente. Siempre se habla de la preocupación por la educación y resulta que en formación profesional tenemos ciclos de secretariado y no de inteligencia artificial. Llegamos tarde.
-¿De qué forma crecerá el uso de la inteligencia artificial? ¿Estará en todos los campos de la vida?
-Primero hay que decir que en el ámbito de la inteligencia no estamos ni cerca de los líderes. Y como el crecimiento va a ser exponencial, llegar ya va a ser imposible. Cuando hablo de que estamos lejos me refiero a España, y prácticamente a Europa, que tampoco va bien. Por delante están los chinos y por supuesto Estados Unidos, mientras en la UE hemos dejado que se vayan compañías. Teníamos compañías tecnológicas, por ejemplo en Inglaterra, y se las llevaron. Hemos dejado que Volvo lo compren los chinos, resulta que el mayor accionista de Mercedes Benz son los chinos, estamos promoviendo el coche eléctrico y no fabricamos las baterías, el 60 % de las baterías del planeta se fabrican en China y aquí ni siquiera estamos fomentando ni enseñando la inteligencia artificial.
-Todo el mundo es capaz de mirar un «smartphone» y ver que hay inteligencia artificial detrás, pero ¿adónde acabará llegando?
-La inteligencia artificial está en todo y su crecimiento va a ser tan exponencial que no llegamos. Si hemos sido tecno dependientes hasta ahora, vamos a serlo más. Cuando hay un avance tecnológico los americanos se ponen a hacer negocio, montan una «start up» y van a Silicon Valley, los chinos lo copian e incluso lo mejoran y, ¿qué hacemos en Europa? Legislarlo. Mientras sigamos con la política de legislar y no innovar estaremos en la cola. Señores nos ha ido muy bien con el turismo hasta ahora, pero Thomas Cook ha dejado a siete millones de turistas sin ir a las islas. ¿Y esto tiene que ver con la inteligencia artificial? Claro, para atraer a gente, para atraer a los jóvenes hay que posicionarse en redes, adelantarse a los pensamientos de los jóvenes. Por supuesto que Alexa, Google y Siri nos escuchan, vale, ya lo han reconocido, pero cuando nos salta publicidad relacionada con algo que hemos hablado no significa que nos hayan escuchado, sino que la inteligencia artificial, ese pequeño vendedor que se ha alimentado aprendiendo de ti, piensa: si buscaste esto y leíste lo otro, puede que te interese esto. No es que te haya escuchado, ha ido aprendiendo de ti.
-Dice que cualquier puesto de trabajo «dirty», «dangerous» o «dull», es decir, ‘sucio’, ‘peligroso ‘ o ‘aburrido’, debería estar desempeñado por robots.
-Claro, nadie quiere morir en su puesto de trabajo o estar frustrado en él. Un robot ya debería estar haciendo estos trabajos, hay que promocionar el uso de la robotización con la ayuda de la inteligencia artificial. Pero ahora se añade la cuarta d, deseado, ya que el empresario desea reducir sus impuestos, por lo que esos robots serán deseados.
-¿Cómo luchar contra esa cuarta «d»?
-Con formación y formación. Y con políticas en las que un trabajador no le cueste un dineral al empresario. Y si hay un trabajador que trabaja con inteligencia artificial hay que premiarlo, no penalizarlo. Como dijo Jobs, la gente no sabe lo que quiere hasta que alguien se lo enseña.
-¿Cómo convivir con la tecnología y no morir en el intento?
-Es que la tecnología nos ha hecho vivir más, ser más felices, poder tener más tiempo y hacer otras cosas. Tu abuelo ahora puede hacer varias cosas a la vez pero antes no tenía esa oportunidad. La tecnología está para ayudarnos y siempre será la herramienta, nunca el fin. El fin siempre serán las personas. Pero no es algo nuevo, la tecnología lleva cien años ayudándonos. Se critica que Zara haya llevado la industria a países subdesarrollados y lo cierto es que en esos países la mortalidad infantil ha descendido de forma brutal. La tecnología nos ha ayudado a eliminar la pobreza y a tener menos guerras que nunca, no hay que olvidar que estamos en el período de la civilización con menos guerras.