Diego Torres: «Una canción sí que puede ayudar a mucha gente»

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El autor de «Color esperanza» actúa en Galicia la próxima semana. Al escenario llevará esos temas suyos que hablan de mirar al futuro en positivo, celebrando la vida y las ganas de vivir. Algo que genera conexiones que son pura magia

09 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocurrió en el 2001. Una canción, Color esperanza, se hizo omnipresente. Su pegadiza melodía y su contagiosa alegría se expandió por todas partes. La cantaba Diego Torres, un artista argentino que se hizo así universal. El próximo 16 de noviembre estará en A Coruña (Palexco, 21.00 horas, entradas desde 30 euros) recordándola y presentando sus nuevas canciones como Esa mujer. «Me refiero a esa que nos enamora hasta los huesos, a la que uno se muestra como es, con lo bueno, con lo malo, con autenticidad. Así nos aceptamos el uno al otro -explica-. Tiene mucha importancia el arreglo, ya que es una mezcla de base electrónica con bandoneón, que es el instrumento típico del tango».

-Este goteo de canciones sueltas es una estrategia habitual en la industria actual. ¿Un momento de cambio?

-En realidad, estamos volviendo a lo que había en los años sesenta, cuando The Beatles lanzaban singles. Sacaban tres o cuatro canciones y, después, llegaba el disco. Ahora eso se vuelve a utilizar pero, en el caso específico de los que tenemos muchas canciones, existe un matiz. Para artistas como yo a veces presentar todo un disco en vivo en una gira nueva se nos hace difícil. Tienes 20 o 25 canciones que no puedes dejar de tocar. Eso supone que el nuevo disco lo muestras en partes muy pequeñas.

-A nivel mediático, industrial y de premios arrasa la música latina. ¿Vivimos un bum?

-Creo que la música latina siempre ha tenido un bum. Por eso el chiquibum-chicquibum [risas]. En su momento fue Julio Iglesias. Luego, Gloria Estefan.. Más tarde llegó Ricky Martin y Shakira. Hoy tenemos la música urbana o reguetón. De siempre, la música latina tuvo ese lugar. A lo mejor lo interesante es mostrar la diversidad que tiene la música latina. Que no suene todo a lo mismo. Eso lo hay que mostrar.

-El foco lo ocupa ahora el reguetón. ¿Hay que mandar un mensaje de que existe vida artística más allá?

-Yo creo que sí. La música da vueltas todo el tiempo. Son ciclos. Hay fenómenos muy intensos que, de pronto, se desvanecen. Otros duran más en el tiempo. La historia es girar y girar.

-Lo suyo es el pop con tono positivo y mucha luz. ¿Se siente identificado con la idea de la música para ser feliz?

-No sé si eso fue por accidente, en realidad. Yo muchas veces escribía sobre estar mejor, partiendo de mi familia y nuestros problemas. Siempre tengo espíritu de lucha. Uno aprende o debe aprender en la vida, sobre todo en los momentos malos. Hay que darle la vuelta a todo eso. Pienso que eso está en mi personalidad y que, de alguna manera, se traslada en las canciones. Que la gente pueda encontrar en esas canciones algo bueno para salir adelante o atravesar momentos complicados de la vida está buenísimo. No soy amigo de la autoayuda, pero no puedo negar que una canción sí que puede ayudar a mucha gente, aunque sea acompañándolos en los momentos difíciles. Eso es mágico. Es algo que pasa o no pasa. Y si pasa es una maravilla. Aunque también hay canciones mías duras. Por ejemplo, Tal vez la escribí cuando murió mi madre y habla de ese momento de pérdida dolorosa en la que no se puede hacer nada.

-¿Le llega de sus seguidores ese punto terapéutico?

-Sí, a veces para transitar momentos no tan felices, encuentran en mis canciones una especie de mantra que les ayuda a seguir. Hace poco una chica me mandaba un vídeo de los últimos días de su madre. Salían abrazadas cantando esa canción. Me decía que la estaban escuchando como un mantra, sin más. Se aferraban a ello.

-¿A qué canción se refiere?

-Color esperanza. pero tengo otra canción que se llama Sueños, que la cantan en las escuelas. O Iguales, que habla de respetar al otro aunque sea distinto, teniendo cada uno su libertad. Eso no lo tenía yo pensado jamás. Pasa porque alguien se siente identificado. Me encanta cuando pasa eso. Cuando me llega un vídeo de esos es algo muy conmovedor.

-Cita «Color esperanza», su gran éxito. Algunos artistas tienen una relación incómoda con alguna de sus canciones cuando esta tiene un éxito tan descomunal. ¿Cómo se lleva usted con su gran «hit»?

-Pelear contra un éxito tan grande no tiene sentido. De repente, una canción provoca algo tan especial como eso y no se puede hacer nada. Uno quiere mostrar canciones nuevas, porque es parte de la vida artística de cada uno. Pero no luchar contra lo que las canciones provocan. A las canciones hay que acompañarlas, sino serías como un surfista que va contra la ola. Yo tengo esa filosofía muy surfista, de correr la ola. De hecho, grabé una canción de un brasileño que habla de eso, de que la vida es un vaivén infinito, que uno debe acompañarlo. Hay que disfrutar y celebrar el éxito.

-Y tocarla cada noche.

-Sí, la vas renovando, tocándola de diferentes maneras. Con guitarra, con piano, de espaldas, haciendo la vertical… [risas]. Esto es como tener una relación de muchos años, que hay que darle muchas vueltas y trabajarla para que siga viva.