Cristal, mujer trans: «No somos extraterrestres, somos personas»

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Oscar Vázquez

05 jun 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Cristal comenzó a sospechar que era una mujer con 26 años, aunque ahora echando la vista atrás se da cuenta de que con apenas 8 ya sabía qué le pasaba: «Pero claro, no tuve a nadie que me pudiera orientar, ni tampoco a mí se me encendió la bombilla. Fue ya de mayor». Y hasta los 39 no comenzó oficialmente su transición. Ahora con 45 reconoce sentirse más que satisfecha: «¿Que si soy feliz? ¡Caray, con mucha diferencia! Ahora me entiendo y me comprendo», reconoce esta mujer que ha tenido que pasar por muchas situaciones que no debería haber pasado. Desde el colegio: «Siempre fui esa persona rara. No encajaba. Era como si fuera de otro mundo. Quedaba como apartada. Ni jugaba a la pelota con los niños, ni tampoco jugaba con las niñas porque me veían como un niño y había esa mentalidad», confiesa.

 «¿Que si soy feliz? ¡Caray, con mucha diferencia! Ahora me entiendo y me comprendo. Pero sí que me gustaría tener una pareja»

Pero todavía ahora tiene esa sensación de incomprensión muchas más veces de las que le gustaría: «Se nota cuando vas por la calle o incluso cuando entregas un currículo. Percibes que empieza a mirar el papel y a ti, poniendo la vista arriba y abajo, moviendo la cabeza. Por la cara y la expresión ya te das cuenta de que el tema está perdido». Porque lo del paro en el colectivo es un tema muy serio: «Un 85 % de los trans estamos sin trabajo. Desde que inicié la transición, solo he trabajado tres días en una viña recolectando uva y quince días de conductora para mover los coches en el muelle de Bouzas en Vigo. Al principio creía que era porque veníamos de la crisis del 2008, pero ahora ya creo que es por ser una persona trans». A esta electricista, que siempre se dedicó al sector naval, le gustaría romper con su vida anterior en todos los aspectos, también en el laboral, pero su desesperanza es tal que si tiene que volver «a lo antiguo, volvería, claro está, porque hay que subsistir».

A la sociedad no le pide nada de otro mundo: «Que nos vean como lo que somos, gente normal. No mordemos, no andamos a leches con nadie, no somos personas agresivas, somos de carne y hueso como los demás. No somos extraterrestres, somos personas. Simplemente». Y para ella, solo un anhelo: «Me gustaría encontrar pareja, pero parece que estoy gafada. Me siento así. Llevo desde los 26, que supe lo mío, sin estar con nadie. En ese momento sentía como si estuviera engañando a alguien, como si estuviera mintiendo a la persona que estaba conmigo. Pero no he vuelto a tener pareja. Alguien que me mime y que me dé ese calor de pareja». Pues esperemos que así sea, Cristal, más pronto que tarde.