Brujas y mentecatos

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El diputado de Vox José María Sánchez García
El diputado de Vox José María Sánchez García Alejandro Martínez Vélez | EUROPA PRESS

02 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Nadie como Paquita la del Barrio para darle estilazo y un propósito firme y desacomplejado al arte de insultar. La cantante mexicana se ha especializado en despellejar a los malos hombres en canciones que interpreta con el dolor que corresponde en locales a los que acuden mujeres castigadas que son capaces de ponerle nombre y apellidos a los tipos a los que Paquita describe. Su copla más popular, Rata de dos patas, merece un recordatorio preciso: Rata inmunda / animal rastrero / escoria de la vida / adefesio mal hecho. Infrahumano / espectro del infierno / maldita sabandija / cuánto daño me has hecho. Alimaña / culebra ponzoñosa /desecho de la vida / te odio y te desprecio. / Rata de dos patas / te estoy hablando a ti / porque aun siendo el más maldito / comparado contigo / se queda muy chiquito.

Paquita ha conseguido colocar el insulto en un pentagrama y la reacción automática que provoca su escucha demuestra que un vituperio es mucho más que una palabra, algo más que un código verbal. Porque ese «sabandija», ese «adefesio mal hecho» activa un proceso reactivo y crea una atmósfera de una potencia emocional que conviene interpretar.

Suele encerrar el insulto claves psicológicas que a menudo despreciamos, de manera que un «lechuguino» o un «mentecato» dicen mucho más de quien lo pronuncia que de quien los padece. Para bien y para mal de quien los verbaliza. Hay insultos que son meras descripciones, pero muchos otros desvelan los pantanos interiores de quien los suelta, sus códigos culturales, sus deudas sociales, sus prejuicios y hasta sus arañazos de autoestima. Un insulto es una explosión descontrolada, un agujero del subconsciente, un desnudo cerebral, al fin una debilidad. Lo saben todos esos valientes que machacan en las redes bajo seudónimo y que se trabajan bien el campo semántico de los improperios que dedican a las mujeres, en los que casi siempre aparece alguna connotación sexual o física. Para quien sostiene que el lenguaje es inocente, repasemos los significados de zorro, fulano, gobernante, sargento, hombre público y ahora recordemos qué quiere decir su versión femenina.

En el Congreso, esa casa de representación popular que tan buenos ejemplos de urbanidad nos da últimamente, un diputado de Vox apeló a una del PSOE con una referencia muy reveladora. Porque el «bruja» que el ultraderechista José María Sánchez García le dedicó a Laura Berja cuando esta hablaba del derecho al aborto explica mucho más del programa de gobierno de Abascal que todos sus intentos por parecer honorable.